jueves, noviembre 28, 2024

César Vallejo.

 


(Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938) Poeta peruano, una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. En el desarrollo de la poesía posterior al Modernismo, la obra de César Vallejo posee la misma relevancia que la del chileno Pablo Neruda o el mexicano Octavio Paz. Si bien su evolución fue similar a la del chileno y siguió en parte los derroteros estéticos de las primeras décadas del siglo XX (pues arrancó del declinante Modernismo para transitar por la vanguardia y la literatura comprometida), todo en su obra es original y personalísimo, y de una altura expresiva raras veces alcanzada: sus versos retienen la impronta de su personalidad torturada y de su exacerbada sensibilidad ante el dolor propio y colectivo, que en sus últimos libros se transmuta en un sentimiento de solidaridad como respuesta a sus profundas inquietudes metafísicas, religiosas y sociales.


César Vallejo

De origen mestizo y provinciano, su familia pensó en dedicarlo al sacerdocio: era el menor de los once hermanos; este propósito familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico y litúrgico, y no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo religioso. Vallejo cursó estudios de segunda enseñanza en el Colegio de San Nicolás (Huamachuco). En 1915, después de obtener el título de bachiller en letras, inició estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de San Marcos (Lima), pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en Trujillo.

En 1918 César Vallejo publicó su primer poemario: Los heraldos negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Rubén Darío (a quien siempre admiró) y de Julio Herrera y Reissig. Esta obra contiene, además, algún augurio de lo que será una constante en su obra: la solidaridad del poeta con los sufrimientos de los hombres, que se transforma en un grito de rebelión contra la sociedad. Acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta popular (1920), César Vallejo pasó tres meses y medio en la cárcel, durante los cuales escribió otra de sus obras maestras, Trilce (1922), un poemario vanguardista que supone la ruptura definitiva con el Modernismo.

En 1923, tras publicar las estampas y cuentos de Escalas melografiadas y la novela corta Fabla salvaje, César Vallejo marchó a París, donde conoció a Juan Gris y Vicente Huidobro, y fundó la revista Favorables París Poema (1926). En 1928 y 1929 visitó Moscú y conoció a Vladimir Maiakovski, y en 1930 viajó a España, donde apareció la segunda edición de Trilce. De 1931, año de un nuevo viaje a Rusia, son El tungsteno, novela social que denuncia la explotación minera de los indígenas peruanos, y Paco Yunque, cuento protagonizado por el niño del título, que padece los abusos de un alumno rico tras su ingreso en la escuela. En 1932 escribió la obra de teatro Lock-out y se afilió al Partido Comunista Español. Ese mismo año regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil española, reunió fondos para la causa republicana.

Entre sus otros escritos destaca la obra de teatro Moscú contra Moscú, titulada posteriormente Entre las dos orillas corre el río. Póstumamente aparecieron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940), conmovedora visión de la guerra de España y expresión de su madurez poética. Contra el secreto profesional y El arte y la revolución, escritos en 1930-1932, aparecieron en 1973.

La poesía de César Vallejo

Pese a que la trayectoria de César Vallejo parece seguir el devenir de la lírica hispana (del Modernismo a las vanguardias y del experimentalismo vanguardista hacia una poesía humana y comprometida), su quehacer poético se caracteriza por una permanente inquietud renovadora y una firme independencia en medio de las influencias del momento. Ideológicamente conservó dentro del marxismo una postura muy personal, compatible con sus preocupaciones religiosas y estéticas; rechazó el dogmatismo y la reducción de la literatura a finalidades proselitistas, viendo en el ideario marxista una senda de justicia y liberación del hombre, pero nunca una solución a las grandes cuestiones metafísicas.

Más decisiva para la configuración de su obra resulta su singular personalidad, dominada por un rasgo sumamente relevante: su acentuada sensibilidad ante el dolor, tanto para el dolor propio (fue un hombre vulnerable y torturado) como para el de los demás. Cuatro grandes poemarios (los dos últimos publicados conjuntamente tras su muerte) componen su obra lírica. Si bien debe aún bastante al Modernismo, Los heraldos negros (1918) se inserta ya en la superación de aquel movimiento. Frente a los oropeles modernistas, el estilo tiende hacia un lenguaje más sencillo, a menudo conversacional o incluso coloquial, y siempre hondísimo. Por su temática, parte de sus composiciones arraiga en la realidad americana, sentida desde su sangre indígena; pero junto a ello conviven otros muchos poemas dedicados a las realidades inmediatas: su casa, su familia...

