Haití es un país abandonado a su
suerte por los que crearon la crisis que los afecta, que nosólo es económica sino también institucional
y estas naciones apuestan a que la Rep. Dominicana, un paíspobre también cargue con la pobreza de los
haitianos,
Nosotros debemos apostar a la convivencia recíproca y pacífica de las dos
naciones, pero sinose pone un alto a la masiva entrada ilegal de
haitianos al país, teniendo en cuenta las grandes diferencias históricas que
nos separan, desde la invasión de 1801, el degüello de Mocay la invasión de 1822, con la posterior
guerra de independencia y la matanza del 1937 ejecutada por el gobierno de
Trujillo,nos tendremos que enfrentar a
un gran dilema: cómo resolver el problema migratorio creado por la
irresponsabilidad de los gobiernos que hemos tenido y que podría degenerar en
un derramamiento sangre .
Debemos vernos en el espejo de
algunos países de África entre los que ha habido grandes matanzas entre grupos
étnicos distintos, por ejemplo la de Ruanda en abril del 1994 cuando el
gobierno Hutu asesino el 70 por ciento de la población Tutsi, aunque son
escenario distintos, se pueden crear las condicionespara que suceda un evento de esa envergadura
ante la inmigración sin control de haitianos al país en complicidad con
autoridades civiles y militares en la frontera y la inconciencia también de
personas que se prestan para tal fin.
En la frontera se corre el peligro
de una balcanización de esa zona, ante
el abandono de los dominicanos de la frontera y la posterior ocupación por
parte de nacionales haitianos ilegales.
Los habitantes dominicanos de la frontera
prácticamente han sido abandonados por los gobiernos que hemos tenido, eso ha dado
como resultado el abandono de esa importante zona del país tanto por la falta de
incentivos, la pobreza y la presión
ejercida por los haitianos, deforestación, crímenes, atracos y robos a la
agricultura y la ganaderíaetc.
Haití es nuestro vecino más
cercano, compartimos la misma isla, aunque por esos caprichos de la historia
somos diametralmente opuestos, en el idioma, la cultura, las costumbres y la
religión y aunque dependemos uno del otro, hay un abismo que nos separa y que
no permite un entendimiento total entre los dos países.
Está en las autoridades de ambas
naciones buscar un entendimiento para que como países hermanos que somos
podamos vivir de manera pacífica, aprovechando el potencial económico y
comercial de cada uno, estableciendo reglas claras enmarcadas dentro del
respeto mutuo y la autodeterminación como pueblos distintos que dificulta las
relaciones entre las dos naciones.
La crónica histórica, debidamente documentada, consigna que en el 3 de abril en 1805, tropas invasoras haitianas cometieron la salvaje y barbárica matanza en la villa de Moca, conocido como El Degüello.
La cuantificación de víctimas de aquel momento pasadas a cuchillo, sables o bayonetas, fueron estimadas en cerca de medio millar, cantidad elevadísima a juzgar por la reducida población y la prontitud en su realización. Al hecho se han referido algunos estudiosos e historiadores en momentos diferentes. Antonio Delmonte y Tejada, Javier Angulo Guridi, José Gabriel García, los hermanos Leónidas y Alcides García, Benjamín Summer Welles, Ramón Marrero Aristi y otros se encuentran entre ellos.
Summer Welles, por ejemplo, (en igual afirmación que los demás) señala que en esa fecha "los residentes fueron congregados en número de quinientos, en la iglesia para presenciar un solemne Te-Deun en acción de gracias... 👍 ahí a mansalva fueron degollados sin misericordia..."
