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jueves, octubre 03, 2024
12 de octubre nada que celebrar.
miércoles, octubre 02, 2024
La lucha es de conciencia.
Tambien somos el paramo.
No es América, es Abya Yala.
Ser indigena es amar la naturaleza.
martes, octubre 01, 2024
El agronecio nos mata.
Nos quitaron el miedo.
Mujeres de pollera.
El capitalismo.
Entra compañeros de karate.
Entra compañeros de karate.
Shorinji Ryu, Rep. Dominicana.
Domingoacv2.
Wado Ryu, Rep. Dominicana.
Domingoacv2.
La tambora.
Festival del libro y la poesía, Camila Henriquez, 2024.
lunes, septiembre 30, 2024
COLOR DEL OTOÑO
La noche es un árbol que florece en el mar
sus ramas repentinamente concéntricas
humedecen con sus sombras
todos los confines del universo
sus hojas
pájaros color del otoño
picotean las paredes de la ciudad
que la quimera forró
de fosforescentes mariposas
Domingo Acevedo.
Foto tomada de la red.FLOTA LA LUZ
Flota la luz sobre la tenue oscuridad de la alborada
cantan los gallos
aúllan los perros
se disipan las sombras
despierta el día
sonríe el sol
los pájaros salen de sus nidos y bostezan
en el arado
los hombres reivindican la vida
EN EL ESPEJO DE LA VIDA
Ese niño
que en el espejo de la vida
llora su eternidad de hambre y miseria
tiene estampado en su mirada
mi nombre
Domingo Acevedo.
Guerreros ancestrales a caballo.
Pájaros azules
Entre mis manos crece
tu risa
igual que en el pasto
distante
crece la hierba
eres un destello
breve
súbito
que ilumina de
repente
la abrupta sombra
de mi cuerpo
horizontal
tendido sobre las
tardes
grises de enero
ven
deja que tu nombre
entre mis labios
sea un rayo que hiera
la distancia
deja que mis manos
hagan surcos en tu piel
para sembrar en tu
sexo de flores
la simiente congelada
en mi semen
para que en tu
vientre la vida
igual que el trigo en
los campos
ilumine los ignotos
senderos
de la fantasía
soy un héroe
vencedor de mil
batallas
mas en tus brazos
como un centauro
caigo vencido al amor
y la ternura
atados mis sueños a
tu nombre
ya no voy a ninguna
parte
he anclado mi barca
en la remota soledad
del tiempo
junto a la insondable
desnudez
de tu cuerpo
dormido sobre un
lecho de pétalos
petrificados sobre la
nada
refugio de los
fantasmas
que huyen de la furia
de los minotauros
yo también huyo de la
furia ciega
del amor
mas en tu piel anidan
los pájaros azules de
mis manos
Domingo Acevedo
Foto tomada de la red.
Los humanos estamos condenados a morir de hambre y sed.
Los humanos estamos condenados a morir de hambre y sed, sí antes una guerra
nuclear no arrasa con la vida en la tierra, ya que estamos destruyendo
aceradamente lo que sustenta la vida que es la naturaleza.
Marzo/23
domingo, septiembre 29, 2024
Los indios americanos adoptaron los caballos españoles antes de la colonización europea.
Arqueología
Los indios americanos adoptaron los caballos españoles antes de la colonización europea
Un estudio científico revela que los primeros caballos domésticos de las Grandes Llanuras muestran una fuerte afinidad genética con los españoles.
31 marzo, 2023 10:12 Analía Iglesias
Los autores han optado por analizar directamente las muestras históricas de los primeros ejemplares de caballos, en lugar de basarse en los registros coloniales, con los que hasta ahora se había dado por hecho que los animales se habían disgregado por el oeste americano a finales del siglo XVII.
Los análisis de restos arqueológicos de estos animales, procedentes de las grandes planicies y el norte de las Rocosas, incluyeron pruebas osteológicas, genómicas, isotópicas, radiocarbónicas y paleopatológicas. Los resultados revelaron que los primeros caballos domésticos norteamericanos muestran una fuerte afinidad genética con los españoles, lo que indica un origen europeo.
Los autores han optado por analizar directamente las muestras históricas de los primeros ejemplares de caballos, en lugar de basarse en los registros coloniales, con los que hasta ahora se había dado por hecho que los animales se habían disgregado por el oeste americano a finales del siglo XVII.
Los análisis de restos arqueológicos de estos animales, procedentes de las grandes planicies y el norte de las Rocosas, incluyeron pruebas osteológicas, genómicas, isotópicas, radiocarbónicas y paleopatológicas. Los resultados revelaron que los primeros caballos domésticos norteamericanos muestran una fuerte afinidad genética con los españoles, lo que indica un origen europeo.
