Estoy lleno de recuerdos de mi infancia
de nombres memorables
de seres que con su ejemplo
y su nobleza
me forjaron como persona
sin ellos no hubiese crecido tanto
como para ser el hombre
en el que
habita mi humanidad
y llevar en mi voz el canto alegre de los
pájaros
ni hubiese podido tener entre mis manos
la fecundidad de la vida
ni en la mirada el cielo que en la noche
se llena de lunas y estrellas
que colorean de fantasía los sueños
en los que vivo
desde mucho antes de ser una gota
de semen proletario
ovulo rebelde
fertilizado en la noche cósmica
de la pobreza y el hambre
y que se hizo luz un amanecer de noviembre
como una profecía inútil
Domingo Acevedo.