De nada te vale creer en Dios, seguir una religión, ir todos los días al culto o la iglesia, sino tienes un buen corazón, si tus creencias religiosas no las acompañas de una práctica de bondad, amor, humildad y solidaridad.
Lo que te salvará, no son tus creencias religiosas sino tu práctica correcta ante la vida, ante los demás, tu compromiso con la paz, con la justicia, con los desvalidos e indefensos, con aquellos que necesitan pan y abrigo.
Es el amor incondicional al prójimo lo que te salvará del infierno de tu hipocresía y tu egoísmo enmascarado en una religión.
Domingo Acevedo
Agosto/2024.