Ahora recuerdo a la abuela Mamá tita, haciendo chola de Guayiga, para mitigar el hambre de toda la vida, atrás ha
quedado la primavera, el verano se
adueñó de todo el paisaje. Julio está lleno de malos presagios, hasta las gallinas
han muertos en esta agria sequia.
Cada año que pasa el sol desata su ira con más fuerza sobre
el bosque, sólo las hormigas han sobrevivido a la inclemencia del tiempo, los ancianos dormitan debajo de una mata de
mango, tratando de escapar del sopor del medio día.
La brisa caliente se desenreda entre los arbustos
achicharrados, levanta nubes de polvo en
el patio, se arremolina, parece danzar y luego se aleja por el camino real, más allá de los últimos bohíos del pueblo.
Domingo Acevedo.
Enero/15
El viento en estas últimas tardes de enero.
El viento, en estas últimas
tardes de enero arremolina en mi memoria algas y peces y pelícanos y gaviotas y
el último reflejo de la luna menguada en el horizonte.
Domingo Acevedo.
Enero/15