Portada del desaparecido periódico Ultima Hora del 12 de enero de 1972.
SANTO DOMINGO. Al cumplirse este domingo 12 de enero el 42 aniversario de la caída en un combate desigual de Amaury Germán Aristy, Virgilo Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), cuatro titanes que integraban la dirección del Comando de la Resistencia en República Dominicana, organización que preparaba la resistencia armada de respaldo al grupo guerrillero que se entrenaba en Cuba bajo la dirección del coronel Francisco Alberto Caamaño para derrocar el sanguinario gobierno encabezado por el tirano Joaquín Balaguer, reproducimos una carta escrita por Amaury al coronel Caamaño (inconclusa) y a la dirección del Comando de la Resistencia en Cuba, reproducida por la Fundación Amaury Germán Aristy por su valor histórico y para conocimiento de las presentes generaciones.Estos cuatro titanes se enfrentaron desde una cueva ubicada en el kilómetro 14 de la autopista Las Américas a más de 2,000 militares y policías, al mando Ramón Emilio Jiménez (a) Milo, y por los generales Neit Rafael Nivar Seijas, entonces jefe de la Policía Nacional, y Salvador (Chinino) Lluberes Montás, ambos fallecidos, que utilizaron aviones, helicópteros, tanques y toda clase de armas de alto calibre. Pero el arrojo, la valentía y la convicción de Los Palmeros demostró lo que sentenció Amaury que “no importa el número de armas en las manos sino de estrellas en la frente”.
Compañeros:
Román y demás miembros de dirección.
Fifo y demás compañeros de dirección Revolución Cubana.
A todos los compañeros que han sido enviados por nosotros a ésa:
La formación de nuestra organización en 1967, es fruto de la decisión de los compañeros más destacados del grupo “Palmeros” que militábamos en el “14 de Junio”, decisión individual y voluntariamente adoptada de entregarnos a un nuevo movimiento revolucionario bajo la dirección del compañero Román.
La decisión mencionada no fue una acción del momento, emotiva, sino que tenía sus raíces en la línea política abrazada por nosotros acerca de la necesidad histórica del inicio de la guerra revolucionaria en la República Dominicana; pues, si bien una parte de los compañeros integrantes del grupo “Palmeros” arribó a ese país sin tener un criterio claro y correcto sobre la necesidad de la guerra, con la cabeza llena de tesis sobre el partido, la lucha ideológica, la polémica internacional, etc., otra parte, la última en llegar con Gerardo, llevaba ya desde nuestro país no sólo la línea de la guerra como política oficial del “14 de Junio”, sino además, planes concretos para iniciarla. Que luego los dirigentes del “14 de Junio” desertaran de esa línea es harina de otro costal. De manera, que los primeros adoptaron tal línea después de un largo proceso de discusión, estudio, convencimiento e intercambios de experiencias, tanto con los compañeros cubanos, como con los compañeros de otros países y, especialmente, con los vietnamitas del norte y del sur, coreanos, venezolanos, colombianos, guatemaltecos…
Mientras que los segundos, se acogieron a la mencionada línea impulsados por la marcha del proceso mismo en nuestro país: política de exterminio del movimiento revolucionario; atomización de los grupos de izquierda, víctima de la actividad enemiga de división; muerte de Orlando Mazara y Luis Parrish en Ocoa y Nagua respectivamente, etc. etc., en fin, fue la propia realidad latinoamericana y mundial y, principalmente, la dominicana la que nos había impulsado, a unos y a otros, a agruparnos, aun antes de hacer contacto con Román, con el propósito firme de iniciar, tras nuestro arribo al país, los preparativos para el inicio de la guerra revolucionaria.
Es cierto que en ese entonces nuestra línea no estaba suficientemente desarrollada y que nuestros planes eran sumamente elementales y estrechos, limitados casi exclusivamente al objetivo de crear un foco guerrillero según el modelo foquista tradicional; pero ello no hacía menos profunda la convicción común en tomo a la línea.
Por esta razón, cuando tuvimos noticia de la estadía de Román en ésa, inmediatamente procuramos establecer contacto, pues vimos abierta la posibilidad de que, en caso de existir coincidencia de propósitos, nuestra línea contara con una figura de su talla. A decir verdad, al principio ese fue el aspecto principal que tuvimos en cuenta. Además, veíamos la posibilidad de que, en el compañero, encontrara la revolución dominicana el jefe decidido y lúcido que durante tanto tiempo había esperado. Mas esto era un simple deseo, cuando más, producto de impresiones personales o resultado de una experiencia histórica anterior: La Guerra de Abril. Grande fue nuestra impresión cuando, una vez en contacto con el compañero Román, comprobamos no sólo que teníamos unidad de propósitos, sino que, además, este tenía una concepción mucho más elaborada y profunda que la nuestra e incluso de mucho mayor alcance y justeza. Fue para nosotros altamente estimulante reconocer que nuestra decisión de colocarnos bajo el mando de Román se justificaba plenamente, no sólo por las razones originales, sino por el hecho, nuevo para nosotros, de que éste tenía criterios más avanzados y correctos que los propios nuestros; a todo lo anterior, se fue agregando más tarde, la confianza de tener como jefe un compañero de mucho más capacidad militar que la nuestra. Es cierto, que estando ya en el campamento surgieron en algunos de nosotros ciertas reservas de tipo secundario, en torno a las actitudes revolucionarias del compañero, debido a su tendencia a eludir las faenas de tipo físico: ir a las marchas sin cargas, mientras los demás llevaban pesadas mochilas, no hacer postas, etc. Sin embargo, en tales circunstancias primaba el criterio de que esas eran pequeñas debilidades heredadas de la formación pasada del compañero, que con toda seguridad superaría en la medida en que se fuera convenciendo de que los revolucionarios son generalmente muy sensibles frente a los privilegios, y que la actitud de sacrificios es el más formidable de los ejemplos con que un jefe puede forjar a sus hombres y establecer con ellos una fuerte unidad política. Pero en conjunto, toda esa etapa arroja un balance favorable en grado sumo de nuestra unidad con Román.
