Ayer
primero de agosto le dije a un amigo mío que hablabamos de la crisis que nos
envuelve y de la que no vemos salida a corto plazo, ni mediano plazo, que nunca
había pensado irme de mi país, he sido de los que siempre han defendido que el pleito
había que librarlo aquí en nuestro terruño amado en donde muchos han caído intentando
darnos una patria digna y soberana.
Pero
por los bajos salarios que devengamos, la inseguridad, la escasez de agua, los
apagones, la mala calidad de la salud. Aquí en una emergencia en cualquiera clínica
privado dependiendo de que se trate si usted no dispone de cincuenta a cien mil
pesos no lo ingresan y los hospitales públicos no les garantizan la vida a los
pacientes en emergencias.
Entre
otros problemas que nos afectan en lo económico y hasta en lo emocional.
Le
decía yo a ese amigo que si yo fuera más joven y no como estoy ahora viejo
enfermo y cansado hace rato que me hubiera ido a otro país a
buscar mejores horizontes.
Pero
para mí ya es tarde debo quedarme en
donde estoy con la frustración de ver como los políticos se roban nuestros
sueños y la esperanza de vivir con dignidad, como nos roban la alegría y la vida
y no nos damos cuenta.
Domingo
Acevedo.
Agosto/16