A Marino Báez
Asesinado en Ecuador
Lágrimas
y flores
llueven
sobre la ciudad
sobre
sus hombros un ataúd
lleva
la multitud
sus
voces van dejando un rastro
de
golondrinas fugaces
sobre
el asfalto mojado
sus
manos tristes dicen adiós
a
solitarios transeúntes
que
bajo la lluvia pasan indiferentes
no
entienden
que tanta
ausencia
no nos
cabe bajo la piel
porque
desde entonces
para
nosotros que te conocimos
camarada
la vida
sin tu alegría
no
volverá a ser igual
pero
para no olvidarte
recogeremos
los libros
y los
cuadernos
los
uniformes y las pizarras
el
recreo y las tizas
el aula
las
clases
los
alumnos
tu
ejemplo
y
marcharemos por las calles
de tu
pueblo
ondeando
orgullosos
la
bandera por la que caíste
para
que las gentes
entiendan
lo digno que fuiste
Domingo Acevedo.