domingo, junio 23, 2013

Indudablemente que Haití es una carga para la República Dominicana.

Indudablemente que Haití es una carga para la República Dominicana.


Pienso que los dominicanos al no definir una política migratoria, comercial y diplomática frente a la hermana República de Haití estamos condenados a vivir de rodillas frente a ellos, que sí están claros de cual es su política frente a la República Dominicana.

Digo estos, ya que un día  después de que nuestro presidente se reuniera con su homologo haitiano y anunciaran una series de acciones conjuntas entre las que podemos citar un plan de reforestación en la frontera de las dos naciones. Como un desaire a la buena voluntad de nuestro país para con ellos, anuncia la veda de pollos y huevos dizque porque estos están contaminados por la gripe AH1 N1, cuando en realidad lo que hay detrás de todo esto es que algunos comerciantes haitianos están detrás de la compra de pollos en Miami  y además el viernes 21 de junio no asistieron al mercado binacional en Dajabon, en solidaridad con las medidas tomados por sus autoridades.

Aquí tenemos miles de haitianos ilegales que nos trajeron el cólera y otras enfermedades, que depredan nuestros bosques, contaminan nuestras fuentes de agua, miles de haitianos ilegales que son una carga para el estado dominicano y sin embargo aquí los recibimos con los brazos abiertos y les damos nuestra solidaridad.

Amen de que fuimos lo bastante solidario cuando fueron afectados por el terremoto que casi destruyo a esa nación, fuimos el primer país en llegar repletos de medicinas, alimentos, rescatistas, y médicos, trabajamos en la remoción de los escombros y llevamos raciones diarias de alimentos cocinados y hasta les construimos una universidad, ellos en cambio (sus autoridades) viven llenos de odio y resentimientos hacia el pueblo dominicano incentivando de esa manera la rivalidad entre las dos naciones, cuando lo correcto es fomentar la convivencia pacifica a pesar de que somos dos naciones tan distintas pero que estamos condenadas a compartir una misma isla, esa realidad impone que se busquen mecanismos de entendimiento y equilibrio que nos permitan   vivir sin traumas, ni sobresaltos.

Indudablemente que Haití es una carga para la República Dominicana por lo que debemos apostar al desarrollo de esa nación y pienso además que no debemos poner a depender nuestro mercado  a los caprichos y devaneos de algunos comerciantes haitianos que en el fondo son nuestros enemigos. A partir de esta crisis se hace imperativo buscar otros mercados más estables para nuestros productos.

Domingo Acevedo.
Junio/13



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