Ahora que el olvido llega y se lleva los recuerdos, quiero rendir un tributo permanente a: Tatín, a Mamá Tita, a Agustina, a Aurora, a doña Lola, a Eufemia y a las demás mujeres que con su amor forjaron nuestros sueños en aquel tiempo donde vivir era tan difícil para los pobres y muy especialmente a las parteras que con sus manos fecundas nos sacaron del vientre de nuestras madres y nos mostraron el mundo
También a los hombres que como Juan de la Rosa, el abuelo Ismael, el tío Alberto, Ovidio y el tío Rafael entre otros, fueron guardianes celosos de nuestra raza.
Domingo Acevedo