Recuerdo
a la abuela Mamá tita
mariposas
de todas las tardes
que
volaba plácida al cielo
para
ser la estrella más brillante de
nuestras noches de fiestas
la
que guiaba nuestros pasos por los
caminos de la esperanza
hacia
la alegría de compartir la vida y los sueños
en
la tierra que conquistaron con su amor nuestros abuelos
donde
la primavera entre sus manos
fue
junto al camino real una flor
la
más hermosa
la
que cautivó con su esplendor
a
los viajeros que a travesaban nuestras tierras
hacia
la ciudad la ciudad que resplandecía mas allá de la alborada
donde
las mujeres alegres y lujuriosas
se
entregaban al placer intimo del amor
con
los viajeros que podían comprar
con
monedas de oro sus afectos
la
recuerdo
porque
todavía permanece sentada junto a la hoguera
contándonos
las hazañas de los días
en
que los hombres lucharon contra el tiempo
para
hacer eterna la esperanza en nuestros
corazones
para
que la tristeza nunca nos enturbiara el alma
de
una melancolía de antes
ya
que su dulce encanto no era más que una trampa ancestral
que
debíamos obviar sí queríamos ser felices
recuerdo
que en el fondo transparente de sus ojos
las
estrellas siempre iluminaron los caminos solitarios
de
los inviernos más crudos del trópico
en
que nuestras huellas bajo la llovizna helada
no
iban a ninguna parte
circulares
en el tiempo regresaban junto a la hoguera
donde
las noches pegajosas y turbias
se
derretían lentamente hasta ser una gota de rocío
en
el amanecer
Domingo Acevedo.