Como Uds. recordarán, nuestros planes iniciales consistían en enviar al país el conjunto de los “Palmeros” con el objetivo de crear una estructura que nos permitiera iniciar la lucha armada, además de realizar el reclutamiento de un numero suficiente de hombres para engrosar la fuerza estratégica principal; de acuerdo con tales planes, una vez los cumpliéramos en lo fundamental, una parte de nosotros nos reintegraríamos a esa para participar en el inicio de la lucha guerrillera. Para llevar a cabo los planes mencionados establecimos el orden siguiente de llegada de los “Palmeros”: 1) Arribo inicial de dos compañeros que se encargaran de crear un comité de recepción para los demás, 2) Establecimiento de comunicación, y 3) Arribo del resto de los “Palmeros”, excepto Eugenio. Todos conocemos cómo se desarrollaron los acontecimientos, pero no está de mas resumirlos: a la llegada de nosotros dos, fuimos tan incapaces que el enemigo apresó de inmediato al mejor preparado técnicamente para la labor encomendada, yéndose momentáneamente abajo los planes. Sin embargo, Gerardo con los consejos de Joaquín estableció comunicación un poco más tarde, al menos de aquí para allá; (se refiere desde Santo Domingo hacia Cuba) aunque sin resultado inmediato, pues más tarde, estando Gerardo en esa, nos enteramos que por medida de seguridad Uds. rehusaron utilizar nuestro contacto en esa ocasión; también nos enteramos después que con el envío del primer hombre nuestro hacia esa no se logró otra cosa que aumentar la confusión, debido a que éste no supo explicar claramente el robo de un reloj, que se había establecido como indicativo para coordinar los contactos nuestros con los emisarios de Uds., y por ese motivo Uds. interpretaron que se trataba del “Container” de todos los planes operativos de comunicación. En definitiva, consideramos que durante ese período los fallos y errores que interrumpieron la buena marcha de nuestro trabajo son imputables a nosotros; mas ya en ese tiempo podemos advertir una tendencia en Uds. que luego se ha ido convirtiendo en una constante: la sobreestimación exagerada del nivel del trabajo enemigo y la subestimación e incluso desconfianza en los hombres en que habían depositado importantes responsabilidades. Pero, antes de la salida del primero de los hombres enviados por nosotros, había sido hecho prisionero Gerardo, lo cual constituyó un nuevo golpe a nuestros planes y una reiteración de nuestra incapacidad; tras la salida de este de la cárcel enviamos un nuevo emisario a hacer contacto en el punto establecido con la misma suerte del anterior, alegándosenos, también luego, medidas de seguridad.
Posteriormente llegó Eugenio, y nos informó de la situación creada con el resto de los “Palmeros”, aunque éste nos tranquilizó con su opinión de que en la medida en que fuéramos enviando los hombres y cumpliéramos los planes, se realzaría la moral de aquéllos. Para ser francos, la situación pintada por Eugenio, no nos sorprendió, pues sabíamos de antemano que con nuestros fallos se crearían ese tipo de problemas debido a la desesperación de aquellos por venir para el país. De manera que, justo es que nos consideremos como los responsables principales de los problemas surgidos con estos compañeros, es decir, los causantes de los problemas que luego se fueron agudizando, con los resultados de Uds. conocidos. A Eugenio, y nos parece si mal no recordamos que en un mensaje anterior también, le planteamos que solicitábamos autorización para realizar acciones con el objetivo de auto-financiar la organización, puesto que considerábamos incorrecta la dependencia económica de nuestra organización de la revolución cubana, contestándonos éste que los cubanos planteaban que era preferible que ellos aportaran el financiamiento a que, por causa de dichas acciones, la organización sufriera golpes que afectaran la marcha de los planes. El caso es que, no sólo admitimos los criterios expuestos por Eugenio al respecto, sino que hasta nos convencimos de que ellos eran justos, pues sucede que, si bien antes de nosotros unirnos a Román habíamos resuelto, después de agruparnos, no participarle nada a los cubanos ni solicitarte ninguna ayuda económica ni de otro tipo, hasta no crear en nuestro país una organización, con suficientes hechos en su haber, que nos garantizara no ser tomados como un nuevo grupito de charlatanes deseosos de estafar esa revolución; pero no lo hacíamos porque estuviéramos convencidos de que fuera una línea incorrecta depender de la ayuda internacional, sino por la profunda vergüenza que nos producía la tradición de nuestro partido de entonces en la dolosa utilización de las ayudas proporcionadas por esa revolución, las cuales nunca se usaron para los fines a que estaban destinados.
Después de la partida de Eugenio hacia ésa, Gerardo cae preso por segunda vez, con lo que de nuevo se va abajo la materialización momentánea de los planes, aunque ya Billo estaba libre e incorporado al trabajo de la organización con los consiguientes problemas adicionales, principalmente la agravación de la situación respecto a los “Palmeros” que permanecían en esa, cuya desesperación por venir hacia acá estábamos seguros que produciría crisis. Este nuevo error, creemos con toda justicia, nos es atribuible a nosotros.
Pero el mencionado error no es el único que cometimos en esa ocasión, sino que al comenzar el envío de los compañeros solicitados por Uds. cometimos dos nuevos errores, de cierta importancia: mandamos un espía, posteriormente confeso, (se refiere a Enemencio de la Cruz Martínez–Luis Varilla Nota de M.M.) y un desertor. Nunca nos auto-criticaremos suficientemente nuestra incapacidad e irresponsabilidad con estos fallos.
