domingo, septiembre 01, 2024

Enrique herido de ausencia

 


 

Es aquí

prisionero de estas lágrimas

en que de tu ausencia gotean jazmines morados

sobre mi conciencia lastimada por tu partida

que ha roto mi alegría en mil pedazos

Enrique herido de distancia

pedazo de ternura que rueda por mi voz y se hace llanto

          sombra que aletea en mi memoria y se hace luz

cuando grito tu nombre

cuando te busco en las habitaciones del olvido

y sólo encuentro tristeza

sinsonte de cristal herido bajo la lluvia

relámpago súbito de flores que ilumina la noche

lirio roto junto al camino de la tarde

unicornio que cabalga solitario

por las praderas memorables de la eternidad

canto que duele en la mirada

ausencia que mina la alegría

que enlutece nuestras vidas

es aquí

Enrique

donde luchamos contra el hastío

y hacemos de tu recuerdo

una bandera que ondeamos en nuestros corazones

contra el dolor

 

Poema dedicado a Enrique Acevedo

 

 

 

Enrique

 

Enrique

quiero abrazarte tanto con este canto

darte tanto calor

tanta luz

que pueda transformar tu cadáver en una flor

y convertir este llanto eterno

en alegría perdurable

 

Poema dedicado a Enrique Acevedo




Cimarrón herido por el tiempo

 


 

Que te puedo

yo

decir

hermano

sí ya estás muerto

sí te has ido silencioso y solitario

a poblar los lejanos recintos del olvido

sí nos ha dejado aquí

solos

desamparados

tristes en el dolor de tu partida

con las miradas heridas de ausencia

con las manos vacías de ternura

acongojados

arrinconados en la angustia inmensa

de saber que te hemos perdidos para siempre

Sansón de ébano

hijo natural del bosque y la lluvia

cimarrón justiciero que tejía con los hilos del rocío

los colores horizontales de los amaneceres

centauro que habita a la sombra de los recuerdos

cazador siempre al acecho de su presa

entre los matorrales achicharrados por la sequía

pescador

dueño de las noches salitreras del mar Caribe

adormecido al arrullo del canto de los grillos

en tu voz de salitre

el mar aún arremolina estrellas y sueños

 

A mi hermano Felipe Acevedo

 

 

Ausencia

 

Felipe 

en las noches 

cuando vayamos

a cerrar las puertas de la casa

para irnos a la cama a dormir 

miraremos en la oscuridad

el fulgor lejano de las luces 

de la ciudad

con la tristeza de saber 

que ya nunca más volverás


A mi hermano Felipe Acevedo















 






 

Cristal de agua

  

 Cristal de agua  

la luz se ha roto  

un arco iris

Domingo Acevedo




Foto tomada de la red


El maíz

 


Collar vegetal de perlas amarillas 

sobre el vestido verde  

rizos de sol  

Domingo Acevedo





Foto tomada de la red

Pájaros de oro

 

Esta tarde de invierno 

pájaros de oro  

migran hacia los oscuros rincones del agua


Domingo Acevedo





Foto tomada de la red.

Detrás de la noche

 

 

Detrás de la noche  

un ojo ancestral  

llora el dolor del mundo 

Domingo Acevedo.



Foto tomada de la red.

sábado, agosto 31, 2024

Nanjing.


I

Cuando los pequeños demonios

hijos del sol llegaron a Nanjing 

sin honor y sin gloria

la ciudad desamparada lloraba por sus hijos

que murieron defendiendo sus murallas 

y por los que quedaron atrapados en sus ruinas 

sin tener a donde huir

de la ira de los soldados 

que ebrios de odio 

llegaron danzando sobre los cadáveres destrozados 

orinando su semen podrido sobre el útero

de las doncellas mancilladas en su inocencia 

II

Tan envilecidos estaban en su maldad

que frente al Yang Tse 

bebieron en copas de plata la sangre de los vencidos

mientras una larga peregrinación de cadáveres

se alejaba río abajo  

para luego regresar en la enfurecida ternura 

de los milicianos 

que amurallaron en sus pechos la rebeldía 

para hacer del amor un canto a la libertad

III

Nanjing 

Ciudad de vida y muerte 

en donde en cada primavera

como un homenaje al heroísmo y al sacrificio

retoñan las flores de la guerra  

Domingo Acevedo.

Dedicado a todos los que murieron antes 

y después de la caída de la ciudad de Nanjing en china

aquel diciembre del 1937 a manos del ejército criminal del Japón imperial




Foto tomada de la red.

La paz.


 

Mis lágrimas atan mi voz

al silencio que apuñala este grito

que estremece los cimientos

de la humanidad

 cuya indiferencia la hace cómplice

de este crimen alevoso

que oscurece el horizonte

y cierra todas las puertas de la primavera

en donde a pesar de todo

en Palestina

en los campos abonados

con la sangre de los caídos

crecen las retamas

los olivos

y la trementina 

como evidencia de que la paz

no puede estar sustentada en las manos

de quienes estrangulan la ternura de los niños

que en Gaza y Cisjordania

yacen destrozados en su inocencia


Domingo Acevedo.

 

Poema dedicado a la periodista palestina asesinada por el ejército de Israel, Shiren Abu Akleh





Foto tomada de la red.


Pergaminos de eternidad.

 


I

Déjame recordarte

hoy

camarada

antes que el tiempo se haga cargo de todos nosotros

 y la vida nos deje abandonados en los cementerios

 y tu historia de soldado proletario

caído al fragor de los sueños

no sea más que un manojo de olvido

en voz de la ausencia

II

Déjame camarada

con la sangre de tus verdugos

escribir tu nombre

en los pergaminos de la eternidad

para que tu recuerdo

el tiempo

ni la ausencia

ni el olvido

puedan borrarlo del corazón de nuestro pueblo

Domingo Acevedo.

A Numitor Elpidio Jiménez Sanelly

(Tito Monte)



















Foto tomada de la red.

 

Maximiliano.


 

Maximiliano

Quien dibujó tu rostro con sangre

en los pergaminos del viento

quien Moreno

intentó amarrar tu voz de profeta al olvido

quien creyó que matándote

apagaría la luz planetaria de tus ojos

quien enterró en tu sangre la muerte

para que acuchillara la vida

que germina

se multiplica

y crece en la aridez del llanto

en la leve melancolía de los días aciagos

de los doce años

representativos de una época

en donde el horror y la muerte

danzaban al ritmo acompasado de la metralla

que hería de luto

el corazón tierno de la patria

Domingo Acevedo.

A Maximiliano Gómez (El Moreno)





Foto tomada de la red.

 

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