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domingo, diciembre 21, 2025
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El día que mataron a Manolo Tavárez en la Manaclas
El 21 de diciembre de 1963, tropas del Ejército Regular fusilaron en Las Manaclas, al doctor Manuel Aurelio -Manolo- Tavárez Justo y a 15 compañeros que lo acompañaron en el movimiento guerrillero que había iniciado el 28 de noviembre de 1963.
Una versión da cuenta de que Manolo Tavárez Justo y sus compañeros fueron arrestados en el momento que iban a entregarse desarmados acogiéndose a una promesa del Gobierno de facto del Triunvirato que había prometido respetarles las vidas si abandonaban las armas. Sin embargo, sus captores los fusilaron en el lugar de la detención.
El 19 de diciembre de 1963, el triunviro ingeniero Manuel Enrique Tavares Espaillat, había anunciado que la guerrilla sufrió 16 bajas y el Ejército Regular dos.
Acusó al movimiento guerrillero que lideraba Tavarez Justo, de tratar de establecer en la República Dominicana "una dictadura comunista, análoga a la que oprime al pueblo fraterno de Cuba".
No obstante, el miembro del Triunvirato dio seguridades a los guerrilleros de que si abandonan su lucha y se entregan a las autoridades, sus derechos serían respetados.
En opinión de Tavares Espaillat "es innecesario reiterarles que sus vidas y derechos serán religiosamente respetados".
En el momento que hizo el anuncio ya se conocían las noticias sobre las muertes de los guerrilleros Francisco Bueno Zapata, Pipe Faxas, Luis Ibarra Ríos y el guía guerrillero del Frente de Las Manaclas, Comandante Enrique Jiménez Moya, Domingo Sánchez Bisonó (El Guajiro)
El 19 de diciembre de 1963, el triunviro dijo que los focos de insurrección habían sido dominados, "a excepción del que opera en El Rubio".
Aseguró que las autoridades militares habían tomado 87 prisioneros, 58 armas largas, ametralladoras, fusiles máuser, pistolas, y revólveres.
De su lado, familiares de los guerrilleros solicitaron al Gobierno de facto del Triunvirato que declarara una tregua para los insurrectos, a fin de que puedan entregarse sin poner sus vidas en riesgo.
La petición también fue apoyada por el Partido Revolucionario Social Cristiano.
El Gobierno de facto del Triunvirato también anunció el día 19 de diciembre de 1963, que suspendió las garantías individuales a los detenidos inculpados de delitos de subversión, por lo que no podrán obtener libertad provisional, con o sin fianza.
El doctor Manolo Tavarez Justo, Comandante del Frente, Enrique Jiménez Moya, y sus compañeros, fueron detenidos por miembros del Ejército Nacional, a cinco kilómetros del caserío de Las Manaclas, en el municipio de San José de las Matas.
Del grupo que se acogió a la promesa que había hecho el Triunvirato de garantizarle la vida si se entregaban desarmados, sólo sobrevivió Emilio Cordero Michel, quien formaba con otros guerrilleros la Comisión de Avanzada que negociaría la rendición de los guerrilleros con los militares.
Al salir a la carretera, la comisión gritó que iba a entregarse y a pesar de mostrar prendas blancas, fueron ametrallados por militares que viajaban en un jip.
Los integrantes del otro grupo de guerrilleros que permanecían ocultos con el doctor Tavarez Justo, fueron apresados y fusilados en el acto.
Los guerrilleros que fueron fusilados junto al doctor Manolo Tavarez Justo fueron Leonte Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, Rubén Díaz Moreno, Jesús Antonio (Tony) Barreiro Rijo, Juan Ramón (Monchi) Martínez, Manuel de los Reyes (Reyito) Díaz Herrera y el doctor Federico José Cabrera, quien era el médico del frente guerrillero Enrique Jiménez Moya.
También fueron fusilados Jaime Ricardo Socías, Fernando Arturo (Papito) Ramírez Torres, Carlos Manuel Fondeur, Rubén Alfonso (Fonsito) Marte Aguayo, Caonabo Abel, Antonio (Manchao) Filión y José Daniel Fernández Santos.
La versión de Tulio H Arvelo
El historiador Tulio H Arvelo, publicó la versión que da cuenta del acto de fusilamiento y echó por el suelo la versión del Gobierno de facto de que el grupo de guerrilleros que acompañaba a Manolo Tavarez Justo, murió en combate.