Al salir Gerardo de la cárcel por segunda vez, intentamos establecer comunicación de nuevo y por tercera vez no es utilizado nuestro emisario alegándosenos, posteriormente también, razones de seguridad.
Luego viene un mensajero de Uds. y nos trae US $3,000 y un mensaje alarmista, no de alerta, llamándonos a un !sálvese quien pueda!, dándonos la sensación de que nos encontrábamos totalmente perdidos en manos del enemigo, en inminente peligro y con un avión como única puerta de escape. Es decir, se nos ordenaba huir sin indicársenos de quien y por qué, aunque sí cómo y hacia dónde. Nosotros interpretamos un craso error de Uds. urgirnos el desmantelamiento de toda la organización sin ni siquiera señalarnos el motivo, por lo que decidimos no aplicar sus instrucciones y enviarles con el mismo emisario, previo consentimiento de éste, un mensaje contentivo de un análisis sobre nuestra posición al respecto y un informe sobre la situación de la organización y de la política nacional que les permitiera tener una idea aproximada de la situación real de las mismas, a fin de que se dieran cuenta de que, por mas trabajo que estuviera haciendo el enemigo en nuestra contra, no había una situación de inminente peligro sobre toda la organización, aunque lo hubiera para una parte de la misma. Por lo que les pedíamos la identificación de en qué consistía el peligro para tomar las medidas de neutralización y de defensa necesarias. Estando Gerardo en esa fue que nos enteramos de que dicho mensaje vino a llegar a su destino después de 6 meses cuando ya no tenía ninguna vigencia, en lo que creemos un sabotaje intencionado del PCD a nuestra comunicación, con todas las consecuencias que produjo entre ellas: los mensajes posteriores nuestros, en tono áspero, criticándoles su actitud de silencio y poco consecuente, partiendo del supuesto de que tenían el mensaje mentado en su poder y no nos hacían caso; y también, la llegada de un mensaje de Uds., que no pudo descifrarse completo, donde Román nos hacía responsables del provecho que de dicho mensaje sacara el enemigo, pese a que el emisario era de Uds. y no nuestro; así como las dudas que surgieron en Uds. como consecuencia de las asperezas de nuestros mensajes.
En septiembre de 1969, salió de nuevo para ese país, Gerardo, con el fin de resolver directamente los problemas que se habían suscitado y de puntualizar los planes para llevar a la práctica nuestra línea política, nuestros planes de guerra.
A su llegada a esa se le planteó que su estadía tendría un límite de mes y medio. Este estimó subjetivo ese tiempo y propuso a su vez que se trabajase sobre la base de tres meses como plazo límite, señalando, por ese motivo, la necesidad de enviar en ese lapso un mensaje hacia acá, en caso de que no se pudiera mandar un emisario y una ayuda económica, dada la situación crítica que había dejado en la organización a su partida. Después de dos meses de su estadía en esa, es cuando se decide por insistencia suya, el envío de un mensaje hacia un buzón; todavía no conocemos el motivo por el cual dicho mensaje no se recibió en ésta. En fin, la estadía de Gerardo en ésa se prolongó durante más de 4 meses, pudiéndose realizar todo lo que se hizo durante su presencia en menos tiempo, dos meses como máximo.
El principal resultado de la ida de Gerardo a esa, fue, como Uds. saben, la resolución de acelerar todos los preparativos para iniciar la lucha en 1970. Dichos planes se basaban en la posición que habíamos mantenido desde el principio, de tomar como base de partida hacia el inicio de la guerra a ese país, planteamiento que había sido robustecido por Román con varios y contundentes nuevos argumentos, los cuales compartimos calurosamente.
La parte de dichos planes que nos correspondía a nosotros según lo acordado, era la siguiente: 1) Enviar el resto de los hombres para completar nuestros efectivos en el plazo más breve posible. 2) Enviar un grupo lo más numeroso posible de compañeros a recibir cursos de lucha urbana, y técnicos, para fortalecer la organización de resistencia. 3) Consolidar la estructura existente mediante la depuración de sus filas y el inicio de las operaciones a fin de probarla y situarla en condiciones de operar al máximo de su capacidad. 4) Creación de un grupo de incorporación a la fuerza estratégica. 5) Creación de detalles logísticos. 6) Trabajos de preparación y de información sobre la zona estratégica. Todos estos objetivos deberíamos nosotros cumplimentarlos en un plazo de tres meses y pico partiendo del hecho de que Gerardo llegó al país el 15 de enero del 1970; lo que significa que estuvimos, innecesariamente, 4 meses acordando los planes para vernos precisados a ponerlos en práctica con exagerada precipitación y pésima relación entre teoría y práctica. Pero, en fin, los acuerdos fueron señalados ya.
Ahora bien, la materialización por parte nuestra de dichos acuerdos estaba sujeta al cumplimiento por parte de Uds. de los pasos siguientes:
1) Obtención de U$ 50,000 con la revolución cubana, puesto que la claridad de dichos planes no nos permitirían su recuperación por vía revolucionaria y sin contar con dichos fondos se dejaban todos los planes al azar.