Anticipándose a todos, Gaspar Arredondo y Pichardo, un joven abogado de Santiago que había resistido junto a otros la embestida criminal en esa ciudad hecha por los mismos haitianos antes que el suceso de Moca, habiendo tenido que salir huyendo a Cuba, escribiría desde allá, su "Historial de mi salida de Santo Domingo el 28 de abril de 1805", crónica escrita con el sólido soporte de una narración hecha por alguien que fue testigo y actor al mismo tiempo. En ese Historial, relata, que el comandante haitiano había impartido la orden a sus tropas "de que las mujeres de todas las clases y edades se reunieran en la iglesia y los hombres en la plaza, pues todos, bajo la buena fe de la capitulación celebrada con los vecinos partidos, debían obedecer a las prevenciones del jefe que mandaba. Todos obedecieron creyendo que se iba a proclamar algún indulto o gracia a favor de ellos, y el indulto fue degollarlos a todos luego que se verificó la reunión prevenida, como a ovejas acorraladas." Califica aquello como un "sacrificio espantoso, sacrílego y bárbaro".
Lo de Moca es solo el punto más revelador y escandaloso de aquella orgía de sangre, terror y saqueo que realizaran las tropas haitianas en este lado de la frontera en el año de 1801 y en el 1805, tal vez por que la población fue concentrada en gran número en la iglesia y los invasores no necesitaron de mucho esfuerzo para su ejecución. En su Historial, Arredondo y Pichardo califica como degüello la matanza realizada por los haitianos en Santiago el 28 de febrero de 1805 quienes entraron a "sangre y fuego con todos los del país para hacerse paso a la capital" y agrega que "toda aquella población y los pueblos del tránsito, fueron reducidos a ceniza por la tropa negra en su retirada, destruyendo hasta los altares. Los sacerdotes que encontraron fueron presos, y después sacrificados". Continúa narrando como se llevaron a pie para Haití, a los que dejaron vivos entre ellos al octogenario vicario Pedro Tavares, muriendo muchos de hambre y sed en el camino.
La validez de la narración de Arredondo y Pichardo, se encuentra sustentada por los hechos y la unánime afirmación de los relatos (que son muchos) e informaciones registradas de la época.
Emilio Rodríguez Demorizi, en su libro Invasiones Haitianas de 1801, 1805 y 1822 recoge una significativa documentación originada en la época y a consecuencia de los hechos, que constituyen la prueba inequívoca de la devastación, los asesinatos gratuitos e innecesarios, el saqueo y desolación a que los haitianos sometieron nuestro territorio especialmente en 1801 y 1805.
Alguien podría ingenuamente pensar (para satisfacción y gozo de interesados) que alrededor de estos hechos hay un sobredimensionamiento y exageración. Sin embargo, si se observa con detenimiento la documentación conocida, sin despreciar en nada la opinión de algunos funcionarios franceses de la época tanto del lado de Haití como de esta parte, y las comunicaciones de funcionarios de otras naciones a sus respectivos gobiernos y sus juicios sobre el carácter radicalmente diferente de una nación y otra, habrá de llegarse sin asomo de ninguna duda a la comprensión de la gravedad de aquellos escenarios de saqueos, terror, y sangre.
Se llegará también al juicio de que antes que sobredimensionar el hecho, existe una infravaloración, desconocimiento y olvido de aquello que forma parte de nuestra historia y que marcó, el espíritu de la nacionalidad dominicana.
Al leerse la Alocución que realizara Dessalines al pueblo haitiano el 12 de Abril de 1805 a su regreso del sitio de Santo Domingo, para dar cuenta de su gloriosa hazaña realizada de este lado de la isla, puede medirse la soberbia de un soberano emperador con signos de gozo y alegría por el crimen, terror y saqueo realizado. Entre otras cosas se lamenta de no "haber coronado con un completo y cabal buen éxito" su campaña, pero en compensación, le dice a su pueblo, que "os queda, al menos, el consuelo de pensar que la ciudad de Santo Domingo, (es) único lugar que sobrevive a los desastres de la devastación que propagué a considerable distancia en la parte antes española...". Más adelante dirá que "habiendo sido tomada a fuego y sangre toda la parte exterior de Santo Domingo, el resto de los habitantes y de los animales (fueron) arrancados de su suelo y conducidos a nuestra patria…".
