LA TOMA DE LA FABRICA DE CLAVOS ENRIQUILLO
Después de la toma de la Fortaleza Ozama, se hizo intento de tomar el Palacio de la Policía, pero fue impedido por las tropas de intervención. Quienes salieron con grandes tanques, carros de asaltos y jeeps con cañones 105 ml. Tuvimos que replegarnos pero ese mismo día 30 de abril, los guardias del CEFA, acantonado en la Fábrica de Clavos Enriquillo, dispararon hacia el comando Cucaracha 20, hiriendo a tres compañeros combatientes. Es cuando decidimos sin consultar con el Estado Mayor Constitucionalista, tomar la Fábrica de Clavos. Ya que antes habíamos pedido permiso para llevar la operación y el Estado Mayor la había rechazado.
Para la operación, tuvimos refuerzos de los comandos de los barrios aledaños tales como Villa Juana, Villas Agrícolas, Villa Consuelo y el comando de la calle Juan de Morfa, dirigido por Roberto Duvergé y Amiama Vargas dirigentes del 1J4. Los combates empezaron a las 5 de la tardes y a las 6:30 habíamos tomado la fábrica y neutralizado a los soldados ocupantes; un total de veinticinco. Inmediatamente llamamos a la Jefatura de Estado Mayor, al Coronel Héctor Lachapelle Díaz, para informarles de la situación, el cual nos dijo que no les hiciéramos daños, ni los despojáramos de sus armas cortas. Que los dejáramos ir en los mismos vehículos que ellos habían llegado. Y así los hicimos.
Tenían muchos fusiles, granadas y proyectiles en sus cajas. Lo que indica que se estaban preparando, llevando a la fábrica material bélico para una gran ofensiva en nuestra contra. Muchas de esas armas las repartimos entre los comandos participantes.
A partir de ese momento el Comando Cucaracha 20, era el comando mejor armado de la parte norte de la ciudad de Santo Domingo.
Empezaron a llegar nuevos combatientes civiles y militares para formar parte de nuestra tropa de combate. Llegando a tener 78 combatientes bien armados incluyendo una mujer. Algunos de los militares del comando, habían sido capturados en las refriegas y luego de un trabajo de concientización se integraban de lleno en la acción del comando; incluso uno de ellos lo reclute para la operación de San Francisco de Macorís. Un día capturamos a un militar yanquis, que supuestamente se había extraviado. Le quitamos el jeep el fusil y la pistola que portaba y lo entregamos a la Cruz Roja.
ATAQUE SORPRESIVO DEL CEFA EL 10 DE MAYO DE 1965 A LOS COMANDOS CUCARACHA 20, BLANCO PEÑA Y EL PASITO POLANCO
El 10 de mayo a las 3 de la tarde, los guardias que estaban acantonados en Transportación, el Hipódromo Perlas Antillanas e Intendencia del Ejército, inician la primera gran ofensiva contra el Comando Cucaracha 20, el de Blanco Peña y el de Pacito Polanco. Vienen desde la calle Ortega y Gasset bajando por las calles Paraguay, Mauricio Báez, Francisco Villa Espesa y Tunti Cáceres con un batallón a pies y la infantería de blindados al frente.
Esa tarde peleamos en todo el Ensanche La Fe, por los patios y callejones. Yo quede entrampado en un patio ubicado en la manzana entre las calles 27 y 29 con Mauricio Báez y Paraguay.
Los combates eran tan intensos que los combatientes constitucionalistas, se ven obligados a cruzar la avenida Máximo Gómez y pedir esfuerzos de los demás comandos, pues la capacidad de fuego del enemigo era muy superior a la nuestra.
En horas se reagrupan los comandos y organizan un contra ataque, resurgiendo como arte de magia por todas las boca calles decenas de combatientes, verdaderos francotiradores; iniciándose una verdadera batalla donde los guardias del CEFA, se ven obligados a huir desordenadamente con todos los jeeps, tanques y blindados hacia el hipódromo, Intendencia y Transportación.
En esos fieros y heroicos combates se destacaron los francotiradores constitucionalistas: El Curita (fusilado por guardias del CEFA, en el tronco de la mata de javilla de la calle Mauricio Báez), Juan Miguel García, Rafa Gamundy, Niño Cruz, Blanco Peña, Domingo de la Mota, el ex pelotero Amor Díaz, Carlos Campusano, Mercedes Ramírez (La Rubia), Cuqui Fernández, Arturo Mesa, José Manuel de la Mota, Gilberto Veras Regulis, apodado Motica, El Bucanero, José Leal, Monchy Abreu, Tumulito, Antonio el guardia, Pacito Polanco, Fidel Guzmán y muchos otros más.
