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sábado, agosto 30, 2014
José Luis Perales Hoy me acordé de ti
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
SI SUPIERAS COMO TE AMO_JOSE LUIS PERALES
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
cuando elpueblo se une vence, Loma Miranda parque nacional.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
viernes, agosto 29, 2014
Testimonio.
ALBORADA DE MARIPOSAS AZULES.
No fui más que un niño que siempre anduvo perdido en sí mismo
en los conucos lejanos del abuelo Ismael
aprendí de la vida todo lo que sé hoy
fueron los potreros del tío Juan mi escuela
y en las lejanas regiones del rocío
era donde podía mirarme al espejo
y encontrarme tal cual era
un niño hecho de ceniza y barro
con la mirada torva perdida en el infinito
un niño que escribía todas las tardes en los pergaminos del viento
su historia envejecida en su dolor vegetal
era toda mi alegría poder correr por el bosque
hasta cansarme y terminar de bruces
entre los arbustos mágicos de las tardes
hablar con los animales y los árboles
pasear en el viento más allá del horizonte
y regresar en las nubes al lugar de donde nunca partí
y encontrarme como siempre
arrullado entre los brazos de mis padres
que me cubrían de la lluvia
que con su corazón de azucena
iba dejando pedazos de cielo dormidos en mi piel
todas las tardes mi madre y yo
nos sentábamos bajo la sombra del gran árbol azul
a mirar como los pájaros ebrios de clorofila
se escondía detrás de las murallas del horizonte
mientras
una peregrinación de mariposas
ancladas en los ventanales del ocaso
agonizaban en la mirada quimérica de un ángel
hoy no hay más alegría que este
canto bajo esta luna de jade
por el camino del alba
las huellas del rocío
se evaporan entre los pies descalzos de un sol precoz
que siempre en noviembre
pasa de largo a esconderse entre los matorrales atardecidos de la distancia.
alborada de mariposas azules heridas por los puñales del otoño
junto al fogón doña Lola hierve jengibre que ofrece al paladar
para ahuyentar a los duendes del frío
y en un rincón de la memoria
Cató todavía fabrica con sus manos de ternura
los colores del amanecer
y en algún rincón de mi alma la
abuela Mamá Tita
recolecta los residuos perdidos de nuestro pasado
muchas veces ella y yo imaginábamos escuchar en la voz destemplada del
viento
el lejano sonido de nostálgicas tamboras
grito de guerra
canto de amor
danza que en las noches aun nos libera del peso de una historia amarga
que escribieron con su sangre nuestros abuelos
para que mi voz
quinientos años después
pudiera abrir las puertas que el tiempo creyó haber cerrado para
siempre
nací en esta tierra que tiene el color del olor del topacio
donde los colores vegetales de la primavera se levantan
como una ola que inunda todos los rincones del bosque de mariposas
que al morir van dejando un rastro efímero de luz, arco iris coagulado
en una lágrima
por el camino real
el tío Alberto regresa
parece flotar sobre la tenue oscuridad
del atardecer
la tía Agustina en la ventana lo
ve llegar
espera como siempre que él
lleve las vacas a los corrales
se dé un baño
vaya a la ventana
le dé un beso
y luego se sienten todos en la mesa a cenar.
en las noches mi padre
como un fantasma se perdía entre las sombras hacia las carboneras
a vigilar los hornos
para que el fuego no consumiera los sueños
y así poder derrotar el hambre
que acechaba entre los resquicios de las horas más largas del verano.
primavera insular
caserío perdido junto al bosque del olvido
flamboyán amarillo
anacahuita de cristal
bajo los limoncillos florecidos
la tía Tatín con su escoba
arrincona contra los espejos de la tarde
las cenizas que deja el otoño en la mirada de la tía Aurora
que aún busca en su interior
el camino de regreso al paraíso que nos robó la modernidad
ignora ella que morirá arrinconada contra sus sueños
sin volver a ver el sol
desde los ventanales primaverales del alba
Domingo Acevedo.
Testimonio.
