No he podido desatar el nudo de lágrimas.
No he podido desatar el nudo de lágrimas que me
ata al dolor de la humanidad, toda mi vida la he vivido prisionero de de mis
sueños, de lo que no me arrepiento pero me ha dolido tanto esta vida que me ha
tocado vivir, que en algunos momentos me he preguntado, si realmente vivo o
muero, pero frente al espejo de mi soledad, aunque ni yo mismo a veces me
reconozca, se que en el fondo soy el hombre que vive y muere por lo que cree y
eso tiene el valor de todas las cosas.
Domingo Acevedo