También en su Diario de la Campaña, dirá que "...el saqueo de la ciudad de Santo Domingo era lo único que faltaba para completar sus proyectos..." y confiesa haber dejado la orden a sus principales jefes para que "la caballería se extendiera por todos los lados, destruyendo y quemando todo lo que encontraba a su paso". Agrega, además, haber ordenado a sus generales para que "empujaran (se llevaran hacia Haití) delante de ellos el resto de los habitantes, de los animales y las bestias".
Oportuno es apuntar que el reino del crimen, terror y saqueo a que sometieron esta parte de la isla en 1801, 1805 y la desastrosa ocupación de 1822 al 1844 no solo ocasionó daños personales y materiales. Esas invasiones y el estado de zozobra y amenazas permanentes a que Haití sometió a esta parte de la isla, forzaron la emigración de muchos de nuestros mejores hombres y familias en búsqueda de una tranquilidad y seguridad que les fue arrebatada aquí.
El exsenador estadounidense Richard Black afirmó que la administración de su país apoya a las organizaciones terroristas para destruir Siria, robar su riqueza e imponer sanciones para privar a su población de las necesidades básicas de la vida, en una de las guerras más “crueles y bárbaras”.
“Estoy asombrado por la indignación de la agresión estadounidense contra Siria, y es importante admitir después de 10 años de guerra que Occidente quiere a los terroristas a quienes detesta el pueblo sirio”, dijo Black en un discurso durante la Conferencia Internacional del Instituto Shiller en los Estados Unidos sobre “la agresión estadounidense, la guerra terrorista en Siria y el papel de Estados Unidos y la OTAN en eso”.
Señaló que Washington no está librando una guerra contra el terrorismo como alega sino que está estrechamente aliado con los terroristas como “Al-Qaeda” para implementar sus agendas políticas y destruir países que rechazan sus dictados.
También, aclaró que Washington elaboró desde 2006, planes detallados para desestabilizar Siria, y reveló que “Estados Unidos, Reino Unido y Francia atacaron Libia en marzo de 2011, y luego Estados Unidos entregó el control de un aeropuerto libio a los turcos, quienes lo utilizaron para transportar armas avanzadas saqueadas de Libia para abastecer a los terroristas que los estaban reclutando para luchar en Siria”.
El ex senador señaló que el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, formalizó el apoyo a largo plazo de Estados Unidos a los terroristas en 2013 al autorizar en secreto a la CIA a entrenar, armar y pagar a miles de terroristas para luchar contra Siria. “Estos ejércitos terroristas estaban completamente bajo nuestro control”, dijo.
Black hizo mención al crimen cometido por los terroristas del Movimiento Nour al-Din al-Zanki en 2016 cuando secuestraron a un niño palestino pequeño de un hospital, lo torturaron y decapitaron en el campo de Alepo para aterrorizar a las personas y tomarlas como escudos humanos, a fin de obstruir el avance del Ejército Árabe Sirio.
“Hemos pagado los sueldos de cada hombre que cortó y levantó la cabeza de este muchacho.. les dimos sus armas y todo lo que necesitaban”, precisó.
Black dijo que los traficantes de armas estadounidenses se están beneficiando enormemente de lucrativos acuerdos como los misiles antitanques que la CIA suministró a organizaciones terroristas para matar a sirios inocentes en sus ciudades y pueblos.
Black se refirió a la intensa campaña de propaganda lanzada por Estados Unidos y la OTAN contra Siria y sus falsas acusaciones de que el Ejército Árabe Sirio había utilizado armas químicas para crear un pretexto para la agresión contra Siria, señalando que en 2018, el entonces secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis admitió que Estados Unidos no tenía pruebas de estas acusaciones.
También reconoció que “en 2015, las fuerzas estadounidenses invadieron ilegalmente el norte de Siria y se apoderaron del petróleo sirio, y se autorizó a una compañía petrolera estadounidense a construir una refinería a un costo de 150 millones de dólares y a explorar más petróleo en territorio sirio soberano”. “Estados Unidos robó la riqueza de este pueblo y dejó a los sirios congelados en el invierno mientras nosotros les robamos el combustible”, añadió.