Hoy he querido dejar testimonio de la insignificante grandeza de
nuestras vidas
decir que sobre la primavera
que con sus manos fecundas hicieron florecer en nuestra memoria los
abuelos
construyeron una gran ciudad
que de esa tierra que en mi corazón es un canto
no queda nada
sólo recuerdos
recuerdos edificados sobre las cenizas de nuestra nostalgia
recuerdos tan enraizados en mis palabras
que en mi voz anidan los pájaros fabulosos de mis sueños
que más allá de la polvorienta geografía de mi cuerpo iluminan los cubículos del olvido
en donde la civilización enterró para siempre toda nuestra alegría
ya que en nuestra forma simple
de ver la vida no advertimos que el
mundo de más allá de la alborada
ambicionaba nuestras tierras
y que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros
triturando entre sus fauces todo lo que encontraba a su paso
que por el camino real a menos de una hora de distancia a pie
la ciudad como un espejismo en nuestras miradas azoradas
resplandecía
con sus románticas avenidas
con sus ventanales que todas las tardes daban al mar
con sus luces que con sus
cuchillos dorados herían el corazón de las sombras
con sus pomposos edificios preñados de sueños
con sus mujeres de algodón que vestían sus corazones con las luces primeras
del alba
para no morir de pena atrapadas por la soledad
con sus escuálidos hombres atrapados
en la fantasía de sus vidas vacías
con sus ruidosos automóviles
ebrios de distancia
y sobre todo sus noches bulliciosas
con sus casinos
donde el azar y la ambición
atrapaban a los hombres en sus tentáculos imposibles
con sus cines de melancolía de la Duarte y la Mella
donde la quimera llevaba a los espectadores en un viaje sin retorno por
los túneles infinitos de la fantasía
y el mar Caribe con sus barcos
fantasmas esfumándose en el horizonte
las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el
bucólico encanto de querer tener y no poder
y mirábamos hacia dentro de nosotros mismos
y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos y
descalzos
en un mundo ajeno y extraño
como extraño éramos nosotros en ese mundo
y de nuevo volvíamos a nuestras tierras
en donde la vida transcurría sin más
prisa que ir a los conucos
andar por los montes maroteando alguna fruta de lástima
arrear vacas hacia las distantes regiones del rocío
cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida
y en las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos
hablaban de sus hazañas remotas
de su largo viaje sin retorno hasta llegar aquí
de la crueldad del látigo en sus espaldas
de cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad
de sus anhelos por volver al África
y de sus raíces enterradas en
estas tierras que abonaron con sudor y sangre
tierra
en que a pesar de todo
siempre serán extraños
al final de la jornada sin más luces que la de la luna y las estrellas
nos alejábamos por los caminos
que los grillos iluminaban con su canto
gritando a viva voz la alegría de compartir en una danza la vida
al llegar al hogar con la piel pegajosa de oscuridad
dar un beso a mis padres
pedir su bendición
salir al patio
y bajo las estrellas
darme un baño de inmensidad y rocío
y luego acostarme en mi hamaca
hasta que el sol de un nuevo siglo nos traiga la esperanza
que perdimos en el duro batallar contra la modernidad
Domingo Acevedo.
Rep. Dom.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
lunes, agosto 25, 2014
Ni un paso atras, patria o muerte, venceremos.
Foto toamda de facebook.
Gaza es el ejemplo a seguir contra los que en el mundo oprimen y matan, es más digno morir luchando que vivir de esclavos con los brazos cruzados
Gaza es el ejemplo a seguir contra los que en el mundo oprimen y matan, es más digno morir luchando que vivir de esclavos con los brazos cruzados
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
ESPECTADORES DEL ALBA
Árbol
azul.
