Quiero amor que me recuerdes
este septiembre azul de luto
que bajo las cenizas aún tibias
guardan petrificado el olor
quiero amor que me recuerdes
en que después de la lluvia
por las calles húmedas y frías
ondean las banderas fúnebres
por los que ya no volverán
esta tarde en que después de la lluvia
se reduce al silencio de unas lágrimas
que surgen de nuestros pechos
hechas un grito desgarrador y sordo
que estremece los cimientos de la multitud
envuelta en su gris melancolía de lluvias
que perfora el alma de cenizas
de las golondrinas de plata
del tiempo que oxida sus sueños
que la arrincona contra la nada
la multitud que aun clama y grita
por los que ya no volverán
se pierden entre la brizna
redujo nuestra existencia
a la clandestinidad del exilio y la muerte
Dedicado a todos los mártires
nos queda la terrible sensación de la ausencia
y un hondo vacío nos llena
en su irreal maraña de silencio y angustia
y la alegría desde entonces
el recuerdo de los amigos
que partieron a destiempo
el sabor a sangre de la tristeza
por los que partieron con prisa y sin querer
el eterno y solidario militante
en medio de los gases lacrimógenos
y el fuego de los neumáticos
en medio de las banderas multicolores
entre los estudiantes sudorosos
siento que retorna en el viento
y se multiplica entre las flores
la estatura de las estrellas
siempre presto al sacrificio
a dar lo mejor de él en la lucha
por la redención del pueblo
siempre vivirá entre los sueños
el futuro cierto de la patria
el militante puro y simple
que nos dejó su sonrisa fresca
un volveré impreso en la noche eterna
de un septiembre envenenado y maldito
que nos arrebató de las manos
a los amigos que no olvidaremos nunca
que allá entre los sueños y la alegría
entre las mariposas y las flores
duermen ustedes apacibles
construyamos con su ejemplo
donde ustedes dejarán de ser
simples mártires de la pequeña burguesía
afiches olvidados en paredes húmedas
un recuerdo doloroso en el tiempo
y se convertirán entonces
Este poema está dedicado a mis compañeros de la UNER, a Pedro, Ayanes y Eduardo, caídos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana.
de la sangre todos los días
no logra detener el tiempo
mas yo sigo caminando hacia ti
llenas de flores rojas y azules
para enterrar en tu alma la primavera
para que tu mirada quieta
se llene de pájaros y colores
de mariposas y distancias
nos entristece y nos duele
por eso te busco incesante
entre las ruinas de la sangre
de las horas de septiembre
entre las sombras líquidas
que corren libres y transparentes
sobre la superficie sedienta
de los que sólo han tenido
en el ruido de átomo deshecho
por la incertidumbre de la muerte
como quien siembra un árbol
para que germine la esperanza
para que no muera la alegría
y cuando te encuentre viejo amigo
una estrella reluciente y amarilla
para que la luz planetaria
de tus dientes muerda el alba
para que tu rostro sea un espejo puro
se pueda mirar a sí mismo
y entienda que en el presente
hay que construir el futuro
a golpe de sacrificios dolor y sangre
Como un homenaje a todos los caídos en septiembre, tratando de construir una patria mas justa y solidaria.