Mirando fotos de algunos de mis
antiguos compañeros de universidad, ya hoy notables profesionales y/o políticos
encumbrados, he notado cuanto han
progresado, renegando de los principios
revolucionarios que enarbolaron cuando eran jóvenes estudiantes, muchos de
ellos vendiéndose al mejor postor para alcanzar mejores puestos en sus lugares
de trabajo, la Universidad Autónoma de
Santo Domingo es el mejor ejemplo de lo que digo, incluso uno de ellos fue candidato a senador
por el partido que lo prosiguió, reprimió y apresó cuando fue presidente de la Federación
de Estudiantes Dominicano.
Yo hoy puedo decir que me siento tranquilo, que puedo
mirar a la cara a las persona sin sentir remordimientos ni vergüenza, de lo que
fui, de lo que he sido, de lo que soy, porque
sigo apegado a mis viejos principios, no he vendido mi conciencia, ni mis
sueños al mejor postor, sigo luchando por lo que he luchado toda la vida por un
mejor país en donde las personas todas tengamos las mismas oportunidades de
progreso y bienestar.
Domingo Acevedo.
Nov/14