(pende un amuleto de ojo de cíclope tuerto
del cuello de la profecía)
Nací bajo la sombra de un gran árbol azul
camino de sombras
carbonera tibia
bohío de tierra
piel de ceniza
voz de rocío
sol herido por un horizonte de cuervos cuajados de sangre
luna de jade en la mirada de la quimera
peregrinación de pájaros anclados en los ventanales del ocaso
flamboyán amarillo perdido en el bosque de la fantasía
tierra color del aroma del topacio
pradera de mariposas amarillas esperando el amanecer
lágrimas coaguladas en las mejillas de los últimos días de noviembre
profetas suicidándose con los cuchillos de la profecía
bajo una anacahuita de cristal sin edad
manos inútiles sacan del vientre de una virgen
el cadáver de un ángel taciturno
y en el útero anónimo de una madre
un lirio amanece
ESPECTADORES DEL ALBA
Me abruma la terca agonía
de los indigentes de la zona colonial
residentes permanentes de las
sombras
efímeros inquilinos de las frías
madrugadas de enero
invisibles espectadores del alba
van dejando por donde pasan
el aroma inconfundible del hambre
pasajeros de un tren sin destino
son victimas de una sociedad
que en grandes vasijas de plata
lava con sangre sus manos
ignorados transeúntes de calles heridas
por cinco mil años ausencia
cómplices de las prostitutas del conde
peatonal
bohemios del rocío y el salitre
aventureros insomnes de la miseria
lunáticos mutantes de la desdicha
que en la Duarte
frente al parque de las palomas
se desnudan y danzan hasta morir
ESPEJO DE DOLOR
Me voy
siempre he sido
un fugitivo
huyo de mí
mismo
huyo del hambre
y la miseria de los niños
que cuelgan de
mis palabras tiznados de llanto
huyo de la
palabra angustia
huyo de los
fantasmas que prisioneros
detrás del
espejo se burlan de mí
huyo de la
muerte
humanamente
disfrazada de mujer
prostituta que
en las esquinas
me invita a su
morada
me incita
al amor
al sexo
huyo de los
ojos llorosos de la noche
que detrás del
cristal de una estrella
es rocío al
amanecer
huyo de la pena
de sus
tentáculos imposibles que me atan al dolor
huyo de la
brisa fúnebre que viene de los cementerios
huyo del humo
que es memoria absurda de la nada
huyo
me escondo
detrás de los vitrales
de las tardes
invernales de enero
y al mirarme en
los ojos del dolor
descubro que
nunca fui a ninguna parte
que la muerte
siempre me retuvo a su lado
Domingo Acevedo.
Domingoacv2@gmail.com
www.espejismodelunallena.blogspot.com
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
García Lorca.
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domingo, agosto 24, 2014
El club de los poetas muertos - Oh capitán! Mi capitán!
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viernes, agosto 22, 2014
Ahora que el olvido llega
Ahora que el olvido llega
Ahora que el
olvido llega y se lleva los recuerdos, quiero rendir un tributo permanente a:
Tatín, Mamá Tita, Agustina, Aurora, doña Lola, Eufemia y a las demás mujeres
que con su amor forjaron nuestros sueños en aquel tiempo donde vivir era tan
difícil para los pobres y muy especialmente a las parteras que con sus manos
fecundas nos sacaron del vientre de nuestras madres y nos mostraron el mundo
También a
los hombres que como Juan de la
Rosa , el abuelo Ismael, el tío Alberto, Ovidio y el tío
Rafael entre otros, fueron guardianes celosos de nuestra raza.
Domingo
Acevedo
Horizonte de
pájaros fugaces.
Se nubla el
horizonte de fugaces pájaros que esconden sus nidos detrás de los cristales de
la tarde.
Planean en
un cielo crispado de nubes y sombras, heridos por los rayos de un sol que
agoniza en los brazos de la noche.
Por el
camino real Ninito, con todo el peso de la noche sobre su espalda, cabalga
despacio hacia donde la abuela Mamá, Tita lo espera con los brazos abiertos.
Feb. 2012
Domingo
Acevedo.
En la oquedad del tiempo
mi voz es el eco envejecido del silencio
Dic/12
En la lejanía de mi voz
el mar se ahueca en un suspiro
Dic/12
Espiga de luz
llamaradas de sombras
racimos de estrellas
la noche
Dic/12
En la oquedad del tiempo
mi voz es el eco envejecido del silencio
Dic/12
Espiga de luz
llamarada de sombras
racimo de estrellas
la noche
Dic/12
Un monumento
a la pobreza
Es prima
noche, por el camino las sombras cabalgan en el viento hacia los infinitos
espacios del tiempo perdido tratando de alcanzar un horizonte de luz.
en el cielo,
el destello de las estrellas se agolpa en nuestras miradas prisioneras por la
grandeza de un universo en expansión, mientras que en el monte los grillos
elevan una sinfonía al infinito y junto
al camino real una casita techada con tabla de palma, cobijada con yagua y con
el piso de tierra, apenas iluminada por una lamparita de gas, se erige como un
monumento a la pobreza, en ella una familia malvive todos los días su
cotidianidad de hambre y miseria.
Domingo
Acevedo.
Enero/13
En donde
están mis amigos.
