Hoy estuve de visita por el antiguo palacio de Engombe con dos apreciados amigos, Hector y Kico y por el camino nos encontramos con Heriberto, otro amigo de antaño con el cual compartimos algunas anécdotas de la época de nuestra mocedad ahi dejo la historia de esa importante ruina de nuestra historia, tomada de la red.
El Palacio de Engombe es uno de los más importantes ejemplos del patrimonio industrial dominicano de tiempos de la colonia. Estuvo destinado por varios siglos a la fabricación de azúcar de caña. El área correspondiente a las ruinas ocupa unos 5.91 kilómetros cuadrados.
Dentro del territorio de Engombe se encuentra una comunidad llamada “Palacio de Engombe”, donde se encuentra ubicado el Ingenio de Santa Ana, la cual está situada a 500 metros del peaje de la autopista 6 de Noviembre que conduce desde la ciudad de Santo Domingo hacia la provincia San Cristóbal y limitada por las caudalosas aguas del río Haina
El antiiguo Palacio de Engombe es una estructura colonial del siglo XVI, cuando se fundó el ingenio Santa Ana. Su nombre se asocia a la voz africana que denomina /n-gombe/ al ganado o a los bueyes.
Sin lugar a duda, esta parte ñdonde están las ruinas del Ingenio- constituye la reserva histórica más importante de la comunidad, debido al conjunto de edificaciones que posee, formada por cuatro estructuras básicas, que son: la Casona o Palacio, la Iglesia, el Galpón o Almacén, que se usaba para esclavos y al fondo, el Trapiche.
El palacio es de dos niveles y aun conserva su estilo señorial. Perdió sus escaleras pero aun conserva su aire galán que demuestra el modo de vida característica de la época colonial.
Santa Ana es el primer nombre de la pequeña Iglesia, erigida a la izquierda del palacio, es un templo de un solo nivel, su techo es de dos vertientes convirtiéndose en una media cúpula en la parte que corresponde al altar.
El campanario de la capilla presenta una de las mayores fortalezas de la edificación, ya que según los expertos, es el contrafuerte de la edificación, junto a la sacristía, contrarrestando la carga arquitectónica del semiarco de la bóveda.
El galpón, que según se cuenta era un almacén de comestibles, no ha sido reestructurado. Sólo un deformado círculo de apretadas piedras lo forman..
El conjunto consta de una casa de dos pisos utilizada por el propietario del ingenio y su familia, una pequeña capilla, Ambas estructuras fueron construidas en piedra, siendo la capilla la única cuyo techo ha sido restaurado. Se encuentran actualmente en buen estado de conservación. Una construcción adicional que pudo haber sido utilizada como almacén o galpón de esclavos, restos de lo que se cree fue el trapiche y varios restos dispersos en el entorno.
Pero su valor no sólo reside en su historia, sino también en la diversidad de recursos naturales que puede ser utilizada por la ciudadanía en general. Engombe forma parte del cinturón verde de Santo Domingo, creado a comienzos de la década de los 90 del siglo pasado y abarca una superficie superior a los 150 kilómetros cuadrados, cubriendo la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional.
Dada su importancia, a comienzos de siglo (20 de marzo del 2002), esta porción del Cinturón Verde que discurre sobre el Río Haina, entre el puerto del mismo nombre y la planta de tratamiento de agua potable de Manoguayabo, fue declarada como Parque Mirador del Oeste, donde las Ruinas de Engombe representan uno de sus mayores atractivos por su valor histórico y su facilidad de acceso.
También este parque mirador contiene el estuario del Río Haina, con sus bosques de galería y navegable en toda su extensión. Alrededor del palacio de Engombe se forman varios humedales y lagunas que sirven de refugio a una gran diversidad de aves acuáticas nativas y migratorias entre otras especies animales de gran valor.
Las Ruinas de Engombe fue declarada área protegida por el decreto 183-93, emitido por el entonces presidente Joaquín Balaguer, donde esos terrenos quedan bajo el control del Estado Dominicano.
La zona de Engombe está siendo sometida a un proceso de rescate y revalorización, en cumplimiento del convenio de cooperación firmado entre el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Medio Ambiente para salvaguardar, proteger y fomentar el patrimonio cultural y natural del país.
El decreto que creó el área protegida contempla que se habilite con un centro de visitantes, facilidades recreativas infantiles, senderos ecológicos y/o cualquier otra infraestructura necesaria para permitir el esparcimiento y la educación de los visitantes, garantizando la seguridad y control de sus recursos naturales.