Gilberto Veras Regulis (Motica), fue el gran centauro. En toda la noche hasta el día siguiente operarando una ametralladora calibre 30 mm, desde un jeep, manejando y disparando a la vez, por todo el lindero izquierdo de la Ortega y Gasset, donde estaban los establos de caballos del Hipódromo Perlas Antillana donde habían varios soldados del CEFA acantonados a los cuales les causo varias bajas. Luego Penetro a los talleres de Transportación, sustrayendo armas y proyectiles.
EL FUSILAMIENTO EN LA MATA DE JAVILLA DE LA CALLE MAURICIO BAEZ.
Ese día 10 de mayo, pusimos dos retenes en la esquina Mauricio Báez con Juan José Duarte (antigua27); El compañero Carlos Campusano, con dos granadas de mano y el compañero apodado El Curita, con un fusil Máuser. Son atacados desde la Paraguay con Juan José Duarte (antigua 27), por un grupo de guardias del CEFA que estaban en las guarniciones de Trasportación e Intendencia del Ejército; y por la Mauricio Báez esquina Juan Alejandro Ibarra (antigua 29), con dos tanques. El Curita, se atrinchera en la mata de javilla, (que está todavía en la calle Mauricio Báez casi esquina Juan José Duarte), mientras que Carlos Campusano sube al techo del edificio de dos niveles que queda detrás de la mata de javilla.
Los guardias que avanzan desde la Paraguay con Juan José Duarte (antigua 27), hacia a la esquina Mauricio Báez con Juan José Duarte (antigua 27), les lanzan sendas granadas a El Curita, que se encuentra semis protegido por la mata de javilla; pero se ve obligado a penetrar a uno de los apartamentos del edificio de dos niveles detrás de la mata de javilla. El edificio es inmediatamente rodeado por dos tanques de guerra y un contingente de soldados del CEFA. Los soldados rompen las puertas de los apartamentos y logrando sacar a El Curita y a cuatro civiles, no combatientes que vivían en el edificio.
En eso sacan a un inquilino con un niño de meses en los brazos, heridos por los fragmentos de granadas. Un guardia, le arrebata el niño de los brazos y lo lanza al suelo. La madre que asustada llora impávidamente, lo recoge y es amenazada con ser fusilada. El esposo se llamaba Eduardo Gómez, quien es sumado al grupo y llevado al tronco de la mata de javilla donde son ametrallados por varios soldados del CEFA. Bajo las miradas impotentes de cuatro niños que ahora quedan huérfanos y la madre apodada Chichí, que ha perdido a su esposo. Todavía al otro día 11 de mayo, lloraba recostada del cadáver mutilado de su esposo en el tronco de la javilla.
OPERACIÓN LIMPIEZA
El 15 de mayo fue que arranco el desesperado y genocida plan denominado ¨Operación Limpieza¨. Ideado por los asesores militares norteamericanos y ejecutado por el Gobierno de Reconstrucción Nacional y el Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas CEFA. Los primeros comandos atacados son el Cucaracha 20, el Blanco Peña y el Pacito Polanco, que éramos los más próximos a Transportación e Intendencia del Ejército, al Hipódromo Perlas Antillana, al Cementerio y la zona Industrial de la avenida Máximo Gómez.
Después de varias horas de fieros combates, nos vemos obligados a cruzar la avenida Máximo Gómez. En ese momento hieren en la pierna derecha, al comandante Juan Miguel García. Aun así, él se parapeta en un tanque MX que no tenía municiones y sigue combatiendo al enemigo que avanza con todo lo que tiene: tanques, jeeps de asaltos, camiones blindados, tanquetas, helicópteros, bazucas; más de mil efectivos y la logística del ejercito yanquis de intervención de su lado.
Nos concentramos en el barrio de Villa Juana, en la calle Summer Well (antigua 21), entres las esquinas Mauricio Báez y Paraguay. Coordinamos entrar por la calle Américo Lugo, con un tanque MX, que les aviamos cogido prestado al comando de Villa Consuelo. Los combatientes íbamos detrás. El tanque no tenía proyectiles, pero los enemigos no lo sabían. Lo iba conduciendo un combatiente apodado El Chino y otro cuyo nombre no acuerdo ahora. Freddy de la Rosa, a quien le llamábamos Freddy el Pintor, iba encima con un Fal. Llegando a la puerta del cementerio que da a la calle Américo Lugo, el tanque fue impactado por un disparo de bazuca. El Chino y el que iba con él, quedaron con graves quemaduras en el cuerpo y Freddy el Pintor, con las dos piernas mutiladas. El combatiente apodado Pipí la Guerra lo llevo al hospital Morgan.