En donde están mis amigos
esta noche que he vuelto del olvido
los he buscado por todo el barrio
y no los encuentro
a donde se habrán ido todos
dejándome la soledad como recuerdo
abril/12
La luna se
viste de horizonte
en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira
marzo/12
TU
VOZ, CANTO QUE NO CESA.
Tu voz regresa de la pena en una lágrima
tu voz
que resplandece como un rayo en su breve
eternidad
que de la sangre brota como un unicornio
de cristal
cabalgando en la noche de tu agonía
hacia los bosques fabulosos de la
esperanza
en donde tu vida herida por la ausencia
se escapa sin remedio al hastío
campanario de agua que ilumina de
mariposas tu sonrisa
enredadera de luna llena en las noches mas
frías del olvido
allá en las lejanas praderas de la soledad
detrás del espejo
tu cuerpo yerto
tus ojos que miran asombrado al mundo
perdido
tu voz
canto que no cesa
bandera victoriosa del olvido
por siempre en el viento ondea
Poema dedicado al inmenso Miguel Hernández.
Domingo Acevedo
Relámpago de
sombras
Un relámpago de sombras anuncia la noche
más allá de un horizonte marino
la luna como una gota de sangre
resbala por las paredes del insomnio
hasta el amanecer
La ciudad
que lo ignora.
Hundido en el abismo de la noche
un mendigo agoniza
en la ciudad que lo ignora
Como el día
solloza.
Veras como la noche borra sus huellas en el día
y como el día solloza todas las tardes
en los brazos del horizonte
La voz de la
sangre.
La voz de la sangre aúlla en la conciencia
de un mundo acorralado por las guerras y el hambre
Dos garzas.
Suspendidas en la mirada
Dos garzas atraviesan los límites de la tarde
Y se pierden en la oscuridad de la noche
En el cielo
De pronto
En el cielo
Anochecen
Golondrinas y nubes
Puñal de jade.
Puñal de jade clavado en la voz quebrada
del viento
luna de sal derritiéndose en un horizonte de sangre
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.
luna de sal derritiéndose en un horizonte de sangre
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.
Entre las sombras y la sangre.
Es la tristeza mi alegría
la soledad mi vida
la noche mi hogar
sin poder escapar
entre las sombras y la sangre
vivo atrapado.
la soledad mi vida
la noche mi hogar
sin poder escapar
entre las sombras y la sangre
vivo atrapado.
La luna se
viste de horizonte
Allá
en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira
Desde donde vivo
Desde donde vivo puedo ver el mar distante levantarse más allá del muelle, lamiendo con su lengua azul el horizonte. A veces el viento del sur nos trae residuos de olas resecas por el sol, plumas de pelícanos gigantes, huesos de peces invisibles y restos de barcos hundidos por los años.
El río Haina parte el muelle en dos partes iguales, el muelle que permanece iluminado más allá de la oscuridad de los barrios haineros. De vez en cuando una bengala ilumina la noche o un disparo largo de fusil estremece el viento y ahuyenta a los polizones y a los ladrones de furtivos de mercancías barata.
Cuando desde mi ventana veo a los barcos anclados tan lejos de los sueños, siento pena de los marineros prisioneros del salitre y la distancia, que sueñan con hermosas sirenas que les roban el corazón para esclavizarlos en su mundo submarino de calamares fantásticos, caballitos tiernos de mar y peces de colores.
Feb/12
Desde donde vivo puedo ver el mar distante levantarse más allá del muelle, lamiendo con su lengua azul el horizonte. A veces el viento del sur nos trae residuos de olas resecas por el sol, plumas de pelícanos gigantes, huesos de peces invisibles y restos de barcos hundidos por los años.
El río Haina parte el muelle en dos partes iguales, el muelle que permanece iluminado más allá de la oscuridad de los barrios haineros. De vez en cuando una bengala ilumina la noche o un disparo largo de fusil estremece el viento y ahuyenta a los polizones y a los ladrones de furtivos de mercancías barata.
Cuando desde mi ventana veo a los barcos anclados tan lejos de los sueños, siento pena de los marineros prisioneros del salitre y la distancia, que sueñan con hermosas sirenas que les roban el corazón para esclavizarlos en su mundo submarino de calamares fantásticos, caballitos tiernos de mar y peces de colores.