Una profunda tristeza empaña muchas de sus composiciones ya desde el arranque de la obra, que se inicia con el poema que da título al libro, "Los heraldos negros". El alejamiento del Modernismo en ésta y en otras composiciones es patente. Frente a la belleza y perfección formal y la sensualidad y colorido de la imaginería modernista, se adopta un discurso casi coloquial, todo él emoción y desgarrada incertidumbre: "Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!". En lo que casi parece desnuda prosa se engarzan unas pocas imágenes de ascendencia religiosa: las duras experiencias por las que todo ser humano acaba pasando alguna vez son "Golpes como del odio de Dios"; tales golpes son como "los heraldos negros que nos manda la Muerte", y dejan marcado al hombre, "¡Pobre... pobre!", que al final "vuelve los ojos, y todo lo vivido / se empoza, como charco de culpa, en la mirada."


César Vallejo (Niza, 1929)

Más radical es la novedad de su segundo libro: Trilce (1922), uno de los títulos claves de la poesía de vanguardia. Vallejo adopta el verso libre y rompe violentamente con las formas tradicionales, con la lógica, con la sintaxis; crea incluso palabras nuevas, como la que da título a la obra. Algunos poemas son experimentos difícilmente comprensibles, pero en otros tal extremismo verbal se halla al servicio del choque emotivo. Es el caso de aquellas composiciones que sirven de vehículo a un recuerdo infantil o a un sentir amoroso; también hay otra vetas de emoción: la pasión erótica, la angustia de la cárcel, la opresión del paso del tiempo o la muerte. Juzgada actualmente como una de las mejores realizaciones del vanguardismo literario, la obra tardaría algunos años en ser comprendida; en 1930 fue de nuevo publicada en España con un prólogo entusiasta de José Bergamín.

Entretanto, Vallejo había iniciado un nuevo libro de poemas que se publicaría tras su muerte, en 1939: Poemas humanos. Es su obra cumbre, y uno de los libros más impresionantes jamás escritos sobre el dolor humano. Vallejo trasciende lo personal para cantar temas generales, colectivos, reuniendo la intimidad lírica con la conciencia común, en una actitud de unión con el resto de los hombres y el mundo. El dolor sigue siendo el centro de su poesía, pero ahora, junto a sus torturadas confesiones, hallamos el testimonio constante de los sufrimientos de los demás; la conciencia del dolor humano desemboca en un sentimiento de solidaridad, y la inquietud social inspira la mayor parte de sus versos.

Pero su vigilante conciencia artística le impide caer en la facilidad. El lenguaje del libro sigue siendo audaz (aunque menos que en Trilce): perviven las distorsiones sintácticas, las imágenes insólitas y la combinación incoherente (en apariencia) de frases heterogéneas. Ello no impide percibir con inusitada intensidad el sentido global de cada poema. A ello contribuye, por otra parte, el constante empleo de un registro coloquial, aunque sabiamente elaborado y magistralmente combinado con las expresiones ilógicas y metafóricas.

Sin entregarse a radicales experimentaciones lingüísticas, Vallejo introduce una tonalidad nueva y original en su estilo: el ritmo y la organización de los materiales del poema pasan a un primer plano; sus composiciones se hacen más largas, más ricas en visualidad, y adoptan en ocasiones una irónica amplitud casi retórica. Sirva de ejemplo el poema que empieza "Considerando en frío, imparcialmente": la composición se construye sobre el esquema de una fría sentencia judicial que pretende examinar la condición humana de manera objetiva, llegando a afirmar que el hombre "me es, en suma, indiferente". Tales expresiones no hacen sino poner más de relieve el sentimiento solidario que, pudorosamente ocultado bajo ese formulismo, se desborda al final.

