Científicos descubren agua en el planeta K2-18b, el cual es ocho veces más grande que la Tierra y podría contar con las condiciones ideales para albergar vida.
No importa cuántas veces tengan que fallar los astrónomos para llegar a otros planetas, porque casi siempre se obtienen recompensas de algunas expediciones, por ejemplo, el descubrimiento de agua en un planeta extrasolar.
Agencias espaciales al rededor del mundo han desarrollado proyectos a lo largo del tiempo con el propósito de descubrir todo lo que el universo aún esconde. Las limitaciones de la tecnología poco a poco van cesando y los descubrimientos son cada vez más espectaculares.
Tecnología en pro del descubrimiento
Desde la expedición a la luna (el satélite natural de la Tierra), la cual se ha dividido en dos etapas: de 1958 a 1976 y de 1990 a la actualidad, hasta la exploración del gran planeta rojo, Marte, la cual inició en los años 60 con el lanzamiento de las sondas soviéticas mejor conocidas como Mariners, el desarrollo espacial se encuentra a tope.
Ahora la carrera espacial se ha vuelto mucho más competida gracias a las grandes tecnologías que desarrollan diversas agencias espaciales con el objetivo de ser las primeras en descubrir o conquistar algo memorable para la humanidad.
Un posible planeta Tierra 2.0
Los planetas no se limitan a “nuestro” sistema solar y ese fue uno de los primeros descubrimientos de los astrónomos. Muchos han dedicado su vida a desarrollar dispositivos exploradores de todo tipo que den más pistas sobre aquellos mundos denominados extrasolares.
Un ejemplo es el Hubble, un dispositivo lanzado por la NASA y la Agencia Espacial Europea, ubicado en el exterior de la atmósfera de la Tierra, que obtiene imágenes astronómicas de gran resolución.
El gran descubrimiento ocurrió cuando unas fotografías del planeta K2-18b, descubierto en 2015 por la nave Kepler de la NASA, revelaron la existencia de vapor de agua en su atmósfera. ¡Agua a la vista!
Si el exoplaneta K2-18b logra almacenar agua en su atmósfera, esto sólo quiere decir una cosa: se encuentra en un rango orbital que le permite tener una temperatura cálida, lo que podría permitir el desarrollo de la vida.
De acuerdo con las investigaciones, las características de este planeta extrasolar son parecidas a las de Neptuno, ya que su masa es ocho veces más grande que la de la Tierra, es rico en hidrógeno, su atmósfera es áspera y su órbita es más cercana a su estrella (en comparación con la de la Tierra al sol).
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Esta cercanía proporciona una temperatura ideal en la superficie del K2-18b, ya que ésta se encuentra entre los 47 °C y se cree que, si el planeta cuenta con una reflexión parecida a la de la Tierra, tendría una temperatura equilibrada y apta para el ser humano.
Otro mundo en manos de los humanos
A pesar de que hay algunas condiciones de este exoplaneta que podrían alejarlo de la posibilidad de albergar vida, el hallazgo de agua lo posiciona como el único, hasta ahora, que cuenta con una alta probabilidad de ser habitado.
“Este es el único planeta que conocemos fuera del sistema solar que tiene la temperatura correcta para soportar vida, tiene una atmósfera y tiene agua, lo que lo hace el mejor candidato para habitar que conocemos hasta este momento” Angelos Tsiaras, coautor de la investigación.
Sin duda alguna estos descubrimientos están revolucionando el avance de la astronomía y la capacidad de los seres humanos para alcanzar lo que alguna vez se pensó muy lejano. Sin embargo, con estos grandes aciertos espaciales…
¿será posible pensar en la extinción de la Tierra y de aquellos planetas que logremos habitar? ¿se repetirá la historia?
El ser humano no ha cesado en su búsqueda de otro lugar para habitar cuando todo en este mundo se haya terminado, algo así como la predicción de la película animada Wall-E.
Ya sean naves en las que podamos vivir para alejarnos de lo que hemos destruido o el descubrimiento de nuevos planetas que nos brinden los recursos que ya se están terminando, parecería que la esperanza de salvar lo que nos queda ha sido desplazada por un nuevo objetivo: vivir en otro planeta.
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