Facebook me ha permito ponerme en contacto con muchas
personas que a se me han ido perdiendo en el tiempo y la distancia y con las
que he tenidos muchos año sin verlas y
eso me ha regocijado, me ha llenado de alegría volver a saber de ellas, son
muchas y no pondré sus nombres porque puedo olvidar algunas.
Persio y Carlitos, cuando los conocí eran casi dos niños, yo
daba clases de Karate a ellos y otros niños en el km 10 del barrio Invi de la
capital dominicana y ahora tengo el placer de volver a contactarlos gracias a
Facebook.
Pondré aquí algo que me escribió Carlitos cuando supo que Persio
me había contactado y eso me ha emocionado.
También me ha llenado de mucha alegría el poder encontrarme con otr@s amig@s a tod@s ell@s,
los llevo siempre en el corazón
Il Giovedì 24 Aprile 2014 20:19, PERSIO MUNOZ ha escrito:
Querido y estimado
Maestro, créeme que no exagero al llamarte MAESTRO! DOMINGO ACEVEDO. Espero esta mail te encuentre
bien al igual que tu familia. Yo estoy bien gracias al todo Poderoso. Vivo en
Italia desde el 1990
cuando salí de mi amada Quisqueya.
Antes de este fin de semana te llamo para sentir tu voz.
Por el momento te mando entre comillas las palabras que me respondió
Carlitos sobre ti, pues le había dicho que te dedicabas a salvaguardar la madre
tierra y además escribes bellísimas poesías, cosa que también Carlos le encanta
ambas. El vive en Dinamarca. Recuerda que Carlito es mi hermano. Bueno, lee lo
que escribió y que yo comparto 100%:
"Wao,,, El Domingo
Acevedo… Aunque es muy difícil definir a ese caballero, lo intentaré de la
manera más sincera.
Ese caballero siempre gozó de mi más profunda
simpatía y con el paso de los años me día cuenta, que fue por si rebeldía y por
la bondad de su corazón. Ese caballero nunca nos pidió nada, al contrario,
desinteresadamente nos dio mucho. Cosas sin valor económica o, pero mucho valor
moral y humano. Ese caballero nos enseñó mucho más de lo que crees. Nos dio disciplina,
y unos principios morales que todavía marcan nuestra forma de pensar.
Ese caballero nos
invito y ofreció su casa, sin importar la humildad que tenía y en repetidas ocasiones
nos la ponía a nuestras ordenes. Ese caballero tenía una infinita devoción por
los niños, por la conciencia que tenía de lo que ellos iban a ser en el
futuro,,, entre ellos: nosotros.
Ese caballero se reveló
revolucionariamente ante el sistema establecido en aquella época, por razones
que eran obvias. Poniendo de manifiesto, una vez más, la relevancia de sus
pensamientos. Ese caballero es digno de todo mi respeto, mi orgullo y por
supuesto, de toda mi admiración.
Lo único que siento es, no poder tener la
oportunidad de dejárselo saber en su presencia, como él se lo merece… aunque no
pierdo las esperanzas de volverlo a ver. Me alegro mucho recibir noticias de él
y que esté bien…".
Por el momento te mando un
fuerte abrazo, Carlito.