Después de ese accidente, yo y un grupo nos fuimos al Comando de Villas Agrícolas, que lo dirigía Cucuyo Báez y González Espinosa (Guayubin). Una vez en el Comando de Villas Agrícolas, ya había una coordinación con los demás comandos de la zona norte, para preparar el contraataque al Cementerio de la Máximo Gómez que había quedado en manos de los del CEFA. Duramos 5 días de intensos combates sin tregua desde el 15 hasta el 20 de mayo; día y noche peleando por el control del cementerio como punto estratégico. Desde los combates en el cementerio, hasta el día 21 en la tarde, no hubo un solo momento de tregua, los combates contra las tropas del CEFA, se producían calle por calle, callejones por callejones.
RETIRADA HACIA CIUDAD NUEVA
Bajo zafarrancho de combate, fuimos a parar a la calle 17 con avenida Duarte, donde estuvimos dándolo el todo por el todo hasta el 21 de mayo, cuando recibimos la orden del Comando Central del 14 de Junio de retirarnos hacia Ciudad Nueva.
El Comandante Cucuyo Báez, ordena recoger las armas automáticas a un equipo de combatientes preparado para esos fines. Y el 22 de mayo en la tardecita cada cual por su cuenta va cruzando el Cordón de Seguridad. A las 4:30 yo llegue al Cordón de Seguridad que tenían los gringos en la Avenida Teniente Amado García Guerrero esquina avenida Duarte. Ya lo habían cerrado. Me dijeron que lo abrirían a las 5:00 de la tarde. Fue cuando cojo por la Concepción Bona, subiendo hacia la Bartolomé Colon en Villa Consuelo, donde un tío, a cambiarme la ropa que estaba demasiado sucia de 7 días con sus noches de combates.
Cuando llego a la calle Bartolomé Colon, en la cuartería donde vivía mi tío no había nadie. Abro una llave de agua, que había en el patio, bebo y me lavo la cara; al salir veo un guardia en la casa del frente que me llama apuntándome con un fusil Fal. Cuando voy me pregunta que yo hago ahí, a lo que yo le contesto que yo vengo de los Alcarrizo a ver un tío mío el cual desde que estalló la guerra no lo hemos visto. Después de mucho interrogatorio me deja ir. Ya toda esa zona estaba siendo militarizada por el CEFA. Se escuchaban grandes detonaciones de los combates en el Mercado de Villa Consuelo y sus alrededores.
Vuelvo al Corredor de Seguridad con más miedo que vergüenza porque tengo las ropas que llevo puesta sucias, pero al llegar un gringo me revisa y me dice ¡Get the fuck, out of here, man! Y sigo caminando hacia el parque Enriquillo. Allí una Avanzada Constitucionalista me interroga. Al llegar a la calle Benito me encuentro con Miguel Ángel de Camps, y me dice ¡Muchacho, donde estaba metido?, pensábamos que te habían matado! Me lleva a la calle Arzobispo Porte donde vivía Paulú. Allí entré al baño me bañé y lave las ropas, la cual me las puse semis mojadas. Ese mismo día en la noche, me llevaron al Comando San Lázaro. Una vez allí, me dedique a buscar a los compañeros del Cucaracha 20 que estaban en la Zona Constitucionalista. Nos juntamos como 10 en la Clínica Adelaida, en la calle Duarte, donde estaba interno el Comandante Juan Miguel García, recuperándose de las heridas recibidas el 15 de mayo.
El Coronel Héctor Lachapelle Díaz, nos ubica en un casa colonial de dos niveles, en la calle Hostos por los frente del Hotel Comercial. Nos manda al Capitán de la Aviación Lorenzo Sención Silverio, como Comandante. El Comandante Silverio, nos dice que a partir de ahora ustedes no son un comando civil sino militar, bajo la dependencia de los militares Constitucionalista; con los rigores de la disciplina militar.
Éramos los encargados de la seguridad de los funcionarios del gobierno Constitucionalistas y periodistas que estaban hospedados en el Hotel Comercial. Somos nombrados Blanco Peña, un combatiente apodado Tumulito y yo como Segundo Oficiales de Reten.
MI PARTICIPACIÓN EL 15 Y 16 DE JUNIO DE 1965.
El 15 de junio de 1965, en la madrugada a mí me tocaba ser el Oficial de Reten de 12 de la noche a 6 de la mañana, en el Comando del Hotel Comercial, en la calle Conde esquina Hostos.
Yo tenía un fusil Máuser pequeño, ya que el fusil mío un G-3, lo había mandado para San Francisco de Macorís. A las 9 de la mañana se empiezan a oír disparos que se van intensificando según van pasando las horas.