Durante la guerra civil española, Vallejo compuso España, aparta de mi este cáliz, que se publicó junto a Poemas humanos. Es un magno poemario en que Vallejo canta al pueblo en lucha, a las tierras recorridas por la contienda, y en que da salida a su amor por España y a su esperanza; al absurdo de la guerra y la deshumanización del mundo moderno opone una vívida fraternidad. Su altura poética no es menor que la de Poemas humanos. Su visión de la guerra española, en que la ideología política desaparece tras la inmediatez del sentir, no carece en ciertos momentos de un profetismo cósmico afín al de Walt Whitman.

Pero incluso esta grandeza de voz vaticinadora cede a la habitual preponderancia de la pura experiencia inmediata, como en el poema dedicado a la muerte del camarada Pedro Rojas, a quien le encontraron "en la chaqueta una cuchara muerta". En poemas como "Masa" la expresión, al igual que en la mayor parte del libro, es relativamente sencilla, pero la estructura del poema, perfectamente meditada, es de máxima eficacia: ante un fallecido en la guerra, acude un hombre suplicándole que no muera, "Pero el cadáver, ¡ay!, siguió muriendo." Acuden después "veinte, cien, mil, quinientos mil" y luego "millones de individuos" con el mismo ruego y con el mismo resultado, expresado en el estribillo antes citado. La visión final es impresionante: sólo cuando todos los hombres de la Tierra rodean al cadáver, éste se incorpora, abraza al primer hombre y se echa a andar.

La estimación de la obra vallejiana no ha cesado de crecer con los años; su influencia se dejaría sentir en las siguientes generaciones, tanto en las inclinadas a la temática social como a la experimentación vanguardista, y actualmente es ya valorado, con toda justicia, como un clásico de la literatura hispánica. Por otra parte, su alianza de contenidos humanísimos y de rigor artístico en el lenguaje ha convertido a César Vallejo en el ejemplo que, en los debates literarios, deja superada la superficial antinomia entre responsabilidades cívicas y exigencias estéticas; ambas quedan armónica e indisolublemente unidas en la obra de uno de los más grandes poetas del siglo XX.

Cómo citar este artículo:
Tamaro, Elena y Fernández, Tomás. «Biografia de César Vallejo» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/vallejo.htm [página consultada el 28 de noviembre de 2024].

Pablo Neruda.

 


(Seudónimo de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto; Parral, Chile, 1904 - Santiago de Chile, 1973) Poeta chileno, premio Nobel de Literatura en 1971 y una de las máximas figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. A la juventud de Pablo Neruda pertenece el que es acaso el libro más leído de la historia de la poesía: de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), escrito a los veinte años, se habían editado dos millones de ejemplares a la muerte de su autor.


Pablo Neruda

Del amor apasionado y cálidamente humano de los Veinte poemas, con resabios modernistas pero plenamente original en sus brillantes imágenes, pasaría Neruda a expresar con la fuerza de un surrealismo personal el sinsentido del hombre y del cosmos en Residencia en la tierra (1933-1935), para construir una nueva fe desde el compromiso político en la épica del Canto general (1950) e inclinarse finalmente por la sencillez temática y expresiva de las Odas elementales (1954-1957). Siempre receptivo a las innovaciones estéticas, su copiosísima producción, que incluye multitud de libros además de los citados, reflejó las sucesivas tendencias en el devenir de la lírica en lengua española y ejerció una fuerte influencia en poetas de todo signo.

Biografía

Nacido el 12 de julio de 1904 en Parral, en la región chilena de Maule, la madre del poeta murió sólo un mes más tarde de que naciera él, momento en que su padre, un empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven Pablo Neruda cursó sus primeros estudios y conoció a Gabriela Mistral. Comenzó muy pronto a escribir poesía, y en 1921 publicó La canción de la fiesta, su primer poema, con el seudónimo de Pablo Neruda (en homenaje al poeta checo Jan Neruda), nombre que mantuvo a partir de entonces y que legalizaría en 1946.

