Rafael Hernández Marín, también conocido como El Jibarito (Aguadilla, 24 de octubre de 1891-San Juan, 11 de diciembre de 1965), fue compositor puertorriqueño mundialmente conocido por sus boleros y canciones, principalmente El cumbanchero, Campanitas de cristal, Perfume de gardenias y Lamento borincano. Fue una figura cimera de la música popular puertorriqueña durante el siglo XX.
El tema "Linda Quisqueya" es apreciado por los dominicanos como el segundo himno de su patria. Es una famosa canción, un bolero, compuesta por el legendario Rafael Hernández, que celebra la belleza de la República Dominicana, cuyo nombre aborigen es Quisqueya ("madre de todas las tierras"). La pieza evoca el sentimiento de amor y orgullo por la tierra dominicana, siendo interpretada por numerosos artistas, y es un clásico de la música caribeña que exalta el país.
Nacionalista, la canción 'Preciosa' en uno de sus versos dice "no importa el tirano te trate con negra maldad" refiriéndose a los Estados Unidos. El gobernador de Puerto Rico, don Luis Muñoz Marín censuró la canción y quienes la interpretaban tenían que cantar "el destino" en vez de "el tirano".
Rafael Hernández Marín nació en la ciudad de Aguadilla, Puerto Rico, en una familia pobre, el 24 de octubre de 1892. Cuando era niño, aprendió el arte de la fabricación de cigarros, de la que hecho una vida modesta. También aprendió a amar la música y pidió a sus padres que le permitirá convertirse en un estudiante de música de tiempo completo.
Cuando tenía 12 años de edad, Hernández estudió música en San Juan, bajo la dirección de profesores de música José Ruellan Lequenica y Jesús Figueroa.
En 1913, Hernández tuvo su primer hijo, Antonio Hernández, (fuera del matrimonio) con Ana Bone. En el mes de septiembre de 1965, representantes de la Junta de Síndicos de la Universidad Interamericana de Puerto Rico visita al Compositor en su lecho de enfermo para comunicarle la otorgación del Doctorado Honoris Causa en Humanidades.
En ese mismo año, el 21 de noviembre, se produce el programa "La Música de Rafael Hernández", el cual se transmite a través de todos los canales de televisión y radio de Puerto Rico. Debido a la grave condición de su enfermedad, el Compositor se ve imposibilitado de filmar su participación, pero envía a la audiencia en cinta magnetofónica un mensaje de agradecimiento, cuyas últimas palabras constituyen una despedida de su pueblo: "Hasta siempre, mis Jíbaros".
La obra musical de Rafael Hernández constituye un legado de incalculable valor en el pentagrama de la música puertorriqueña e hispanoamericana. Su legado abarca prácticamente todos los géneros musicales contando más de 2.000 composiciones, entre las que se encuentran: "Lamento Borincano", "Silencio", "Ausencia", "Campanitas de Cristal", "Desvelo de Amor", "Preciosa" y la nana convertida en rumba, "El Cumbanchero".
Quizás su canción más famosa sea “Lamento Borincano”, que ha sido grabada por numerosos artistas y representa las luchas del jíbaro puertorriqueño para subsistir; el arquetipo de un héroe con el que el pueblo puertorriqueño se ha identificado, lo cual puede ser interpretado como representación de la lucha propia de Puerto Rico por su identidad nacional e independencia a causa de su historia colonial. Una de las versiones más viejas de la canción fue interpretada por Alfonso Ortiz Tirado.
También compuso el corrido mexicano "Qué chula es Puebla", considerado como himno regional de ese estado mexicano en cuya ciudad capital se encuentra el único monumento levantado en México a su memoria (avenida 43 Oriente, entre calles 16 de Septiembre y 2 Sur).
Rafael Hernández falleció el 11 de diciembre de 1965. Sus restos están enterrados en el cementerio de Santa María Magdalena de Pazzis, en el viejo San Juan.