2) Garantizar la comunicación eficientemente; puesto que había sido el más grave de todos los obstáculos y fallos en la historia de nuestra organización a través de su desarrollo, para este fin acordamos los pasos que siguen: a) Establecimiento de diferentes buzones en Sto. Dgo., dados por Gerardo a los cubanos, tanto para el uso de compañeros para escribir a sus familiares, sea con fines abiertos, como para el tipo de comunicación secreta, con tinta simpática. b) Establecimiento de varios puntos y planes entre nosotros y los cubanos, además de la actualización de los viejos no descartados. c) Actualización de los planes de contacto en el punto del Caribe, para uso nuestro. d) Preparación técnica de un compañero que enviaríamos nosotros en comunicación por radio, además de la preparación máxima de Manuel al respecto.(se refiere a Melvin Mañón con quien acababa de entrar en contacto en el curso de ese viaje de 1969 a Cuba) e) Envíos de sellos gomígrafos y otros materiales de documentación, cámara Minox, etc., además de la preparación de Manuel en estos menesteres y el envío de otro compañero para recibir entrenamiento técnico en esa especialidad. f) Envío de explosivos, armas cortas y otros materiales. Y g) Envío de Manuel tan pronto concluyera sus planes, en un plazo de dos meses luego de la salida de Gerardo ya que esté sería el responsable de crear un aparato vital para todos los planes de guerra elaborados: la red de inteligencia. Como Uds. recordarán, hasta el último momento, Gerardo estuvo planteando traer consigo una parte considerable de los materiales y el dinero, que se consideraban indispensables para cumplir nuestros planes en breve plazo, acatando luego, por disciplina, la resolución de Román conforme a la posición cubana, de que era un principio de ellos no comprometer el objetivo principal de una misión, en este caso la de Gerardo, con objetivos secundarios que pudieran afectar el objetivo principal. Decimos que acató por disciplina, porque en verdad no fue convencido por los argumentos de los compañeros cubanos, no porque no considerase justo el principio enarbolado, sino, por el escepticismo que generaba en él nuestra triste experiencia respecto a la eficiencia de los aparatos cubanos en la comunicación… Y lamentablemente los hechos nos dieron la razón. Como recordarán, en cambio, de la traída de los materiales y el dinero por Gerardo, se estableció, con pelos y señales, la realización de un contacto que sería enviado por nosotros al punto, con el fin de recoger dichos materiales. Pues bien, a mediados de febrero, como fue establecido, salió por primera vez un compañero hacia dicho lugar, con el objetivo específico de recoger material y por nueva vez vino el contacto con las manos vacías, sin que hasta ahora conozcamos el motivo de seguridad que se alega en esta ocasión.
Por si les interesa, les diremos que dicho fallo fue un sólido golpe moral, además de material, a nuestros planes de guerra de entonces, ya que a duras penas había Gerardo levantado la confianza de los demás compañeros en la dirección de la organización dentro del país, afectado por más de 4 meses de incomunicación, y la falta de fe en los contactos, por las decepcionantes (decepcionadoras en el original) experiencias nuestras en materia de comunicación a las que se agregaban dos más: las pérdidas de materiales enviados con G. Bango, y el no recibimiento por parte de los cubanos de un mensaje enviado por Joaquín y Billo con un miembro de la delegación de baloncesto que asistió a la competencia celebrada en 1969, violando un principio de inteligencia que nos han enseñado ellos a nosotros: no desechar ninguna información hasta que ésta no esté depurada y verificada. No es necesario señalar que dicha actitud hacía imposible de por sí la materialización de los planes acordados en esa, pues cuando vino a recibirse un emisario de Uds., fue a fines de marzo, a dos meses y pico de las elecciones de junio. Esto sin contar con que dicho mensajero se limitó a traer U$ 12,000 como si de esa manera se cumpliese con los acuerdos establecidos; de manera, que los resultados de este contacto terminaron por convencemos de que por su parte estaban haciendo todo lo posible para que no se pudieran llevar a cabo los planes de guerra acordados para el 70, a menos que, a última hora se decidieran por lanzarse a una aventura, en sustitución a la aplicación consecuente de los aspectos del plan discutido y establecido. Nunca pretenderemos ocultar, sin embargo, que hemos adolecido, por nuestra parte, de una fuerte dosis de incapacidad para cumplir todos los pasos que nos correspondían, mas consideramos que por esta vez la responsabilidad mayor por las fallas no recae sobre nuestros hombros.
Después de la venida de ese contacto enviamos al compañero de Santiago y al “Loco”, así como los 7 del secuestro del avión y efectuamos la operación “Eleodoro Gómez Castillo” (Vidal), tras de la cual enviamos un emisario al punto, usando para ello un amigo de Román, recomendado por éste para trabajos especiales. El fin de dicho contacto fue hacerles llegar $20,000 de acuerdo con lo establecido con Román por Gerardo, de que tan pronto se pudiera dar un golpe de recuperación se le enviara una cantidad parecida. Pero aunque dicho contacto se fue a realizar con el único objetivo de entregar el material, tampoco en esa ocasión se logró ponerlo en práctica, viéndose nuestro emisario en la necesidad de presentarse en la embajada, donde se negaron a recibirle el material, originándose a causa de la tensión y turbaciones causadas por esas situaciones, el olvido por parte de éste de uno de los embutidos contentivo de $5,000, que luego se robó el Troglo, a quien encargamos de guardar dicho embutido, traído por el emisario consigo, hasta poder enviarlo de nuevo hacia ésa.
En… se produce la venida de Manuel. Pero no para quedarse, como esperábamos, e incorporarse a la actividad de la organización dentro del país, sino para regresar de nuevo a esa. No debemos dejar de decir que nos causó extrañeza el envío del compañero en una misión que podía realizar otra persona, poniendo en riesgos todos los planes elaborados en esa respecto a él y todo el tiempo y esfuerzo invertidos en su preparación y entrenamiento para ese fin. ¿Es que sobre él todo cuanto hicimos fue elucubrar ficciones policíacas y no planes realizables para crear un efectivo aparato de inteligencia? Pero en definitiva, Uds. son los que saben las causas por las cuales utilizaron a Manuel para esa misión.
