Eco
fosforescente de luciérnagas danzando en la noche.
Crepita la luz
se arremolina
gira
y se enreda entre las copas de los
arboles
dando paso a la oscuridad
que apuñala al sol
que agoniza dejando una aureola de
sangre en el horizonte
cansados labriegos regresan de sus
faenas
la noche los viste de oscuridad y rocío
cantan los grillos
un lirio duerme junto al camino
real
croa el sapo
vienen silbando viejas canciones
aprendidas de sus abuelos
eco fosforescente de luciérnagas danzando
en la noche
una lechuza prehistórica bate sus
alas de plata bajo la luz de una luna medieval
ruge el mar
con su lengua salobre lame el
cielo estrellado del verano
hueco de luz
por donde se escapan los sueños de
los labriegos
arrinconados en sus miserables bohíos
de tabla de palma y yagua
por el camino real
el viento siempre se aleja sin
decir adiós
perdido entre las mariposas de San
Juan
para luego regresar en la lluvia
cargado de pájaros y flores
abril estalla con la dulce violencia
de los colores
cicatrizan las viejas heridas
al vida se renueva
en el bosque un galipote y una
ciguapa danzan alegres
cuelga de la voz del tiempo
el eco acompasado de una tambora
que todas las noches en los manieles
alegra las vidas de los negros
cimarrones
Feb/14
Domingo Acevedo.