Feb/12
EL SONIDO
LAPIDARIO DE LA SANGRE
I
Voy
danzando en la voz del viento
más allá de
la transparencia de los días por venir
hasta la
unánime presencia del ocaso
donde el
sol curva el agua en lumínicos destellos
donde un
oleaje de sombras lo cubre todo
donde los
árboles azules de la fantasía
echan
raíces en los escombros perfumados de la noche
y donde el
olor de las azucenas recorre los caminos sin fin del olvido
II
Voy
cantando en la voz del viento
más allá de
los corredores interminables de la sangre
donde los
espejos repiten la imagen mutilada de mi estirpe
lirios de
agua destrozados en los balcones del alba
cuelga del
viento un ramillete de pájaros fantásticos
unicornios
de jade recorren los valles submarinos de la memoria
hasta
alcanzar la luna que amanece en los ojos de la quimera
III
En mi
sólo hay
una profunda herida en mi voz
escuchen
en la conciencia
de la humanidad
retumba el
sonido lapidario de la sangre
Agosto 2011
Dedicado al
periodista José Silvestre, asesinado recientemente en la Rep. Dom.
INCERTIDUMBRE
Que haremos
con la vida que no vivimos
que haremos
con los sueños que no alcanzamos
que haremos
con la vida que nos queda
y que nos
pesa tanto
que haremos
con el futuro
sí el
presente es tan incierto
LIRIOS Y ESPEJOS
Relámpagos
sombríos
nubarrones
oscuros y fugaces
truenos
lejanos
mayo está
cerca
las lluvias
llenarán de sombras la tierra
los caminos
se llenarán de lirios y espejos
el sol deja
en mi piel un rastro de eternidad
El canto
inefable de los grillos.
Pesada es la
oscuridad de esta noche
en que el canto
inefable de los grillos
enciende todas las estrellas de un cielo
que se apaga en mi rostro
Una gota de
sangre
Todas las tardes entre mis ojos
el camino real es una gota de sangre
que en la distancia
tinta de luz y colores las alas de un ángel
La tarde es
una flor
La tarde es una flor que se eterniza en los brazos
de un horizonte herido por el sol
Se hace
hombre
Es en mi voz
donde una ángel esconde sus alas
se hace hombre
y pierde el último tren hacia la eternidad
Manuel, mi
hijo más pequeño
Sé que Manuel
mi hijo más pequeño
un día irá tras las huellas del viento
que se pierden en el tiempo
más allá del horizonte encontrará
una estrella dormida entre mis manos
La soledad
Los días se van prolongando
más allá de la soledad
que me aprisiona entre sus manos
heridas de ausencia
Hilo de
sangre
Hilo de sangre con que el tiempo teje la vida
que agoniza en los recuerdos
Hoy mi voz
Hoy mi voz quedó atrapada en una lágrima
Densa
humareda
Densa humareda de sal es la noche
Un fantasma
herido
Un fantasma herido huye de la eternidad
Y se esconde detrás de los espejos del tiempo
Sangre y
lágrimas
Mi poesía está hecha de dolor
cada palabra en el papel
es una mezcla de sangre y lágrimas
Tu voz
distante y dulce
A veces imagino tu voz extraviada en las claras
habitaciones del agua
tu voz distante y dulce
tu voz estremecida en el viento
tu voz tu voz
que regresa del olvido
y trepa por las paredes de la noche
y se desgrana en el trino de los pájaros al amanecer
y salpica de mariposas la distancia
abril/12
Canta el agua del río
Por un camino de mariposas y flores
La tarde danza y se aleja
Abril/12
Cantan los gallos
El sol abre las puertas del horizonte
y bosteza
Abril/12
la palabra es huella que deja el tiempo
en los espejos de la ignorancia
1/1/12
Es tu recuerdo
un lucero de olas sangrando
en el abismo de los sueños
1/1/112
Cantan los gallos
un gato en el tejado
se esfuma en la luz de la alborada
1/1/12
Es huella la palabra que el tiempo olvida
1/1/12
Un silencio de palabras rotas tratan de justificar el
olvido
1/1/12
Sinfonía de guerra.
Río de sal en el rostro de un horizonte de azufre
sangre de unicornios sobre la primavera que enero
marchita
voz quebrada por el hacha homicida del verdugo
tarde de cenizas que el viento diluye a lo lejos
pergaminos rotos de una historia inconclusa
Sinfonía de guerra
canto de amor y entrega
donde la eternidad es una flor que brota de
cuatro pechos
ensangrentados en su heroísmo
y allí
solos
en medio de la nada
y sin ninguna posibilidad de romper el cerco
no les quedó más que morir
aferrados a sus sueños
Enero 2012
Amaury.