“El mundo debe rechazar esas guerras interminables y esta locura debe terminar”, concluyó.
Advertencia: esta historia contiene una foto -y su descripción- que pueden resultar perturbadoras para algunas personas
China y Australia están enzarzadas en un pulso geopolítico en el Pacífico Sur que tiene implicaciones globales.
Durante el último año, ambos países han ventilado públicamente sus diferencias dejando a la vista el rápido deterioro de sus relaciones.
Pero las tensiones empezaron a surgir mucho antes.
En 2018, Australia comenzó a acusar a China de inmiscuirse en sus asuntos internos, tras lo cual aprobó una ley en contra del espionaje y la interferencia foráneos.
Además, prohibió que sus empresas de telecomunicaciones adquirieran equipos de tecnología 5G de la compañía china Huawei, alegando motivos de seguridad nacional.
Tras el inicio de la pandemia del coronavirus, el gobierno del primer ministro Scott Morrison abogó por una investigación internacional sobre el origen de la enfermedad, lo que fue interpretado en Pekín como un ataque en su contra.
El diario Global Times, perteneciente al Partido Comunista de China, acusó a Morrison de aventurero y advirtió que el daño en las relaciones bilaterales podía ser "irreparable". Una amenaza relevante al proceder del principal socio comercial de Australia.
A partir de entonces, Pekín comenzó a poner trabas al intercambio bilateral, imponiendo elevados aranceles a los productos como la cebada y el vino de Australia, dificultando las importaciones de carne de vacuno y prohibiendo la compra de madera y carbón australianos, entre otras medidas.
En noviembre de 2020, días después de que un informe del gobierno australiano halló "evidencia creíble" de que soldados de ese país mataron a 39 civiles durante la guerra en Afganistán, un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China publicó en Twitter una imagen manipulada en la que aparecía un soldado australiano colocando un cuchillo en el cuello de un niño afgano.
Apenas dos horas más tarde, el primer ministro Morrison apareció en televisión exigiendo una disculpa del gobierno del presidente chino, Xi Jinping.
Sin embargo, Pekín no retrocedió. "No es China la de que debería estar avergonzada, sino Australia", dijo entonces una portavoz del ministerio de Exteriores chino.
Pero ¿qué hay detrás de todos estos enfrentamientos?
"Guerra política"
"Básicamente, lo que está sucediendo es que China está librando lo que se conoce como una guerra política contra Australia", dice Malcolm Davis, analista sénior en estrategia y capacidad de defensa del Instituto Australiano de Política Estratégica en Canberra, a BBC Mundo.
"Pekín ha escogido una serie de cuestiones para presionarnos, incluyendo su capacidad para usar el comercio y las inversiones financieras como una forma de coerción. También ha tenido una interferencia directa de China en nuestros asuntos internos políticos y económicos para tratar de controlar nuestra infraestructura crítica. Y mientras nosotros más rechazamos esto, ellos aumentan más la presión", agrega.
Davis señala que Pekín comenzó a molestarse cuando Australia se negó a usar los productos de Huawei en sus redes de telecomunicaciones 5G.
"Eso le habría dado al gobierno chino control sobre nuestras redes de comunicaciones y a ellos les molestó que no nos doblegamos ante su voluntad", apunta.
Ante este tipo de señalamientos, Huawei ha dicho que las autoridades chinas nunca le han pedido que ejecute labores de espionaje y que, si eso llegara a ocurrir, se negaría a cumplir "de forma categórica".
Taiwán y la diplomacia de la deuda
Más allá de las tensiones bilaterales, la creciente influencia de China en el Pacífico Sur, en el entorno geográfico más próximo a Australia, también es motivo de preocupación para ellos.
Pekín ha estado prestando dinero para la construcción de grandes obras de infraestructura en lugares como Fiji y Vanuatu.
En este último financió un monumental centro de convenciones internacionales que se encuentra en desuso y sin fondos para su mantenimiento, así como un enorme puerto valorado en US$90 millones con capacidad para acoger cruceros y servir como vía para la exportación de los productos agrícolas del país.