Arvelo, explica los hechos en una historia que publicó en la Revista Ahora, número 737 del 26 de diciembre del 1977, en las páginas 65, 66, 67 y 68. En contenido es el siguiente:
El 21 de diciembre de 1963, el Dr Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), y catorce compañero más perecieron en Las Manaclas. Inmediaciones de San José de las Matas a manos de efectivos del Ejército Nacional. Según el parte oficial el grupo murió en combate. Pero sus compañeros sobrevivientes aseguran que fueron asesinados después de rendirse atendiendo un llamado que hizo por la Radio el ingeniero Manuel Tavares Espaillat, miembro del Triunvirato en el poder prometiendo que se le respetaría la vida. Tavarez Justo y sus compañeros habían iniciado un foco guerrillero el 26 de noviembre de 1963, conjuntamente con otros cinco grupos que operarían en La Horma. Berrenda. Bahoruco. El Limón y Los Quemados, diseminados en el Norte, en el Este y en el Sur del territorio nacional.
El motivo de la acción estuvo claramente expuesto en la Proclama al Pueblo, al decir ´la hora llama a la restitución y mejoramiento del régimen constitucional derogado por el golpe de Estado.
Se refiere a la asonada que derrocó el gobierno constitucional del Presidente Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963.
La proclama no limita el alcance del movimiento a esos objetivos. Considera que esas metas enriquecen las perspectivas de la revolución que nosotros auspiciamos. Más adelante aclara este concepto cuando dice ´y transformado este combate constitucional y antigolpista en una resistencia por la revolución reivindicadora que es nuestra misión fundamental.
El foco guerrillero de Las Manaclas, estaba compuesto por 29 combatientes de lo que solamente ocho salvaron la vida. A través de relatos de los sobrevivientes se conocen los últimos momentos en la vida de los mártires del 21 de diciembre del 1963. Aunque hay divergencia en sus versiones, todos coinciden en que a última hora decidieron acogerse a las garantías del ingeniero Tavárez Espaillat.
Estaban agotados
Un informe de Luís Peláez, sobreviviente de Las Manaclas rendido a la dirección del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), publicado en la edición del 26 de febrero de 1973 de la revista ¡AHORA!, dice que el día 19 el estado de la tropa era de agotamiento progresivo. Los comestibles se habían terminado y los esfuerzos para abastecerse eran inútiles porque habían fallado las medidas tomadas antes de subir a las montañas.
Los almacenamientos de provisiones habían desaparecidos y las bodegas y carnicerías instaladas en lugares estratégicos habían sido incautadas por el Gobierno. El día 20, sigue el informe, castigados por el hambre y el frió se planteó por primera vez considerar las garantías dadas por el Ingeniero Tavarez Espaillat. En una reunión celebrada en la noche, la mayoría opinó que debían acogerse a ellas.
Cinco se opusieron aduciendo el temor de que las intenciones de los militares golpitas fueran contrarias a las aparentemente expresadas por el miembro del Triunvirato. Tampoco Tavarez Justo, era partidario de la entrega. La reunión se disolvió sin que se llegara a un acuerdo. La decisión final se tomaría al día siguiente. El 21 a las cinco de la mañana ya estaban en pie.
Aunque no se hizo una nueva reunión formal, las conversaciones entre grupos habían convencido a Tavarez Justo a decidirse por la entrega. Con esa adhesión comenzaron los preparativos para rendirse a las autoridades.
A las 10.30 a.m., a José Daniel Ariza, Luís Peláez, Josesíto Crespo Polón y Pitifia, los cinco opuestos a la rendición, se les permitió marcharse.
En una entrevista hecha al doctor Emilio Cordero Michel, sobreviviente del grupo, en el número seis de la Revista ¿Qué?, en 1971, hay más detalles de las últimas horas de los héroes y mártires de Las Manaclas.
La rendición
Se acordó que la rendición se haría de día y ante un oficial del Ejército. Se comisionó a un grupo comandado por Cordero Michel e integrado además por Leonte Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, y Juan Ramón Martínez (Monchi) para que fueran a arreglar la entrega. A las cinco horas de camino se encontraron con un jeep del que se apearon dos soldados armados de ametralladoras. Uno abrió fuego matando en el acto a Schott Michel, a Peralta Michel y a Martínez. Cuando el soldado homicida recarga su arma para disparar sobre Cordero Michel, que había resultado ileso de sus primeras ráfagas, el otro soldado se la quitó increpándolo de asesino y evitando que lo matara.