Alas de aves fantásticas llevan en la voz del viento
el nombre de Amaury
más allá de un ocaso de sangre
donde las sombras sucumben a la luz
de una estrella
que en su frente eterniza sus sueños
en el crepúsculo más puro de su breve vida.
Enero 2012
Domingo Acevedo.
A esta hora
el camino real.
El camino
real a esta hora esta desierto, una brisa caliente levanta nubes de polvo que
se pierden entre los matorrales resecos.
Es medio
día, en julio el verano achicharra todo el monte y la primavera es un vestigio
lejano de flores y mariposas derretido en el recuerdo de los abuelos que debajo
de una mata de mango dormitan en el efímero esplendor de los sueños.
Enero 2012
A ninguna
parte he ido todo este tiempo de vivir
A ninguna
parte he ido todo este tiempo de vivir. He caminado sin rumbo por los caminos
de la vida, he vivido una vida que no es mía, que es ajena, que le pertenece a
otros, he cargado sobre mis hombros sueños y dolores ajenos.
Hoy me he quitado
la mascara que he llevado puesta por tanto tiempo y he ido al espejo a mirarme
cual tal soy y no me conozco, no soy yo, mi rostro es el rostro de todos, soy
el pueblo, soy la vida, la esperanza.
Soy ese niño
que muere cada tres segundos de hambre, soy esa mujer crucificada en la mas absoluta pobreza, soy ese hombre que
después de un día de andar por la ciudad buscando una esperanza, vuelve a su
casa con las manos vacías, soy ese anciano abandonado a su suerte, soy el
mendigo de la calle, soy la muchedumbre acorralada por las guerras y el hambre,
yo soy el dolor, soy la vida, soy la esperanza última.
Enero 2012
Un unicornio
de plata
En las
lejanas praderas de una lágrima
Un unicornio
de plata deja huellas de sal
En las
noches de luna llena
Enero 2012
Domingo
Acevedo.
Estas noches
frías me acercan tanto al pasado
que dos
palomas de agua se posan en mi corazón
Feb 2012
En una
esquina de mi alma
Los duendes
de la noche
Tocan las tamboras del olvido
Feb 2012
Domingo Acevedo.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
jueves, agosto 21, 2014
Guerreros invencibles del Aconcagua.
Guerreros invencibles del
Aconcagua.
Esta noche
solitarios guerreros danzan en los pergaminos del tiempo
alrededor de una luna de plata
parecen mariposas danzando en el viento
tratando de alcanzar un sueño
una luz perdida en los lejanos suburbios de la alborada
fantasmas que recorren los Andes
buscando entre los residuos de la historia
los restos incinerados de la utopia
encendiendo hogueras apagadas por el llanto
para que nuevamente iluminen de esperanza
las aldeas remotas de los Mapuches
hechos de amor y ternura
de un sentimiento tan profundo
que los ata por siempre a la tierra
por la viven y mueren
guerreros invencibles del Aconcagua
hechos de barro y agua
habitantes de más allá del río Maule
araucanos bravíos
eternizándose en el tiempo
raza que emigra desde el dolor y el sacrificio a la gloria
hoy por un sendero de sangre
que viene del pasado
un centauro herido se aleja a morir en mi voz
Domingo Acevedo.
Nov/13
Una
luna de jade en un cielo cuajado de sangre.
Un
lirio roto
una
mariposa herida
un
horizonte de pájaros agonizantes
un sol
atrapado tras los cristales del tiempo
una
anacahuita recostada contra la última tarde del otoño
un
camino herido por el llanto
un mar
de topacio
una
embarcación repleta de gritos que salpican la historia de lágrimas
una
hoguera congelada en la mirada del invierno
un
cañaveral de sombras donde se cuece el dolor
un trapiche
de látigo y sudor
una
tambora que llora en las noches claras del verano
una
luna de jade en un cielo cuajado de sangre
un
unicornio moribundo junto al sendero de la alborada
donde
un relámpago de cadenas rotas dejan en el viento
un
murmullo de huellas que se alejan por el camino de la gloria y el sacrificio
hacia
la eternidad
Domingo
Acevedo.
Nov/13
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
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