Un exhaustivo reportaje del Washington Post concluye que la supuesta guerra contra el fentanilo proclamada por Trump como justificación de los asesinatos en el mar Caribe es falsa.
La aseveración de que Venezuela es el origen del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos expresada por Trump no tiene relación con la realidad.
20 de octubre de 2025
En las aguas turquesas que separan Venezuela de Trinidad y Tobago, el ejército más poderoso del mundo ejecuta una campaña de asesinatos sumarios. La justificación, esbozada por el presidente Donald Trump ante la prensa internacional y la población estadounidense, es la atribución de que los “eliminados” son “narcoterroristas” que transportan fentanilo, un “arma letal” que “envenena a estadounidenses”.
Sin embargo, esta narrativa se desmorona al primer contacto con la realidad y el rechazo crece tanto de líderes como Gustavo Petro, Inácio “Lula” Da Silva o la presidenta de México, Claudia Sheinbaum; y hasta en los propios congresistas estadounidenses que ya intentaron en dos ocasiones poner freno a estas masacres que han matado a más de 20 civiles, sin que se recuperen sus cuerpos y sin que sé de conocimiento de ningún tipo de material probatorio que respalden las afirmaciones de Washington.
En este sentido, este lunes el Washington Post publicó un exhaustivo reportaje, complementado con testimonios de familiares de las víctimas y análisis de funcionarios y expertos, que demuestra que los blancos de estos ataques no son eslabones de una cadena que lleva opioides sintéticos a Estados Unidos, sino principalmente pescadores y contrabandistas de marihuana que abastecen a Trinidad y Tobago, o, en el peor de los casos, serían un eslabón de paso en la ruta de la cocaína hacia los mercados de Europa y África.
“Los registros y entrevistas con 20 personas familiarizadas con la ruta o los ataques, incluyendo funcionarios estadounidenses e internacionales, tanto actuales como anteriores, contradicen las afirmaciones de la administración”, señala el artículo.
Esta estrategia no es nueva; es la reencarnación de un libreto probado con anterioridad, que resurge cada vez que la agenda del cambio de régimen en Washington necesita un villano convenientemente armado. El objetivo de esta ficción, no es otra, para el analista William Serafino, que la de utilizar operaciones de guerra psicológicas cuyo fin último es intervenir el Gobierno de Nicolás Maduro, para favorecer los intereses geopolíticos de su nación y los intereses económicos de grandes corporaciones afines.