En mayo de 1945 un soldado ruso le escribía a su madre desde Berlín.
"Madre, hemos ganado la guerra, casi todos mis camaradas han muerto en combate, pero derrotamos a los fascistas. Los alemanes deberían dejar las cuatro manzanas que rodean el Reichstag así como están, para que los que nazcan mañana vean las ruinas los escombros y se pregunten el por qué. La respuesta será una sola; por haber invadido la madre patria".
En la Alemania de hoy la palabra que más suena es "militarización". La repiten los políticos (todos ellos) los medios de comunicación en el desayuno, almuerzo y cena. Hasta en los colegios, disfrazada de buenas intenciones dibujan la guerra por venir con la Federación Rusa.
Como en tiempos de Hitler Alemania va a transformar toda su industria automotriz y de acero en la más poderosa fábrica de armamento de Europa.
Se viene el servicio militar obligatorio para los jóvenes alemanes.
La resurrección de Hitler ha comenzado. Un Hitler sin bigote cepillo, con complejo de culpa por el Holocausto, pero sin remordimiento alguno por el exterminio de 25 millones de rusos. La mitad de todos los muertos en la 2da Guerra Mundial.
Un Hitler nazi sionista, pro mata niños, cómplice del genocida Netanyahu. Ese es, o son los nuevos Hitler que ansían fervorosamente una guerra con Rusia.
En diciembre de 2022 la excanciller Angela Merkel le confesaba al medio alemán "Die Zeit" que habían engañado a Rusia con los acuerdos de paz firmados en Minsk el 2014. Que lo único que querían era ganar tiempo para armar a Ucrania hasta los dientes. Tres meses antes la OTAN y Estados Unidos habían destruido los gaseoductos Nord Stream I y II colosal obra de ingeniería que costó 20 mil millones de dólares y que también formó parte del engaño, hacer creer a los rusos que serían parte de Europa.
Alemania es un país moderno, ordenado y limpio, con graves problemas económicos que ocultan muy bien debajo de la alfombra. En ningún lugar hay recuerdos visibles de la guerra.
Nada que les traiga a su frágil memoria lo que hicieron sus abuelos y bisabuelos cuando fervorosamente aplaudían al despiadado líder nazi cada vez que usaba la palabra guerra, muerte y exterminio.
Las encuestas señalan que una gran mayoría de los alemanes creen que una guerra con Rusia es necesaria e inevitable. La rusofobia es pan de cada día en la sociedad alemana.
No han aprendido nada, por eso vienen Hitlers resucitando.