También en Temuco comenzó a trabajar en un periódico, hasta que a los dieciséis años se trasladó a Santiago para cursar estudios de profesor de francés. Allí se incorporó como redactor a la revista Claridad, en la que aparecieron poemas suyos. Tras publicar algunos libros de poesía, en 1924 alcanzó fama internacional con Veinte poemas de amor y una canción desesperada, obra que, junto con Tentativa del hombre infinito, distingue la primera etapa de su producción poética, señalada por la transición del modernismo a formas vanguardistas influidas por el creacionismo de Vicente Huidobro.


Neruda con Matilde Urrutia
y en la entrega del Nobel (1971)

Los problemas económicos indujeron a Pablo Neruda a emprender, en 1926, la carrera consular que lo llevó a residir en Birmania, Ceilán, Java, Singapur y, entre 1934 y 1938, en España, donde se relacionó con Federico García LorcaRafael AlbertiVicente AleixandreGerardo DiegoMiguel Hernández y otros componentes de la llamada Generación del 27, y fundó la revista Caballo Verde para la Poesía. Desde su primer manifiesto tomó partido por una «poesía sin pureza» y próxima a la realidad inmediata, en consonancia con su toma de conciencia social. En tal sentido, Neruda apoyó a los republicanos al estallar la Guerra Civil española (preludio de la Segunda Guerra Mundial) y escribió España en el corazón (1937).

Previamente, sin embargo, sus poemas habían experimentado una transición hacia formas herméticas y hacia un tono más sombrío al reflejar el paso del tiempo, el caos y la muerte en la realidad cotidiana, temas dominantes en otro de sus libros imprescindibles, Residencia en la tierra, publicado en dos partes en 1933 y 1935 y que constituye el eje de su segunda etapa. Imágenes originalísimas y audaces de raigambre surrealista expresan en esta obra una visión profundamente desolada del ser humano, extraviado en un mundo caótico e incomprensible.

De regreso en Chile, en 1939 Neruda ingresó en el Partido Comunista y su obra experimentó un giro hacia la militancia política. Esta tercera etapa, que tuvo su preludio en España en el corazón (1937), culminaría con la exaltación de los mitos americanos de su Canto general (1950). En 1945 fue el primer poeta en ser galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile. Al mismo tiempo, desde su escaño de senador, Pablo Neruda utilizó su oratoria para denunciar los abusos y las desigualdades del sistema. Tal actitud provocó la persecución gubernamental y su posterior exilio en Argentina.

De allí pasó a México, y más tarde viajó por la URSS, China y los países de la Europa del Este. Tras este viaje, durante el cual Neruda escribió poemas laudatorios y propagandísticos y recibió el Premio Lenin de la Paz, volvió a Chile. A partir de entonces, la poesía de Pablo Neruda inició una nueva etapa en la que la simplicidad formal se correspondió con una gran intensidad lírica y un tono general de serenidad; el mismo título de una obra central de este periodo, Odas elementales (1954-1957), caracteriza los versos de aquellos años. En 1956 se separó de su segunda esposa, Delia del Carril, para unirse a Matilde Urrutia, que acompañaría al poeta hasta el final de sus días.

Su prestigio internacional fue reconocido en 1971, año en que se le concedió el premio Nobel de Literatura. El año anterior Pablo Neruda había renunciado a la candidatura presidencial en favor de Salvador Allende, quien lo nombró poco después embajador en París. Dos años más tarde, ya gravemente enfermo, regresó a Chile. Falleció en Santiago el 23 de septiembre de 1973, profundamente afectado por el golpe de estado del general Augusto Pinochet, que doce días antes había derrocado a Salvador Allende. De publicación póstuma es la autobiografía Confieso que he vivido.

Consulta también la monografía sobre  Pablo Neruda.

Cómo citar este artículo:
Tamaro, Elena y Fernández, Tomás. «Biografia de Pablo Neruda» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/n/neruda.htm [página consultada el 28 de noviembre de 2024].

miércoles, noviembre 27, 2024

COP29: Cambiemos el Sistema, No el Clima

 

Felipe Lora

Adjuntosdom, 17 nov, 1:38 (hace 10 días)
para bcc: 

COP29: Cambiemos el Sistema, No el Clima
El Teatro de las Falsas Soluciones y la Urgencia de Reparaciones Reales

Por Felipe Lora Longo

La República Dominicana, como muchos países del Sur Global, enfrenta una crisis climática devastadora mientras soporta el peso de una deuda externa que nos estrangula. Este ciclo perpetuo de dependencia y explotación, reforzado por las falsas promesas de las COPs, nos deja desprotegidos frente a los embates, no sólo de huracanes y sequías, pero además del extractivismo que agiliza la destrucción de nuestra biodiversidad.

