Malecón de eternidad que el mármol salobre de
las olas oxida
mar perdido en el horizonte nebuloso de la
historia
puertos abandonados en los angares del olvido
barcos hundidos en un archipiélago de sangre
sirenas de sal
piratas tuertos del corazón
fantasmas devorados por el tiempo
látigo de azúcar en la espalda mutilada del
futuro
murallas de arena
ciudad atrapada entre las luces y la nostalgia
siluetas aprisionadas en la telaraña de sus
miedos
edificios de humo
calles que se pierden en los oscuros laberintos
de las noches
y más allá de los sueños tres puertas siempre
abiertas
Domingo Acevedo.
Foto tomada de la red.