sábado, julio 25, 2015

Ahora recuerdo a la abuela Mamá tita, haciendo chola de Guayiga.

Ahora recuerdo a la abuela Mamá tita,  haciendo chola de Guayiga.

Ahora recuerdo a la abuela Mamá tita,  haciendo chola de Guayiga,  para mitigar el hambre de toda la vida, atrás ha quedado la  primavera, el verano se adueñó de todo el paisaje. Julio está lleno de malos presagios, hasta las gallinas han muertos en esta agria sequía.

Cada año que pasa el sol desata su ira con más fuerza sobre el bosque, sólo las hormigas han sobrevivido a la inclemencia del tiempo,  los ancianos dormitan debajo de una mata de mango, tratando de escapar del sopor del medio día.

La brisa caliente se desenreda entre los arbustos achicharrados, levanta nubes de  polvo en el patio, se arremolina, parece danzar y luego se aleja por el camino real,  más allá de los últimos bohíos del pueblo.

Domingo Acevedo.


Una mata de guayiga.

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