jueves, diciembre 11, 2025

Dentro de nuestro ADN existen fragmentos que no pertenecen a Homo sapiens

 Dentro de nuestro ADN existen fragmentos que no pertenecen a Homo sapiens, ni a neandertales, ni a denisovanos. Son restos de un linaje humano totalmente desconocido.




Un grupo que vivió en África hace cientos de miles de años… pero del cual no quedó ni un solo hueso confirmado. No sabemos cómo eran, cómo cazaban ni qué herramientas usaban. Pero sí sabemos algo decisivo: se cruzaron con nuestros antepasados, y parte de ellos sigue viva en nosotros.
En 2019, Science Advances detectó señales genéticas de una introgressión “fantasma” en poblaciones africanas: fragmentos de ADN que no coinciden con ninguna especie humana conocida.
En 2020, Nature Communications fue aún más lejos: algunas poblaciones actuales conservan hasta un 19% del ADN de ese linaje desaparecido. Eso solo puede ocurrir si hubo un encuentro profundo y prolongado entre dos humanidades distintas.
Ese mismo año, la revista Cell confirmó que este linaje era más antiguo que neandertales y denisovanos, divergido hace entre 500.000 y 700.000 años. Es decir, una humanidad que evolucionó de forma separada durante casi un millón de años… y que, sin embargo, terminó dejando descendencia en nosotros.
¿Por qué no tenemos sus huesos?
Porque África cuna de casi todas las especies humanas es también un continente donde la fosilización es extremadamente difícil: calor, humedad, suelos ácidos y erosión destruyen casi cualquier rastro biológico. Que no tengamos fósiles no significa que no existieron: simplemente, su historia quedó escrita no en piedra, sino en nuestro genoma.
¿Quiénes fueron estos humanos fantasma?
La ciencia maneja tres hipótesis:
Un linaje derivado de Homo erectus africano, que evolucionó aislado durante cientos de miles de años.
Una especie hermana de los denisovanos, que jamás salió de África.
Una humanidad completamente distinta, aún sin nombre ni fósiles, pero presente en nuestro ADN.
Todo lo que sabemos proviene de modelos genéticos que muestran fragmentos profundamente divergentes, incompatibles con sapiens, neandertales o denisovanos. No hay forma alternativa de explicar esa firma genética: solo puede venir de otra especie humana.
Y eso cambia todo lo que creíamos sobre nuestros orígenes.
Significa que la historia humana no fue una sola línea, sino un entramado complejo donde varias humanidades coexistieron, se mezclaron, desaparecieron y dejaron piezas de sí mismas en nosotros.
Somos, literalmente, un mosaico de especies humanas extinguidas.
No descendemos de una sola humanidad… sino de muchas.

Archivo del blog