Entre mis manos crece
tu risa
igual que en el pasto
distante
crece la hierba
eres un destello
breve
súbito
que ilumina de
repente
la abrupta sombra
de mi cuerpo
horizontal
tendido sobre las
tardes
grises de enero
ven
deja que tu nombre
entre mis labios
sea un rayo que hiera
la distancia
deja que mis manos
hagan surcos en tu piel
para sembrar en tu
sexo de flores
la simiente congelada
en mi semen
para que en tu
vientre la vida
igual que el trigo en
los campos
ilumine los ignotos
senderos
de la fantasía
soy un héroe
vencedor de mil
batallas
mas en tus brazos
como un centauro
caigo vencido al amor
y la ternura
atados mis sueños a
tu nombre
ya no voy a ninguna
parte
he anclado mi barca
en la remota soledad
del tiempo
junto a la insondable
desnudez
de tu cuerpo
dormido sobre un
lecho de pétalos
petrificados sobre la
nada
refugio de los
fantasmas
que huyen de la furia
de los minotauros
yo también huyo de la
furia ciega
del amor
mas en tu piel anidan
los pájaros azules de
mis manos
Domingo Acevedo
Foto tomada de la red.