Me indigna la facilidad con la
que policías y militares reprimen y matan a los humildes hombres y mujeres del
pueblo que luchan por mejores condiciones de vida o por cualquier otra justa
reivindicación, como por ejemplo contra la presa de cola en Cuance, las tres
causales o las protestas en Colombia, por orden de algún gorila que detrás de
un escritorio con las manos y la conciencia manchadas de sangre inocente ordena
a sus miembros que vayan y repriman a esos que reclaman en las calles el
derecho a vivir con dignidad.
Se olvidan ellos cuando van como
fieras a reprimir al pueblo, que también son parte de ese pueblo pobre y
oprimido y que sus familias también son parte del pueblo al que ellos reprimen
matan.
Domingo Acevedo.
Mayo/2021