Quien
se iba a interesar por aquel niño
sino
fue más que un nombre
olvidado
en un libro del registro civil
de
una oficialía cualquiera
un número
más en las estadísticas
de
niños fallecidos aquel año
un breve
ser humano
que
ni siquiera tuvo tiempo de crecer
para
ir a la escuela
a
aprender a leer y escribir
y
jugar
y soñar
en el recreo
como
los demás niños
quien
se iba a interesar por aquel muchachito
desnutrido
y endeble
cuyo
cuerpo afiebrado su madre
en
una silla de un hospital publico
apretaba
con ternura contra su pecho
esperando
un turno para que un medico
lo
examinara y le diera una esperanza de vida
quien
se iba interesar por aquel amasijo de carne gelatinosa
que
se consumía a ratos en su propio fuego
que miraba
con tristeza a su madre
desde
la cósmica profundidad
de
sus ojos almendrados
y
enredaba sus brazos en su cuello
y
apretaba su mejilla cálida contra la de ella
tratando
en vano de aferrarse a la vida
que lentamente
se le escapaba
Domingo
Acevedo.