Hoy nos llega tu recuerdo
vestido de diamantes y rocío
ya no hay estrellas en tus ojos
ni la luna brilla en tu voz
sólo nos queda tu ausencia
el aroma de tu sombra en cada rincón de la casa
el pley donde se forjaron todas tus ilusiones
los guantes
las pelotas
el bate
los niños que te veneran y te nombran
el sonido de tus pasos que vienen y van
por las calles que cargaron por siempre
todos tus sueños
tu afán
tu cotidiano afán
tu lucha permanente
tu sed de justicia
toda tu ternura se resume
en el irrevocable amor por tu madre
en esos tres lirios que sembraste
en el huerto de la vida
y al final
sólo nos queda tu recuerdo
la grandeza de tu obra
que aplasta la voz agorera de los inicuos
que archivaron en su vientre la maldad
hijos perversos de la mediocridad
que el día de tu muerte
jubilosos alzaron sus copas
y brindaron
ellos tienen nombres y apellidos
y el fétido olor de los traidores
a pesar de su ira
tus creces todos los días
en las tiernas sonrisas de los niños
tu humanidad que se multiplica
entre los dedos alfareros del viento
que nos trae tu nombre en su voz
Ay Miguel
como nos duele tu ausencia
como sangra este enero en la piel
Domingo Acevedo.