En esa misma entrevista está el siguiente detalle: Fidelio Despradel, Marcelo Bermúdez, Juan García Arias (Chanchan), y Domingo Bisonó (El guajiro), habían abandonado el grupo de Manolo del 15 al 16 a cumplir una misión. Eso salvó la vida a los tres primeros. El guajiro murió al ser reconocido en una bodega por el segundo alcalde del lugar. Allí fue herido de una puñalada. Despradel, Bermúdez y García fueron capturados más tarde. Los caídos en Las Manaclas fueron Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justo. Ing. Jaime Rafael Ricardo Socias. Dr. José Cabrera González. Juan Ramón Martínez (Monchi). Jesús Antonio Barreiro Rijo (Tony). José Daniel Fernández Matos. Ing. Rubén Días Moreno (Rudy). Agr. Domingo Sánchez Bisonó. Manuel de Jesús Founder, Leonte Antonio Schott Michel, Fernando Arturo Martínez Torres, Antonio Filión (Manchao), Caonabo Abel Manuel de los Santos Reyes Díaz (Rayito) Alfredo Peralta Michel (Alfredito) Francisco del Carmen Bueno Zapàta, Rubén Alfonso Marte Aguayo (Fonsito)
En la Horma, entre San José de Ocoa y Valle Nuevo, murieron. Hipólito Rodríguez Sánchez (Polo). Jefe del grupo de los Quemados, Adolfo González y Negro Rodríguez de Jesús. En esa misma zona fueron capturados Arsénico Ortiz Fernández (cubano), Francisco Peralta Trinidad, Arturo Romero, José Rafael Pérez Modesto, Gonzalo Pérez Cuevas, José Altagracia Suazo, y la Dra. Carmen Lora Iglesias (Piky)
En Loma Colorada, jurisdicción de San Francisco de Macorís, fueron capturados. José Chaljub Mejía, Luís Adolfo Domínguez, Dr. Abel Rodríguez del Orbe, José Anibal Guzmán, Cruz Peralta y Homero Hernández, (este último sería muerto años después por una patrulla de la Policía Nacional, en una calle de Santo Domingo)
En el Calvario de Nagua, fueron capturados Manuel de Jesús Checo, Dr. Nathanael Díaz González, Emil Elías Esmurdoc Ariza, Juan Lantigua Javier, Aquiles Reynoso Paulino, Oscar Edgard Cabral Rodríguez, Ramón Euclídez Morillo Martínez y Reyes Saldaña.
En Villa Nizao, Enriquillo, capturaron a José Antonio Moquete Capell. Juan José Javier Reyes. Gil Alberto Pérez Rijo (Belisario). Lilo Coss Batista, Dr. José Dionisio Bautista Fabián, Ángel Luís Pertnella Ceballo (de nacionalidad española) y Federico Cuello Dávila. Enn El Fondo, Polo, Barahona, fueron capturados el Ing. Jaime Capell Bello. Dr. Enrique Batista Gómez. José Hungría Sánchez. Raymundo Cuevas Sena y Nelio Hernández Bautista.
En la Región Este murieron: Rafael Faxas Canto (Pipe). Herniquillo Almánzar, Caqui Meléndez y Minaya Fernández. En Pedro Sánchez, fueron capturados El Dr. José Antonio Contando y Cristóbal Romás (Cristobita) En la Región Septentrional, murió Félix Jerónimo Escaño Peña y fueron capturados. Edmundo Díaz. Ing. Daniel Matías. Francisco Tello. Dr. Sostenes Peña Jáquez (más tarde muerto en el asalto a San Francisco de Macorís durante la Guerra de Abril de 1965) y el Dr. Juan Miguel Román (muerto heroicamente en el asalto al Palacio Nacional durante la Guerra de Abril de 1965)
En Los Quemados, Bonao. fueron capturados el Dr. Juan José Matos Rivera. Marcelino Grullón Jiménez. Teódulo Radhames Guerrero, Dr. Bienvenido Aquino Pimentel, Benito Alejo Germán Vargas, Arquímedes Pagan Feliz, Eduardo Rosa Aristy, Ing. Manuel Lulo, Antonio Mirabal Jiménez, Julio Lora Genao, Freddy Reyes, Marcelino Antonio Rosado, José Romero Bello Suriñach, Julio Enríquez Montandón, Marcelino Antonio Vargas Jaquez, Zoilo Batista, Hugo Alberto García Muñoz, Ángel Rafael Abud y Manuel de Regla Medrano.
