Es el PLD quien sienta las bases de la derrota moral y económica de la República Dominicana, institucionalizando la corrupción, el narcotráfico, el consumo de drogas, el lavado de dinero, la delincuencia y la impunidad en el Estado.
Esto, sin eximir de responsabilidad a los demás partidos que han gobernado el país desde 1966 en adelante, incluyendo al PRM —actualmente en el poder—, el cual ha profundizado esta derrota moral y económica, contribuyendo además, con su doble discurso sobre el problema haitiano y sus repercusiones en el país, a la disolución de la República.