Malcolm Davis considera estos préstamos como parte de una estrategia de Pekín para hacer caer en una trampa a estos países usando la "diplomacia de la deuda".
"China está tratando de hacer que estos países acumulen enormes cantidades de deuda para que luego, cuando no puedan pagarla, tomar el control de esos activos en esos territorios y ponerlos a su servicio", dice.
"Usan la diplomacia de la trampa de la deuda para coercionar a estos estados pequeños y conseguir un punto de apoyo allí y poder controlar instalaciones críticas que puedan usar en el futuro para proyectar su poder, incluido el militar, en la región del Indo-Pacífico y en el Pacífico suroccidental", agrega.
Alicia García Herrero, economista jefe para Asia Pacífico en el Banco de Inversión Natixis e investigadora del Think Tank Bruegel, coincide en señalar que los préstamos que realiza China en esta región no están motivados por razones puramente económicas.
"Al final son unos 13 millones de personas esparcidas en 12 islas. O sea que, desde luego, no va a ser el mercado lo que atrae a China a este lugar tan remoto del mundo", dice Garcia a BBC Mundo, haciendo referencia al interés de China tanto en Melanesia como en Micronesia.
La experta señala que Pekín tiene gran interés en esta zona pues allí está el "cordón umbilical" de Taiwán en el mundo, donde aún tiene presencia diplomática esta isla que China considera como una "provincia rebelde".
"En estas islas del Pacífico la influencia de Taiwán es mucho más importante, sea geográfica e histórica, incluso cultural y racial. Así que yo diría que no cabe la menor duda: es el único motivo por el que China presta de manera tan brutal en esta parte del mundo", agrega.
García recuerda además que en los últimos años durante las reuniones de la Asamblea Popular Nacional de China, máximo órgano legislativo de ese país, al referirse a Taiwán y Hong Kong ya no se hace mención a que solamente se utilizarán métodos pacíficos para lograr la reunificación con estos territorios, dejando abierta la puerta para un conflicto armado.
El temor a la amenaza militar
Esa posibilidad es causa de alarma en Australia.
"Nos preocupa que China actúe contra Taiwán en un futuro muy próximo, entres 12 meses y los próximos cinco años. Si lo hace, obviamente Estados Unidos se verá forzado a responder para defender a Taiwán y ellos esperarían que Australia los apoye. Eso haría que entremos en un conflicto militar con China, lo que abriría todo tipo de posibilidades incluyendo que Pekín nos ataque militarmente o ejerza la coerción económica contra nosotros. Desde esa perspectiva es una gran amenaza", señala Davis.
El experto cree que, más allá de la posibilidad de un conflicto armado por Taiwán, la creciente influencia de China en la región puede derivar en una mayor presencia militar de ese país en la zona poniendo en peligro a Australia.
Menciona en particular los planes de China para construir un gran centro de pesca -valorado en unos US$200 millones- en la isla Daru de Papúa Nueva Guinea.
"Esas instalaciones podrían dar apoyo en el futuro a la Armada de China o a su Guardia Costera, que potencialmente tendrían sus embarcaciones a solo 200 kilómetros de la costa australiana", afirma.
"Que China logre expandir su presencia en esta zona es algo que cambiaría de forma fundamental nuestra situación estratégica pues por primera vez desde 1942 nuestra costa este estaría bajo la amenaza de una potencia extranjera hostil", añade.
Hasta ahora, sin embargo, las grandes infraestructuras que ha financiado China en el sur del Pacífico son formalmente de carácter civil o comercial.
Lo que ha ocurrido en otros lugares del mundo es que China terminó controlando las obras que financió.
Ese fue el caso, por ejemplo, del puerto de Hambantota en Sri Lanka que se construyó con un préstamo chino de S$1.100 millones y resultó un fracaso comercial.
En 2017, quedó en manos de Pekín con un acuerdo de alquiler por 99 años, luego de que el gobierno esrilanqués se vio en aprietos para honrar sus muchas deudas.