Las recientes cumbres climáticas, incluidas la COP28 y la COP29, han dejado en evidencia una dolorosa realidad: el sistema internacional busca soluciones dentro de las mismas estructuras que crearon el problema. En lugar de priorizar la justicia climática y el bienestar de los pueblos, estas conferencias se convierten en foros para "oportunidades de negocio" y ganancias corporativas que perpetúan la crisis ambiental.

COP29: Falsas Soluciones en un Sistema Fallido
La COP29, como su predecesora, fue testigo de discursos cargados de "urgencia climática" que no se tradujeron en acciones reales. Por el contrario, sirvió como una vitrina para nuevos contratos multimillonarios en combustibles fósiles, evidenciando cómo las élites económicas priorizan sus ganancias sobre la vida en el planeta.

El problema radica en que las COPs no están diseñadas para revolucionar el sistema que creó la crisis climática, sino para mantenerlo intacto. Los mercados de carbono, las compensaciones y las tecnologías de geoingeniería son ejemplos de "soluciones" que no abordan las raíces del problema, sino que, guiadas por la avaricia, refuerzan las desigualdades y la explotación global.

La Deuda Externa: Un Obstáculo para la Soberanía
La deuda externa es un mecanismo que perpetúa la subordinación económica de los países en desarrollo. Los recursos que deberían destinarse a la protección de nuestras comunidades y ecosistemas son desviados para pagar intereses a los mismos actores que han contribuido a la crisis climática.

Exigimos la cancelación inmediata de la deuda externa o, al menos, una moratoria indefinida en los pagos de intereses. Esta medida no es solo una cuestión de justicia económica, sino también una necesidad para garantizar nuestra supervivencia como nación soberana.

Reparaciones Climáticas: Justicia para los Países Vulnerables
El cambio climático es el resultado de siglos de emisiones descontroladas por parte de los países desarrollados. Estos deben asumir su responsabilidad histórica mediante reparaciones climáticas inmediatas y significativas, que incluyan:

  • Fondos incondicionales para la adaptación y mitigación climática.
  • Apoyo directo a las comunidades indígenas, afrodescendientes y locales.
  • Financiación para proteger territorios libres del extractivismo y construir infraestructuras resilientes.

Estas reparaciones no solo son necesarias para enfrentar la crisis, sino también para corregir las injusticias estructurales que perpetúan la pobreza y la desigualdad en el Sur Global.

El Sistema que Alimenta la Crisis
El modelo económico global, basado en el crecimiento infinito y la extracción desenfrenada, es incompatible con la sostenibilidad planetaria. Las COPs, al operar dentro de este sistema, se limitan a buscar "soluciones" que encajen en un marco de ganancias corporativas, sin cuestionar las raíces del problema.

El resultado:

  • Contratos billonarios de combustibles fósiles mientras se habla de descarbonización.
  • Mercados de carbono que comercializan la naturaleza en lugar de protegerla.
  • Falsas soluciones que desvían la atención de los cambios estructurales necesarios.

Este enfoque no solo es insuficiente, sino que también socava las verdaderas soluciones lideradas por las comunidades que han demostrado ser guardianas históricas de la biodiversidad.

Soberanía Nacional: El Camino Hacia la Justicia Climática
La lucha contra el cambio climático no puede desvincularse de la lucha por la soberanía. Necesitamos recuperar el control sobre nuestras políticas y recursos, priorizando:

  • La participación activa de las comunidades locales en la toma de decisiones.
  • La eliminación de la influencia corporativa en las negociaciones climáticas.
  • El fortalecimiento de sistemas de gobernanza locales que respeten los derechos de la naturaleza y de los pueblos.