El principal objetivo del viaje de Manuel era explicarnos las causas por las cuales no se habían podido efectuar nuestros planes, dándonos la desconcertante confirmación de algo que entreveíamos ya; nos negábamos a admitir: que los cubanos no daban seguridad de permitirnos partir desde esa para el inicio de la lucha, que era el supuesto básico del que habíamos partido en todos nuestros proyectos, y que si bien esa no era una situación definitiva y se condicionaba a una reunión de Román con Fidel y otras condiciones, debíamos trabajar tomando en cuenta esa perspectiva.
Junto a esa mala nueva, nos reiteraba Román que no se habían obtenido de los cubanos el resto de los US$ 50,000 solicitados a causa de la importante ayuda aportada por Cuba al Perú con motivo del terremoto; y claro que en ese momento no sabíamos ni qué pensar, puesto que nada más lejos de nosotros que intentar disputarle la justa ayuda al pueblo peruano; por eso aunque le dijimos a Manuel que habíamos resuelto antes de su venida plantearle a Román que les solicitara a los cubanos no el resto de los 50 mil dólares originales, sino 100,000 más, a fin de crear una base material que nos permitiría operar a toda capacidad, en vista de que nuestras propias deficiencias en recursos, además de cierta incapacidad, nos impidió llevamos mas de $500,000 en la acción Eleodoro Gómez Castillo (Vidal), pues no pudimos planearla y ejecutarla de acuerdo con todas las reglas de una operación de este tipo, por falta de recursos, lo que dio lugar a que se produjeran en su desarrollo las fallas de Uds. conocidas. Y por lo tanto, no consideramos justo lanzarnos de nuevo a acciones de esa envergadura, en las que prácticamente poníamos en riesgo toda la organización, con los exiguos recursos que nos produjera la mencionada operación, después de reducirle los $20,000 enviados a Uds., los gastos en viajes de los enviados a esa con fin de entrenarse, los gastos en el trabajo estratégico (en el campo) estimamos en 10,000, los gastos en creación de base económica para la manutención de los familiares de los compañeros que se encuentran en esa; los gastos en establecimientos de ciertos negocios con fines de mantener ciertos compañeros y de dudosa perspectiva económica, etc., etc. Fue más tarde, luego de la salida de Manuel cuando reaccionamos, tras hacernos la pregunta siguiente: ¿La ayuda de la R-Cubana al pueblo peruano, se opone a la ayuda para preparar la guerra en la R-Dominicana? Una vez encontrada una respuesta negativa a esa interrogante, decidimos, sobre la base de la argumentación de Uds. conocida, enviarles la mencionada solicitud; a dicha solicitud le atribuíamos además, el objetivo de servir como un elemento para medir la actitud de los cubanos respecto a nuestra organización, en caso de que Román aprobase hacerla. Hoy, sin embargo, creemos sinceramente, y no por despecho, que nuestra posición al respecto constituyó un error y no un pequeño error, sino un error de importancia, un error político: el error de no apoyarnos fundamentalmente en nuestras propias fuerzas para desarrollar nuestros planes y nuestra revolución; el error de propugnar la dependencia económica de nuestra organización de la ayuda internacional. Procuraremos, pues, aprovechar dicho error como una lección para el futuro, a fin de no reincidir mas en él, violando un principio Marxista-Leninista y entrando en contradicción con la dignidad nacional de nuestro pueblo.
De los materiales acordados, Manuel trajo sólo una parte: un sello gomígrafo, además trajo un buzón, el resto todavía lo estamos esperando. Durante su estadía en ésta, Gerardo le expuso la situación que se había creado con respecto al grupo de Plinio en su ausencia, que impedía su envío a esa según lo acordado, y al grupo de Ariza. También se le planteó la situación de Mora y Rafa, señalándole la influencia, cada vez mayor, que desde el punto de vista ideológico ejercía en éstos el Pacoredo, expresándole el criterio de que considerábamos un error el status de Mora en la organización, pues no se ejercía sobre ningún tipo de control político e ideológico, y por tanto, se corría el riesgo de que fuera reclutado por el Pacoredo u otro grupo político de izquierda. En la actualidad estos son dos Pacoredo, más acá creemos, pues que en cierta medida esto es culpa de ustedes, ya que no solamente no colocaron a éstos bajo nuestro control como era lo correcto, sino que además, violaron todos los acuerdos establecidos con ellos, y no mantuvieron una adecuada comunicación con Mora, e incluso cuando éste envió algún mensajero hicieron lo de costumbre: no cumplir con el plan ni los objetivos del contacto. A lo que hay que agregar que jamás le enviaron una carta de los hombres que ellos mandaron a esa para sus familiares, ante los cuales cargaban ellos con la actitud de irresponsables e inhumanos. Para ponerle la tapa al pomo mandaron con Manuel un plan de comunicación muy bonito, pero sin acordarse jamás de ponerlo en práctica. Así pues, no justificamos la ida de Mora hacia el Pacoredo, sobre todo por ser aquella una organización provocadora controlada por el enemigo, pero nos la explicamos perfectamente.
Otro tema que nos trató Manuel fue el relativo a nuestras relaciones con el MPD, el PRD y los Corecato, señalándonos la importancia que Uds. le atribuían a estas relaciones, a fin de prevenir una situación de aislamiento futuro de la guerrilla de las organizaciones revolucionarias parecido al del Che en Bolivia.
