Mientras que la prepotencia, la altanería y la arrogancia nos reduce a los niveles más bajo de la condición humana, la humildad, que es el respeto y la consideración que sentimos por todos los seres humanos, sin importar su condición, ni su posición social, nos enaltece y nos eleva ante una que pierde aceleradamente valores y principios.
Domingo Acevedo.
Julio/2025.