El Futuro que Merecemos
La República Dominicana tiene la responsabilidad y la oportunidad de liderar un movimiento global que exija:

  1. Reparaciones climáticas inmediatas y sin condiciones.
  2. Cancelación total de la deuda externa para los países en desarrollo.
  3. Un rechazo absoluto a las falsas soluciones promovidas por las élites corporativas.
  4. Un cambio sistémico que priorice la justicia social, económica y climática sobre las ganancias.

Cambiar el Sistema, No el Clima
La crisis climática no es solo un problema ambiental; es un síntoma de un sistema económico fallido que prioriza el lucro sobre la vida. Las COPs han demostrado ser incapaces de ofrecer soluciones reales porque operan dentro de este marco.

Es hora de cambiar el sistema que perpetúa la crisis climática, económica y social. La República Dominicana debe alzar su voz, exigiendo reparaciones, cancelación de la deuda y un futuro donde la justicia y la soberanía sean el eje central de nuestras acciones climáticas.

Por Felipe Lora Longo
felipe
@lora.org

martes, noviembre 26, 2024

Mi padre.

 


La historia de la mujer disparando.

 La historia de la foto viral: (historia viral 1:) Irlanda eligió como imagen representativa del Día de la Mujer, la foto de una joven en 1972 que porta un arma larga y se le ve apuntando a algo/alguien ¿la razón? Un conflicto armado en el país que buscaba que fuera una república independiente a Gran Bretaña.

Pero es justo la historia de la mujer disparando la que llamó la atención luego de ser fotografiada en 1972. Según la gente que estuvo ahí ella vio cómo le dispararon a su novio frente a sus ojos por lo que tomó su arma en un acto de defensa.
Él se salvó, pero ella se enfrentó, prácticamente, sola a los militares británicos y murió. La foto fue acompañada este año por el siguiente mensaje:
"No tengas miedo de estar asociado con una mujer fuerte, el día puede llegar y ella será tu único ejército".
tomado de: malv. news/
(historia real 2:) Una búsqueda inversa en Google Imágenes condujo a la página Rare Historical Photos, que explica que la foto fue tomada en los años 1970 por el fotógrafo irlandés Colman Doyle, con el siguiente pie de foto: “Una mujer voluntaria del IRA en servicio activo en el oeste de Belfast con un rifle de asalto AR18”.
La década de 1970 estuvo marcada por un recrudecimiento del conflicto norirlandés, sobre todo a partir del “Domingo Sangriento” (“Bloody Sunday” en inglés) de 1972. El conflicto enfrentó a republicanos católicos, partidarios de la reunificación de Irlanda, y a unionistas protestantes, defensores de la permanencia de la provincia británica de Irlanda del Norte en el Reino Unido, y dejó unos 3.500 muertos entre 1968 y 1998.
El servicio de verificación de la AFP en España se contactó con Doyle, fotógrafo ya retirado que trabajó en el diario irlandés Irish Press y en la revista francesa Paris Match. Doyle, vía telefónica, relató que a “inicios de la década de los 70”, estando en su oficina de Irish Press en Belfast, escuchó disparos y salió en su coche. Al doblar una esquina, presenció la escena, se bajó y tomó la instantánea.
“Al percatarse de que la estaba fotografiando, la mujer reaccionó de mal humor, así que me metí en el coche y me fui de allí. No la volví a ver nunca, ni sé cómo se llama”, dijo Doyle. “Allí no había ningún novio, y menos herido, no sé de dónde sale toda esa historia”, apuntó el fotógrafo, en relación al texto de varias publicaciones.
Según explicó Doyle, los negativos e impresiones de su trabajo fotográfico están archivados en la Biblioteca Nacional de Irlanda desde 2005. AFP Factual se contactó con esa institución, que facilitó la ficha de archivo del negativo de la fotografía de la mujer disparando.
Si bien es posible determinar que la imagen de esta mujer apuntando con un arma fue tomada en Belfast, Irlanda del Norte, no se encontró documentación suficiente que permita corroborar el resto de la historia que circula en redes sociales relacionándola con el conflicto en Irlanda del Norte. tomado de AFP.





 


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