Con respecto al MPD, le planteamos que nuestras relaciones con éstos eran bastante buenas, tanto mientras estuvo Otto, como después con Moisés en la dirección de dicho Partido, haciendo la salvedad de que éstos sostenían y sostienen la línea política de: Golpe de estado anti-balaguerista. Pero después de la salida de Billo las relaciones nuestras con el MPD se desarrollaron aun más, llegando e incluso a iniciar un curso de inteligencia con Moisés, con el fin de crearle una mentalidad de seguridad que le permitiera limitar el trabajo enemigo en el seno de su partido. Poco a poco este fue introduciendo cambios en la línea política de dicho partido y en su estructura, cuyo resultado lógico hubiera sido su adopción de nuestra línea política. Entre los criterios que impuso en el seno del MPD estaban los siguientes: Que la estructura de dicho partido debía ser la de un movimiento de guerrilla urbana y que se les planteaba como una necesidad urgente, militarizando el máximo… para imponer tales criterios contaba con el respaldo de El Moreno, no sabemos si influenciado este durante su viaje a Cuba. También se sedujo a Moisés acerca de documentos públicos donde por primera vez se planteaba que la falta de métodos de trabajo clandestinos y la infiltración enemiga eran la causa de los golpes dados por el enemigo a ese partido. En realidad existía mucho temor de parte del enemigo del viraje que se estaba produciendo en el MPD, tan notorio que el propio Bosch comentó la posibilidad de un pacto entre nosotros y dicho partido para alejarnos. Pero la única forma en que nosotros podíamos evitar que el enemigo continuara descalabrando al MPD y lograr su futura alineación política con nosotros era, no solo influyendo en su dirección, sino dándole la ayuda necesaria en recursos y conocimientos técnicos, algo que no estaba y aun no estamos en capacidad de hacer en cantidades suficientes; pues la debilidad de esa organización, en materia de lucha contra la represión es muy grande, pese a ser la fuerza política más grande después del PRD en el campo revolucionario.
Respecto al PRD, dimos los pasos encomendados por Román y por suerte Bosch no se mostró muy entusiasmado, alegando razones de seguridad y señalándole al enlace entre él y nosotros que él tiene el criterio de que los cubanos han cambiado su línea anterior y que, por tanto, Román no hacía nada en Cuba, puesto que aquellos no van a embarcarse en una nueva aventura como la del Che en Bolivia. Decimos por suerte, puesto que si éste hubiera aceptado enviar a ésa un emisario, hubiéramos quedado como tremendos charlatanes, pues hasta hoy Uds. no han mandado a decir nada sobre esto, ni sobre ninguna otra cosa. Miren a ver si no les mandamos a plantear la posibilidad de una invitación oficial de una universidad cubana a la UASD para un número determinado de autoridades y profesores, cosa que podía aprovecharse para que Bosch no tuviera temor de enviar un perredeísta por vía legal y para hacer contacto y cualquier otro objetivo; o si por lo menos, se han ocupado de invitar a la Rectoría y Vice-Rectoría de la UASD como ha solicitado en más de una ocasión el hermano de Eugenio. No, ni siquiera se han ocupado de mandamos a decir que no. ¿Es por razones de seguridad que han resuelto no hacernos caso o porque no les alcanza el tiempo para otra cosa que para entrenarse?
Por último, le planteamos a Manuel la necesidad de su rápida venida al país, para quedarse, dado que por la salida de Billo y un buen número de nuestros hombres se haría más necesaria su presencia. Manuel se llevó nuevos planes de contactos, nuevos buzones, y una crítica suficientemente fundamentada sobre las eternas deficiencias en nuestras comunicaciones. Pero es obvio que a esto tampoco le han puesto el menor caso.
Inmediatamente después de Manuel sale Billo, quien fue comisionado por nosotros para hacer una serie de señalamientos críticos sobre las reiteradas deficiencias atribuibles a Uds. y que han afectado la buena marcha de nuestro trabajo, y para discutir con Uds. como hacer más eficiente la organización con una mejor y mayor asistencia de Uds. El hecho de que posteriormente hayamos encaminado una serie de críticas en tomo al compañero, sobre cosas que desconocíamos, y que incluso, hayamos solicitado sanciones de tipo disciplinario para él, creemos que en nada invalidan los planeamientos que haya podido hacer él en tales sentidos, de la misma forma que los errores cometidos por él en nada lo desmeritan como revolucionario y como cuadro de grandes condiciones dentro de la organización; aunque sí afectan su condición de dirigente de la misma.
Después de esperar un tiempo prudente tras la salida de Billo, Quico y el cuñado de Gerardo, sin recibir comunicación, les enviamos un mensaje a través de uno de los CORECATO que salió hacia esa; y posteriormente, al no recibir tampoco respuesta, insistimos con un mensaje enviado a través de Paco que fue el ultimo de los hombres enviados por nosotros. Hasta este momento, a pesar de todos nuestros esfuerzos, lo único que hemos recibido después de la venida de Manuel, es el anuncio de parte de Román traído por uno de los CORECATO de que esperemos pronto un emisario; de ello hace mis de 6 meses y desde entonces nos hemos quedado como el Bautista: Esperando al que vendrá… por lo demás, vemos que la eterna incomunicación en que tan tenazmente se empeñan en mantenemos no nos afecta solamente a nosotros sino también a los CORECATO, pese a que estos mantienen un dirigente suyo en Paris al cual se le han gastado las suelas de los zapatos yendo a la embajada cubana. Si a todo esto le agregamos la historia de Mora, tenemos que llegar a la conclusión de que Uds. han elevado la incomunicación de los grupos que se entrenan con su organización y de las direcciones con sus bases en nuestro país al nivel de principio inviolable. Si se toman la molestia de leer todos y cada uno de los mensajes enviados por nosotros, comprobarán que no hay posiblemente uno solo en que no planteemos como uno de los obstáculos principales de la buena marcha de nuestro trabajo, la falta de comunicación eficiente, y en que no le hayamos recalcado el principio, enseñado a nosotros, precisamente por los cubanos, de que: “Sin comunicación no hay mando”.
