Un verdadero guerrero es aquel que tiene la sabiduría necesaria para entender que la verdadera batalla que se gana es aquella que no se libra, que la diplomacia, debe estar por encima de la confrontación, que es en la guerra y no en la paz, donde la humanidad se extingue, derrotandose a sí misma.
Es por esa suprema razón que la bandera que debe ondear en el corazón de un verdadero guerrero es la del diálogo, la de la diplomacia que nos aleja de las guerras y nos lleva a la paz, al amor y la solidaridad, a esos sentimientos para los que fuimos creados los seres humanos y que hoy desgraciadamente son sustituidos por el odio y la violencia.
Domingo Acevedo.
Oct/2025.
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