Nuestros militares y policías
creen que el uniforme y el arma que llevan son para abusar y violar los derechos
de las personas que viven en los barrios pobres del país. Esa ha sido una práctica
permanente en esas instituciones encargada de velar por la seguridad y el orden
de la nación, sin que ningún gobierno tome
las medidas necesarias para detener esas acciones criminales que tanto
luto y dolor llevan a la familia de los barrios marginados de nuestro país.
Muchos de esos crímenes quedan
impunes y los agentes asesinos son premiados con ascensos. Porque esas
instituciones son las garantes del estado de corrupción que nos gobierna y
necesitan de terror y el crimen para sustentarse a través del miedo y la represión,
como en las mejores apocas de las dictaduras, sino me cree viva tan sólo 24
horas en un barrio pobre del país,
Domingo Acevedo.
Oct/13