Animales de carga
El artículo sugiere que las poblaciones de equinos se habrían expandido hacia el norte desde los asentamientos españoles en el suroeste americano, mucho antes de que llegaran los europeos a la región en el siglo XVIII, durante un tiempo de "cambios sociales perturbadores" entre los nativos. Para conocer sus condiciones de vida en aquella época, SINC ha consultado a William Taylor sobre el vínculo y la función que cumplían los animales de carga entre las etnias locales.
"Nuestro proyecto demuestra que los caballos estaban integrados en las sociedades nativas al menos a principios del siglo XVII en gran parte del oeste de Estados Unidos, y que eran, en su mayoría, de origen español", recalca. Además, destaca que "antes de esta época, otros animales de carga desempeñaban un papel importante en las Américas, especialmente los camélidos como la llama y la alpaca en Sudamérica, y los perros domésticos en gran parte de las Grandes Llanuras".
Más de tres siglos después, diferentes visiones de aquellos fenómenos confluyen para intentar explicarlos con menos sesgos. Acerca de cómo las diferentes perspectivas enriquecieron este estudio interdisciplinario, Taylor sostiene que, "al aplicar una amplia gama de técnicas de las ciencias arqueológicas", pudieron certificar no solamente que la primera integración de los caballos fue "mucho antes de lo que pensaban los investigadores occidentales", sino también valorar "aspectos de la gestión de los caballos por parte de los nativos", como "los cuidados veterinarios y la monta, a través de la osteología, la dieta y el movimiento, a partir de los isótopos".
Por su parte, el historiador tribal de la Nación Comanche, Jimmy W. Arterberry, destaca "el respeto y el debate entre el equipo de investigación interdisciplinar", porque, a su juicio, "permitieron una cooperación rica y significativa, como demuestran los resultados".
Otro dato relevante es que, gracias a estudios de ADN antiguo, el trabajo muestra cómo el "cambiante paisaje social de las Américas" influía en los caballos, que iban adquiriendo "rasgos más fuertes de ascendencia británica" con el paso del tiempo, explica el autor principal.
Aunque el investigador destaca: "Quizá nuestro hallazgo más importante sea que los descubrimientos arqueológicos, en este caso, validan las tradiciones orales de muchos de nuestros colaboradores, como los comanches, cuyas tradiciones sugieren que ya criaban caballos antes de su larga migración a las llanuras del sur en el siglo XVIII". El portavoz comanche coincide con Taylor: "La tradición oral es el medio más eficaz para comunicar las formas de vida y las tendencias culturales dentro de la historia comanche en sí".
Sin embargo, continúa Arterberry, "es muy importante, en esta era, producir documentación escrita, fotográfica y audiovisual, con interpretaciones desde dentro de la cultura, para compartir y comunicar entre nosotros y con el mundo en general". Para el portavoz, tener un lugar en la divulgación de lo que es su pueblo, así como compartir sus narrativas históricas, "son imperativos también para la continuación de la propia cultura, por el bien de la memoria", y valora "la incorporación de iniciativas de la ciencia moderna".
En este caso, "el análisis realizado junto a los relatos de la historia oral, confirmaron y mejoraron nuestra comprensión de la llegada del caballo a la cultura nativa americana", añade el representante de la comunidad comanche con presencia en el equipo.
El artículo sugiere que las poblaciones de equinos se habrían expandido hacia el norte desde los asentamientos españoles en el suroeste americano, mucho antes de que llegaran los europeos a la región en el siglo XVIII, durante un tiempo de "cambios sociales perturbadores" entre los nativos. Para conocer sus condiciones de vida en aquella época, SINC ha consultado a William Taylor sobre el vínculo y la función que cumplían los animales de carga entre las etnias locales.
"Nuestro proyecto demuestra que los caballos estaban integrados en las sociedades nativas al menos a principios del siglo XVII en gran parte del oeste de Estados Unidos, y que eran, en su mayoría, de origen español", recalca. Además, destaca que "antes de esta época, otros animales de carga desempeñaban un papel importante en las Américas, especialmente los camélidos como la llama y la alpaca en Sudamérica, y los perros domésticos en gran parte de las Grandes Llanuras".
Más de tres siglos después, diferentes visiones de aquellos fenómenos confluyen para intentar explicarlos con menos sesgos. Acerca de cómo las diferentes perspectivas enriquecieron este estudio interdisciplinario, Taylor sostiene que, "al aplicar una amplia gama de técnicas de las ciencias arqueológicas", pudieron certificar no solamente que la primera integración de los caballos fue "mucho antes de lo que pensaban los investigadores occidentales", sino también valorar "aspectos de la gestión de los caballos por parte de los nativos", como "los cuidados veterinarios y la monta, a través de la osteología, la dieta y el movimiento, a partir de los isótopos".
Por su parte, el historiador tribal de la Nación Comanche, Jimmy W. Arterberry, destaca "el respeto y el debate entre el equipo de investigación interdisciplinar", porque, a su juicio, "permitieron una cooperación rica y significativa, como demuestran los resultados".