Como a las 11 de la mañana, los que estábamos sin servicio, subimos por la calle Hostos con un grupo del 1J4 y varios combatientes de diferentes comandos. Al llegar a la esquina Las Mercedes, los hicimos tomándole el tiempo a una ametralladora M-60mm que tenían los gringos instalada en lo alto de Los Molinos, manteniéndonos a rayas en esa esquina donde no podíamos cruzar libremente. Llegamos hasta la Ruina de San Francisco, en el barrio de San Antón.
Después de dos horas, baje al Comando porque tenía como tarea principal la custodia de los legisladores, periodistas y funcionarios constitucionalistas hospedados en el Hotel Comercial.
A eso de las 6 de la tarde, subimos Blanco Peña, Tumulito y yo a la torre del edificio Baquero, ubicado en la calle el Conde, para disparar desde allí a Los Molinos. Donde estaban atrincherados los francotiradores de la 82ava División Aerotransportada: John Smith, Wilson y Lucas. Que eran parte de una brigada de francotiradores yanquis.
Coordinamos hacer un disparo y bajar. Hasta llegar a la cuenta de tres disparos cada uno. Pero solo pudimos hacer uno cada uno. No terminando bien de bajar el último de los tres, una andanada de plomos de ametralladoras M-60 y 50mm, desfiguraron la fachada de la torre del edificio Baquero.
Según los rumores entre los soldados yanquis, los rebeldes constitucionalistas tenían muy bueno francotiradores; ya que los soldados muertos tanto yanquis como del CEFA, en su gran mayoría eran con proyectiles de fusiles Máuseres. Cuyo alcance es mayor que el de un M-16.
El 16 de junio, subimos tempranos un grupo. Yo estuve por algunas calles del barrio de San Antón, hasta el mediodía.
Recibimos la orden del Estado Mayor y del Comando del 1J4, de recoger todos los cartuchos vacíos para rellenarlos de nuevo, porque se estaban escaseando los proyectiles.
PREPARATIVO PARA SAN FRANCISCO DE MACORIS.
En la primera semana del mes de junio de 1965, el Comando Central del 14 de Junio, nos convoca a un grupo de combatientes fogueados para coordinar acciones de comando en la retaguardia del CEFA, y de las tropas invasoras. A mí me toco en 3 ocasiones hacer trabajo de inteligencia como preámbulos de acciones militares.
En esos mismos días el compañero Homero Hernández y Alfredo Conde, vienen a visitar a Blanco Peña y a mí al Comando del Hotel Comercial, para informarnos el plan de extender la revolución a otros lugares, fuera de la capital plan que cuenta con el respaldo del gobierno Constitucionalista de Caamaño; el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, el Partido Revolucionario Dominicano, el Movimiento Popular Dominicano, El Partido Revolucionario Social Cristiano y el Partido Socialista Popular. Nos encargan el reclutamiento de algunos de los mejores francotiradores del Cucaracha 20 y de otros comandos de la parte norte de la ciudad de Santo Domingo; para enviarlos a San Francisco de Macorís.
Empezamos a entrenar 12 compañeros donde estaban Blanco Peña, Tumulito, un guardia llamado Adriano y yo. Hera un entrenamiento especial que consistía en arme y desarme de fusiles y ametralladoras 30 y 50; operación y arme y desarme de bazucas; prácticas de tiros fijos con miras telescópicas y sin miras telescópicas y unas series de entrenamientos físicos de resistencias psicológicas en situaciones de alta peligrosidad. Mi grupo estaba listo para partir el 17 de junio. Todos estábamos preparados para pasar como periodistas, con nuestros respectivos documentos y herramientas para teles fines. Los acontecimientos del 15 y el 16 de junio, nos hizo posponer el viaje.
Los encargados de trasladar y ubicar los combatientes y las armas en San Francisco de Macorís, eran los compañeros Leal Prandy conocido como La Chuta, Luis Parrish, Tolingo, Virgilio, Sagrada Bujosa, Cristinita Díaz, Teresita Espaillat y otros.
Salimos el 18 de junio para San Francisco de Macorís, Blanco Peña, el administrador de la telefónica de San francisco de Macorís y yo. El vehículo tenía el membrete que decía ¨PRENSA¨. Iban con documentación de periodistas Luis Parrish y Cristinita Díaz. Quienes eran los que nos conducían.
A Blanco Peña lo dejamos en la finca del padre de Arlette Fernández; al Administrador de la Telefónica, en la ciudad, pues él era de allí. A mí me llevaron a la casa de Doña Nenita Pichardo, la esposa del poeta Antonio Chaveve; mientras me ubicaran en la casa de su hermano Jorge Pichardo, que era el lugar donde yo iba a estar hasta el día de los asaltos a la Fortaleza y al Palacio Policial provincial.
Entrevista realizada por: Lic. TIRSO MEDRANO.
25 de marzo de 2016