Pero todo no fuera tan angustiante si a la falta de comunicación no se agregara el hecho de que tenemos en esa un grupo considerable de compañeros que fueron enviados con el concreto objetivo de recibir cursos breves de lucha urbana y técnica operativa, a fin de regresar cuanto antes al país, el primero de los cuales, el santiaguero, tiene más de un año largo en ésa; la compañera ANA, quien dicho sea de paso estaba bastante avanzada en inteligencia casi un año; y en fin, todos pasan de los 8 meses, ninguno de los cuales ha regresado aun al país.
De manera que leyendo este documento podemos damos cuenta que la dialéctica que han seguido Uds. en relación a nosotros ha sido la de mantener las relaciones cada vez peor. En el período de la venida de Gerardo a la de Manuel; incumplimiento de todos los acuerdos. Es decir, dejan de hacer todo lo que se había acordado como imprescindible para alzarnos en el 70. Y esto es lo que nos preocupa, no que no nos alzáramos sin crear las condiciones necesarias para ello, sino que hiciéramos el máximo esfuerzo por cumplir una meta trazada. ¿No recuerda Román aquel principio de HO CHI MING que él señalaba frecuentemente de que debía discutirse y estudiarse todo lo necesario antes de establecer un plan; pero que una vez establecido, es imperdonable no hacer el máximo esfuerzo por cumplir con lo acordado, aunque se efectuasen correcciones sobre la marcha a dicho plan? ¿Acaso excusan los cubanos a aquellos que so pretexto de que el plan de los 10 millones de toneladas de azúcar era subjetivo, fueron negligentes y dejaron de cumplir con su deber? Y en el período de la venida de Manuel en adelante, encima del desconcierto que obviamente debían suponer que nos crearían con las noticias que éste trajo (al cual le dijimos claramente que mientras no nos enviaran una posición definitiva en tomo a la forma de llevar hacia adelante nuestros planes, estaríamos fuera de una gran inestabilidad y ansiedad), nos remachan con más de 8 meses sin recibir un emisario, ni un mensaje a buzón ni un compañero de los supuestos a venir; ni siquiera una carta de estos para sus familiares. Nada en absoluto; mejor dicho: Silencio, sólo silencio, pues el silencio es algo, y a veces hasta muy elocuente.
Desde luego que ya hemos escrito suficiente como para decirles que lamentablemente la tenacidad del silencio de Uds. ha tenido más resistencia que nuestra paciencia; pero no queremos concluir este mensaje sin llevarles una sólida idea, aunque sea, de la crisis política, moral, etc., que la actitud de Uds. ha generado en nosotros y por reflejo en los demás miembros de nuestra organización.
Lo primero que debemos decirles, es que si lo que Uds. se han propuesto es probar nuestra capacidad de resistencia como revolucionarios, debemos felicitarlos por los métodos empleados, ya que poco ha faltado para desmoralizarnos y llevarnos a la frustración; pues resulta frustratorio que después de 4 años (no olviden que comenzamos en el 67) de trabajo dentro de una línea política, nos veamos en la obligación de ver como cosa incierta su aplicación práctica; lo que es peor, que quienes suponemos los más dispuestos y empeñados en que se llevase a cabo, son quienes más esfuerzos están haciendo para no verse en la necesidad de reemplazar las palabras y los planes bonitos con la dureza de la acción revolucionaria, que es a lo cual nos urgió el CHE cuando repetía las palabras de MARTI: “Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz”. Y conste que lo que decimos, no lo hacemos porque nos desespere el tiempo que se tome preparar la guerra, por largo que éste sea, sino por el tiempo que miserablemente hemos perdido y perdemos por inconsciencia o falta de firmeza en los propósitos y de decisión de lucha; porque es nuestro pueblo el que paga diariamente su cuota de sangre y sufrimientos por cada día que posterguemos innecesariamente su liberación. ¿Cómo diablos creer que Uds. están seriamente empeñados en acelerar el inicio de la lucha, cuando hace más de 8 meses que les aguardamos a informar los pasos que estábamos dando para desarrollar el trabajo, en la supuesta zona y hasta hoy no nos han respondido nada sobre ello? ¿Cómo creer que la firmeza de Uds. en nuestros propósitos, frente al olímpico desprecio con que han venido tratando todos los preparativos dentro de nuestro país, que es precisamente donde se supone que ya es de iniciarse la guerra?
¿Qué explicaciones buscar a las actitudes de Uds.? ¿Es acaso fruto de lo que dice Bosch y difunden las agendas internacionales de prensa y todo tipo de disidente de la revolución cubana, o sea que Cuba ha modificado su línea política de partidaria militante de la guerra revolucionaria por presión soviética y conveniencias políticas y económicas regionales? Nos negamos a creerlo, porque no concebimos que eso pueda ocurrir estando Fidel al mando a esa revolución, el cual ha escrito: “La solidaridad con el movimiento revolucionario puede ser tomado como pretexto, pero nunca será la causa de las agresiones yanquis… Dejar de solidarizarse con el movimiento revolucionario no es negarle un pretexto, sino solidarizarse de hecho con el imperialismo”… ¿Es que acaso son Uds. los que han cambiado de línea? ¿O es que consideran que nosotros somos agentes enemigos y se proponen desinformarnos? ¿Son problemas originados en los aparatos cubanos, tales como la rumorada supuesta deserción de ANTONIO en Praga? ¿O es que se encuentran entrenándose en la guerra misma en otro país? ¿O simplemente lo hacen así porque no le conceden ninguna importancia a la organización en éste? Estas y otras interrogantes han martillado persistentemente nuestros cerebros desde hace meses, sin que hayamos podido encontrar una justificación a la situación en que Uds. nos mantienen.