Desde entonces se habla sobre la posibilidad de que China quiera usarlo para patrullar el océano Índico.
En Pakistán, China financió la construcción del puerto de Gwadar, el cual controla desde 2013.
Se trata de una obra con interés comercial, pero también con valor estratégico pues se encuentra en la ruta marítima que conduce hacia el estrecho de Hormuz, por donde transita gran parte del petróleo procedente de Medio Oriente.
En los últimos años, han circulado informaciones sobre supuestos planes militares de China para esa instalación.
Entre estos se cuenta un artículo de la revista Forbes de junio de 2020, según el cual Pekín construyó un complejo de alta seguridad en el puerto, lo que podría ser un paso previo al establecimiento de una base naval.
Davis teme que este sea el destino del puerto construido por China en Vanuatu, donde pueden atracar cruceros pero también destructores y otros poderosos barcos de guerra.
"El mar Caribe de China"
La búsqueda por parte de Pekín de una mayor presencia e influencia en el Pacífico Sur tiene para Malcolm Davis un objetivo final: sustituir a Estados Unidos como la potencia de referencia en la región.
"China intenta poner fin a la primacía estratégica de EE.UU. en el Indopacífico y crear en su lugar un orden regional encabezado por ellos. Si pueden dividir a los aliados estadounidenses y coaccionarlos eso hará más fácil para Pekín lograr ese objetivo", apunta.
"Esto es un pulso entre China, por un lado, y la alianza occidental que incluye a Australia y a Estados Unidos, por el otro, para ver quién emerge como la potencia dominante en la región del Indopacífico en el siglo XXI. Y nosotros estamos en la primera línea de esta competencia", agrega.
Rodger Baker, vicepresidente de análisis estratégico de Stratfor/Rane, una plataforma de inteligencia geopolítica, coincide con esta idea al señalar que Australia quedó en medio de una lucha por la hegemonía regional entre Pekín y Washington.
"China quisiera que el mar de la China Meridional y el mar de la China Oriental fueran como su mar Caribe y ser la potencia dominante allí; y Australia se encuentra al borde de esa zona", dice Baker a BBC Mundo.
Afirma que China quiere moldear la forma como es vista en la región y, al mismo tiempo, ha intentado transformar el ambiente regional para crear brechas en las alianzas de Estados Unidos y lograr que los países reconozcan que ir en contra de ella puede traerles consecuencias negativas.
Baker explica que desde el punto de vista de Pekín estas acciones tienen también un componente defensivo.
"Los chinos han visto su vulnerabilidades internacionales. Saben que son dependientes del comercio marítimo internacional y ven que Estados Unidos y sus socios tienen la capacidad de cerrar el acceso de China a sus mercados clave y a sus proveedores. No se trata de que necesariamente EE.UU. hará eso, sino de que tiene el control del espacio marítimo y, gracias a sus alianzas, tiene esa capacidad", señala.
La sola presencia masiva de fuerzas estadounidenses en Australia y en Micronesia constituyen, para Alicia García Herrera, un incentivo para que China quiera establecer bases militares en esta zona del mundo que resulta estratégica para ella, entre otras razones, por el tema de Taiwán.
"Tampoco hay que ver 'maldad' en esto, pues Estados Unidos habría hecho lo mismo", apunta.
Baker, por su parte, asegura que China se ve a sí misma como una potencia global emergente, no solamente como una potencia regional, y que siente que representa al "sur global" que está luchando en contra de una serie de normas internacionales establecidas por un grupo pequeño de países del Norte del Atlántico: Estados Unidos, Canadá y Europa occidental.
"China ha visto cómo Estados Unidos la identifica como un competidor y como una amenaza estratégica y actúa en consecuencia. Así que sí, hay un componente defensivo en lo que están haciendo al buscar puntos débiles en la coalición que lidera EE.UU. para intentar romper su cohesión", afirma.
"Los chinos han sido excelentes estudiosos de la Guerra Fría y quieren evitar que Estados Unidos sea capaz de construir una coalición global para contenerlos o constreñirlos", concluye.
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