El motivo del fracaso es uno de los puntos más tratados en artículos entrevistas, y otros medios de publicidad por los sobreviviente del movimiento guerrillero. Señalan muchos de los sobrevivientes ´ que el aislamiento de las masas fue un factor principal que impidió el triunfo. Así como la falta de una línea política, es decir la estrategia y la táctica para desarrollar la lucha guerrillera, estas consideraciones fueron expresadas por Emilio Codero Michel, y corroborada por Josesito Crespo, del frente de la Las Manaclas, que comandaba Manolo Tavarez Justo.
José Daniel Ariza, otro combatiente del Frente de Las Manaclas, acorde con la falta que significó la ausencia del apoyo popular dijo que la línea política que se siguió fue incorrecta y que el pueblo es el único sabio y si le indicamos un camino errado no nos sigue, demostrándonos que estamos equivocados.
Los cadáveres de los mártires de Las Manaclas fueron enterrados en una fosa común, la mayoría de ellos fueron sacados y trasladados a sus respectivas localidades de donde eran oriundos. Manuel Aurelio Tavarez Justo, fundador del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (IJ4), y Comandante Supremo de los Frentes Guerrilleros de noviembre del 1963, reposa en el cementerio de la ciudad de Salcedo, de la Provincia Hermanas Mirabal, junto a su esposa Minerva Mirabal.
NOTA. Hemos querido refrescar la memoria a los dominicanos que vivieron esos momentos y a los jóvenes que solo le ha llegado con muchas distorsiones esta heroicas jornadas de hombres y mujeres que sintieron que la libertad de esta nación había sido mancillada por el gorilismo imperante en esa época, sintiendo el llamado de la Patria, no el llamado que se le quiere atribuir a tránsfugas. El valor de estos que ayer siguieron a unos de los hombres con mayor sentimiento y quien fuera cobardemente asesinado por las hordas sangrientas del gorilismo de ese entonces. El valor de aquellos al igual que los inmortales de las jornadas de Constanza, Maimón y Estero Hondo.
Texto: Héctor Tineo y Tulio Arvelo
21 de diciembre caida de Manolo en las Manaclas
¿Cómo murió y quién mató a Manolo Tavárez Justo? Una discusión pendiente seis décadas después de su muerte
“En cuanto a Manolo y los demás 12 compañeros, el campesino nos narró que estos habían sido hecho prisioneros por un contingente de soldados que los estaban esperando, emboscados en la proyectada carretera Diferencia-San Juan de la Maguana”

Por Miguel Guerrero

Sesenta años después de la muerte del líder del Movimiento político revolucionario Manuel Tavárez Justo (Manolo), el 28 o 29 de noviembre de 1963 mientras encabezaba un foco guerrillero, no está del todo claro cómo y quién fue que ordenara su muerte y quién la ejecutó.
En el libro “Movimiento 14 de junio. Historia y documentos”, publicado en 1983 por Alfa y Omega, Tony Raful sostiene que existe “confusión real en la orden de matar a Manolo”(página 608). Sostenemos el criterio en función de la observación detallada y minuciosa de los acontecimientos que no hubo una orden expresa de fusilar a Manolo Tavárez y a sus compañeros.
Raful señala que el apresamiento del líder de la guerrilla se produjo a manos de una patrulla que lo había emboscado “en la vieja e inconclusa carretera San José de las Matas y San Juan y que esa patrulla “no tenía idea como no la tenía el comando central militar de que se iba a producir la rendición, por lo tanto había sido enviada con el fin de combatir y liquidar la guerrilla”.
El autor destaca que la avanzada encabezada por el doctor (Emilio) Cordero Michel “que iba a negociar esa rendición, fue liquidada por un raso sin el consentimiento del cabo José Tapia”, lo cual explica que Cordero Michel “salvara la vida milagrosamente” y también explica, según Raful, “la discusión entre el cabo Tapia y el raso, en la cual el primero llamara “asesino” al raso.
Raful también dice que “el tratamiento” dado a Cordero Michel contradice la posibilidad de que se ordenara una “liquidación de los integrantes del Frente como orden militar pues no se concibe que (Cordero Michel) hubiese sobrevivido a esa decisión”.