La desmoralización que Uds. nos han causado en torno al futuro de nuestra organización y su línea, ha sido más angustiante debido a nuestras experiencias en el “14 de Junio”, pues no es la primera vez que nos enrolamos en trajines guerreros tras profundos análisis y estudios de nuestra realidad y la necesidad inaplazable de la guerra de liberación con resultados frustratorios, debido a la falta de carácter de algunos hombres y, aunque parezca contradictorio puesto que hoy estamos mucho más preparados para ello, debemos decirles que hoy nos dolería mil veces más que entonces tener que terminar convenciéndonos que nos equivocamos respecto a Uds., como nos equivocamos respecto a los dirigentes del 14 de Junio.
Es cierto que nosotros no hemos hecho todo lo que ha estado a nuestro alcance para consolidar nuestra organización y para responder al reto histórico que se plantea ante nuestro pueblo, y que durante el tiempo posterior a la venida de Manuel y salida de Billo hemos mantenido una actitud pasiva, subsistencia, movidas por el criterio de no operar hasta no crear condiciones óptimas y conservar intacta nuestra base hasta la llegada de los hombres enviados a esa con el fin de entrenarse. Aunque en realidad, nunca esperamos que se tardarían tanto tiempo. Y quizás también, debido a que el aumento de la represión ha sido cada vez más fuerte y ello nos ha llevado a una actitud conservadora, actitud inexplicable en parte debido a que la inexperiencia de nuestra base y su bajo dominio de los métodos y la técnica que nos ha obligado a participar a ambos en todas las acciones, como una forma de garantizar la no ocurrencia de fallos, circunstancias que nos han obligado, además a adoptar la línea de preferir no operar, o hacerlo en condiciones que ofrezcan un 100% de posibilidades de éxito, puesto que estamos conscientes de lo que significaría en estos momentos la caída nuestra, dado el abandono de ustedes para la organización. Debemos decirles, además, que fallamos en varias acciones que intentamos realizar, aquí y en otras efectuadas en Puerto Rico con fines económicos, aunque en este último punto logramos llevarnos muchos materiales explosivos de asaltos a varias carteras. Pero en definitiva las explicaciones sobran. Lo que importa es que nos auto-criticamos, lo poco consecuente que hemos sido con nuestra línea política, lo poco que hemos sido capaces de hacer, por no tener la línea de operar, sino de esperar el maná que cayó del cielo, es decir, de ustedes. Auto-crítica no nos hacemos frente a ustedes, pues su mérito se reduce a entrenarse indefinidamente en un momento en que nuestro pueblo es sometido por sus enemigos a una danza de sangre y muerte, sino, que nos auto-criticamos ante nuestro pueblo y la historia, que es el único que está pagando nuestras incapacidades y errores, el único ante el cual nos sentimos obligados a rendir cuenta.
Después de mucho meditar sobre los problemas expuestos y de recibir la presión de nuestra base, que nos recriminaba nuestra pasividad señalándonos que habían ingresado en esta organización porque creían en la guerra como la única solución política revolucionaria en nuestro país y no para morirse de viejos o dejarse matar sentados en sus casas sin hacer nada; después de reflexionar mucho sobre el señalamiento del Che: “Durante el desarrollo de la lucha armada aparecen dos momentos de extremo peligro… El primero de ellos surge en la etapa preparatoria y la forma en que resuelva la medida de la decisión de lucha y claridad de fines que tengan las fuerzas populares”, hemos reaccionado por fin y este mensaje forma parte de nuestra reacción.
Sí, ya, por suerte, nos hemos recuperado en parte de la frustración a que hemos hecho referencia. Hemos resuelto llevar hacia adelante nuestra línea independiente de que ustedes hayan desertado de ella o no. Al momento de escribir este mensaje hemos realizado una pequeña acción de recuperación económica contra…. con el fin de preparar una grande y dotarnos de los medios y recursos necesarios para operar por nuestra propia cuenta y riesgos.
Les escribimos este mensaje, aunque estuvimos tentados a hacer lo mismo que ustedes, es decir, a desentendernos de ustedes y nada más, porque sabemos lo que implicaría a estas alturas un rompimiento definitivo entre nuestra organización de aquí y la de allá, y además, porque no queremos actuar con la misma irresponsabilidad que ustedes han actuado con nosotros.
Nosotros no propugnaríamos jamás por un rompimiento de nuestra organización, por muchas razones: (1)Porque todavía no conocemos las razones que los han movido a violar todos los acuerdos, incumplir todos los compromisos e incomunicarnos. Y, aunque no pensamos que pueda existir ninguna justificación para todo ello, creemos que antes de dar cualquier paso estamos en el deber de exigirle una explicación de su actitud. (2) Porque nos hacemos cargo de lo que significaría vernos en la necesidad histórica de iniciar con nuestras solas fuerzas de lucha armada en nuestro país, ya que sabemos que las posibilidades de triunfo no serían las mismas que contando para ello con todas las fuerzas de la organización; no sólo por la cantidad de hombres que hay en el país, sino además, porque tienen mayor preparación militar que la nuestra. (3) Porque nos sentimos los compañeros que se encuentran en esa, en su mayoría enviados por nosotros, la posición a que nos hemos visto en la indeclinable obligación de llegar por las actitudes de ustedes; aunque sabemos que depende de la conciencia y la voluntad de ustedes el que los compañeros conozcan el contenido de este mensaje que no afecte la seguridad en los aspectos que se estimen violatorios de la compartimentación, para que estos puedan juzgar concientemente y tengan elementos de convicción para decidir su posición frente a nosotros y ustedes. Porque este documento persigue precisamente eso: Apelar a la conciencia y la vergüenza, al sentido del deber, tanto de ustedes los miembros de la dirección de nuestro movimiento como todos los demás compañeros, a fin de hacerlos reaccionar, porque creemos que la gran mayoría, y ojalá que todos, no han de sentirse satisfechos con sólo entrenarse militarmente por…
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