Otro dato relevante es que, gracias a estudios de ADN antiguo, el trabajo muestra cómo el "cambiante paisaje social de las Américas" influía en los caballos, que iban adquiriendo "rasgos más fuertes de ascendencia británica" con el paso del tiempo, explica el autor principal.
Aunque el investigador destaca: "Quizá nuestro hallazgo más importante sea que los descubrimientos arqueológicos, en este caso, validan las tradiciones orales de muchos de nuestros colaboradores, como los comanches, cuyas tradiciones sugieren que ya criaban caballos antes de su larga migración a las llanuras del sur en el siglo XVIII". El portavoz comanche coincide con Taylor: "La tradición oral es el medio más eficaz para comunicar las formas de vida y las tendencias culturales dentro de la historia comanche en sí".
Sin embargo, continúa Arterberry, "es muy importante, en esta era, producir documentación escrita, fotográfica y audiovisual, con interpretaciones desde dentro de la cultura, para compartir y comunicar entre nosotros y con el mundo en general". Para el portavoz, tener un lugar en la divulgación de lo que es su pueblo, así como compartir sus narrativas históricas, "son imperativos también para la continuación de la propia cultura, por el bien de la memoria", y valora "la incorporación de iniciativas de la ciencia moderna".
En este caso, "el análisis realizado junto a los relatos de la historia oral, confirmaron y mejoraron nuestra comprensión de la llegada del caballo a la cultura nativa americana", añade el representante de la comunidad comanche con presencia en el equipo.
Aportes de cada aproximación
Sobre las tradiciones del saber de los pueblos nativos, Taylor explica que "para la mayoría de los aficionados a los caballos de todo el mundo, estos no solo forman parte del pasado, sino también del presente y del futuro, porque desempeñan un papel no restringido al transporte, la economía o la ecología, sino que también están presentes en las ceremonias, las creencias y la cultura". Por esta razón, "la arqueología puede ayudarnos a apreciar la antigüedad y el valor de las tradiciones ecuestres como fuentes de estabilidad, curación y comunidad que hay que proteger y cuidar".
¿Cómo pueden incorporarse con más asiduidad esos saberes milenarios de los pueblos originarios e indígenas en el conocimiento científico?, es la pregunta que se le formula al investigador principal del estudio. "Este tipo de colaboración debe empezar por el principio: dejar que las comunidades indígenas ayuden a decidir qué preguntas de investigación deben plantearse y por qué", responde.
Taylor insiste en este concepto, porque quiere dejar claro lo vital que resulta "dejar que los arqueólogos, investigadores, estudiosos y guardianes del conocimiento indígena decidan qué conocimientos aportar". De este modo, argumenta, "será más fácil encontrar los puntos de conexión mutua entre ciencia, arqueología y tradición, y construir proyectos científicos que empiecen a hacer algo distinto" de lo que se venía haciendo.
Arterberry concluye: "Las principales razones para mantener viva la tradición incluyen perpetuar el conocimiento de quiénes somos y de dónde venimos, ser respetuosos con la vida en todas sus formas, alabar a nuestros antepasados por mantener la vida y dar las gracias al creador por dárnosla".
Tomado de la red.
Sobre las tradiciones del saber de los pueblos nativos, Taylor explica que "para la mayoría de los aficionados a los caballos de todo el mundo, estos no solo forman parte del pasado, sino también del presente y del futuro, porque desempeñan un papel no restringido al transporte, la economía o la ecología, sino que también están presentes en las ceremonias, las creencias y la cultura". Por esta razón, "la arqueología puede ayudarnos a apreciar la antigüedad y el valor de las tradiciones ecuestres como fuentes de estabilidad, curación y comunidad que hay que proteger y cuidar".
¿Cómo pueden incorporarse con más asiduidad esos saberes milenarios de los pueblos originarios e indígenas en el conocimiento científico?, es la pregunta que se le formula al investigador principal del estudio. "Este tipo de colaboración debe empezar por el principio: dejar que las comunidades indígenas ayuden a decidir qué preguntas de investigación deben plantearse y por qué", responde.
Taylor insiste en este concepto, porque quiere dejar claro lo vital que resulta "dejar que los arqueólogos, investigadores, estudiosos y guardianes del conocimiento indígena decidan qué conocimientos aportar". De este modo, argumenta, "será más fácil encontrar los puntos de conexión mutua entre ciencia, arqueología y tradición, y construir proyectos científicos que empiecen a hacer algo distinto" de lo que se venía haciendo.
Arterberry concluye: "Las principales razones para mantener viva la tradición incluyen perpetuar el conocimiento de quiénes somos y de dónde venimos, ser respetuosos con la vida en todas sus formas, alabar a nuestros antepasados por mantener la vida y dar las gracias al creador por dárnosla".
Tomado de la red.