En la página 609, Raful afirma que “atando cabos sueltos”, podía concluirse que “no hubo orden de fusilamiento” y a seguidas ofrece una versión que nadie ha cuestionado públicamente. “Estableciendo cabos sueltos podemos llegar a la siguiente conclusión: Manolo y sus compañeros caen en la emboscada montada por el teniente Juan Polanco”, quien según el autor ,“ignora propiamente la rendición”.
“Los obligaron a quitarse los uniformes, quedándose con la ropa interior, y luego los amarraron. Manolo se negó a quitarse la ropa. Insistía con voz indignada que él era el único responsable del grupo, y que lo que fueran a hacer se lo hicieran a él, que era el único responsable”.
Raful cita a Cordero Michel diciendo que según él “a nosotros (a Monchi, Alfredo y Leonte) nos dejaron pasar, lo cual es muy corriente en emboscada, según el autor, “ para dirigir el foco central contra el grueso de la misma guerrilla, aunque no hay prueba “ si fue así realmente”.
En los párrafos siguientes, Raful dice lo siguiente:
“No hay tiempo posible de comunicación entre el momento en que el doctor Cordero Michel llega preso al poblado de Manaclas y comunica oficialmente la rendición de Manolo a las autoridades superiores y le pide al comandante que le salve la vida a manolo, y al momento en que caen en la emboscada Manolo y su grupo.
“Es más, si Manolo (estaba separado por 4 kilómetros de Cordero Michel y el grupo que se encuentra con el jeep) hubiese oído los disparos de fusilamiento de sus compañeros, que había mandado adelante, lo cual debió haber escuchado, hubiese interrumpido la rendición, y si no la interrumpió fue porque en ese momento él también caía en una emboscada. No tuvo tiempo de retroceder”.
El relato de Raful continúa : “Los soldados que lo apresan escuchan disparos y se sienten justificados sicológicamente a actuar contra los guerrilleros, que alegan con banderas blancas la rendición. “Si el teniente Juan Polanco(que actuó en un espacio de 7 a 10 minutos) comunica la noticia del apresamiento de Manolo, al Comando Central de Manaclas , el fusilamiento no se hubiese producido, por lo menos en esos momentos, sin poder establecer realmente qué hubiera ocurrido pero el hecho de que el doctor Cordero Michel hubiese recibido ese trato en el pequeño cuartel por parte del comandante, nos permite a nosotros llegar a la conclusión de que quizás hubiese salvado la vida a Manolo Tavárez Justo”.
Y concluye diciendo que “si el teniente llama, no se presenta el hecho inmediato del fusilamiento porque según testimonios recogidos, el comandante militar inmediatamente despachó a Cordero Michel para Santiago, con órdenes precisas de que le respetaran la vida, salió para la carretera donde estaba Manolo y no se había montado en el yeep cuando escuchó una descarga horrible de fusilería”.
Por su parte, Fidelio Despradel, en su libro ya citado (editora Búho, páginas 164 y 165) dice que después de tres días alimentándose “con naranja agria y una pequeña porción de chocolate y tomando mucha agua, el día 29 de diciembre, divisaron a lo lejos un bohío y que llegaron a establecer cierto nivel de confianza con el propietario Quirino Rodríguez, quien les reveló “la forma cómo asesinaron a su compañero Francisco Bueno Zapata, arrastrado “amarrado a la cola de un animal”.
“En cuanto a Manolo y los demás 12 compañeros, el campesino nos narró que estos habían sido hecho prisioneros por un contingente de soldados que los estaban esperando, emboscados en la proyectada carretera Diferencia-San Juan de la Maguana”, y agrega:
“Los obligaron a quitarse los uniformes, quedándose con la ropa interior, y luego los amarraron. Manolo se negó a quitarse la ropa. Insistía con voz indignada que él era el único responsable del grupo, y que lo que fueran a hacer se lo hicieran a él, que era el único responsable”.
El dramático relato de Despradel continúa: “De acuerdo a lo que le dijo el campesino a Joseíto Crespo, Rafael Reyes y Napoleón Méndez, después de tener a los 13 guerrilleros un buen tiempo amarrados, pegados a la pared que forma el corte de la carretera en la montaña, estos fueron fusilados, uno a uno, con bayonetas y armas cortantes, y luego fusilados”.
“¡Asesinos, asesinos!, les decía Manolo a los soldados, mientras asesinaban a sus compañeros. Manolo fue el último en ser ultimado”, afirma.
(*) Miguel Guerrero es periodista y escritor. Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Historia.
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