Espejismo de
Luna Llena.
Domingo Acevedo.
DOMINGO ACEVEDO,
RUMIANTE DE
EMOCIONES.
Dos atributos acusa Domingo
Acevedo: talento, sin dudas, y un compromiso. Talento para ser poeta, porque
nadie que de esta nata carezca puede serlo. Por esto lo es Domingo más que por
erudición, academia o técnica. Su poesía es manantial de añoranzas en que desea
eternizar su edad de oro, lago de ecos en cuya agua pesca él las palabras con que teje las
sartas rítmicas, metafóricas, verso a pálpito y pálpito a verso. En ese lago de
ecos se mira él y el espejo de agua le manifiesta al poetor y el poetor vuelve
a mirarse en el agua que a su vez le enseña el registro de la infancia
archivado en la cavidad nostálgica de su alma. He aquí donde el hombre halla el
código en que nos habla el poeta. Y he aquí la poesía cincelada por los latidos
de un rumiante de emociones que intenta llegar a la eternidad mediante el uso
de las palabras, quizás por cuanto tiene absoluta conciencia del valor
existencial de esas emociones, o por no quiere que el olvido las deseche en el
basurero de la nada, o bien porque sabe que la máquina del tiempo aún es
quimera terrenal.
En cuanto al compromiso que
Domingo Acevedo debe encarar es el mismo que él mismo ha anunciado como La noche,
El abuelo Ismael, entre otros: el de
una poesía con sello particular. Lograr esto es de altos talentos, y aún más en
el mundo de los versos sueltos donde
sueltos han de andar los verdaderos poetas de este tiempo como diestros
equilibristas sobre una cuerda: el ritmo. Cuerda que de un lado está sujeta al
propio talento del artista y del otro al infinito de la trascendencia. Lo
primero está mostrado aquí; seguir sobre la cuerda más allá del horizonte es su
compromiso.
Eladio de los Santos García
El Soñador Incansable
ENCUENTRO DE LA VIDA Y LA POESÍA
Sin nostalgia no hay poesía. Sin esos hilos que unen
el ser de hoy con el de ayer.
Domingo Acevedo construye y reconstruye nuestro
pasado y futuro en una poesía que hace ingentes esfuerzos por preservar y
rescatar la memoria histórica de las andanzas del pueblo.
Poesía tierna, dulce, delicada, sutil y al mismo
tiempo social demostrando que es plenamente posible hacer poesía de contenido
libre y social a la vez, sin la necesidad de recurrir al panfleto manteniendo
la calidad y altura en los recursos literarios, artísticos y poéticos.
¿Qué es la poesía sino viva expresión de la esencia
de lo humano?
¿Qué es la belleza sino la aspiración de cualificar
la existencia?
Es imposible resarcir las cenizas del alma de la
gente sin intervenir en sus características particulares que la hacen distinta
a las demás.
Por eso el autor aborda las identidades de la nación que
le vio nacer, haciéndonos sentir la cadenciosa y sensual música del folklore
afroantillano en estos versos de mulata:
"Hermosa mujer que adoro
mulata alegre y sensual mariposa amarilla que adorna las tardes esplendorosas
de junio caracol ancestral y celeste por cuya oquedad se esfuma el mar dejando
su rumor de viento y salitre en tu piel salpicada de cielo y rocío".
Quienes estamos encima de la tierra padecemos una
vida que se deshace en la rutina, en la que se deshumanizan los humanos,
convirtiéndose en seres vacíos carentes de imaginación, de vuelo, de
creatividad, de solidaridad. Atreverse en esas circunstancias a recrear las
utopías es un desafío a la parálisis existencial del mundo contemporáneo.
Un erotismo fino y sutil brota de las venas de este
poeta:
"Y
tu olor a azucena me emborracha de maracas y tamboras que danzan alegres al
compás de la noche junto al fuego perfumado de tu piel horizontal que trepa por
las paredes de mi cuerpo y hace florecer en las oquedades de mi alma lirios y
peces de colores".
Estoy seguro, que en el momento de la construcción
de Espejismo de Luna Llena el poeta
se sentía desangrar, ya que es verdaderamente doloroso y causa profunda
angustia atrapar imágenes históricas que viajan y a veces las creemos disueltas
en el tiempo, y crear otras no tan concretas y objetivas que conjugadas nos
permitan crear.
He aquí, un libro poético que resume, en una
interesante simbiosis, el devenir de una isla, de una vida y de un amor.
Les invito a pasar a la mesa del banquete;
disfrutemos de este manjar, hecho de sensibilidad, estoy seguro que les hará
buen provecho.
Prof. Sixto Gabín. Poeta, ensayista
francomacorisano. Miembro del Taller Literario Domingo Moreno Jimenes del
CURNE-UASD.
Espejismo de
Luna Llena
es un canto que en sus diferentes vertientes nace de lo más profundo de mi
corazón y el cual entrego a ustedes como evidencia de que por amor todavía es
posible vivir.
El Autor.
PRIMERA PARTE
ESPEJISMO
I
He cerrado la puerta
en la habitación oscura
tu sexo que huele a violetas
a campos verdes
a primavera
lo llena todo
el viento guarda cada abrazo tuyo
y tu olor a azucena me emborracha
de maracas que danzan alegres
al compás de la noche
junto al fuego perfumado
de tu piel horizontal
que trepa por las paredes de mi cuerpo
y hace florecer
en las oquedades de mi alma
lirios y peces de colores
ESPEJISMO
II
Es curioso el viento
cuando su ternura digital se enreda
en la noche breve de tu cabeza
que fabrica sueños y tempestades
y luego fatigado y jadeante
entre sus manos
arremolina jirones de luna líquida
que resbala por los bordes de la noche
a un abismo de lámparas trasnochadas
que me hacen recordar
que las flores guardan la edad del amor
ESPEJISMO
III
Vi tu mirada escaparse
por la
ventana
abierta del
crepúsculo
herir de golondrinas
el horizonte de la tarde
inmensa y efímera
que de ternura llena los lirios
del camino por donde me alejo
en silencio
hacia donde la luna creciente
es en tus ojos una gota de rocío
ESPEJISMO
IV
No olvides amor
en las noches mirar al cielo
en él la luna inmensa
crece inadvertida en tu corazón
y en tu sangre la primavera
es en tu piel una flor
San Francisco, R.D.
ELLA
Ella es pequeña y audaz
Ágil y tierna
Evocadoramente tierna
como las mariposas
que en el viento viajan serenas
hacia las tardes
de los últimos días de noviembre
dos gotas de cielo en su rostro tiene
por donde asoma el mar
si la miro es una flor
si la toco es horizonte
mujer para los hombres
luna para mis ojos
y si la amo no lo sé
CORAZÓN DE LUNA
Aquí estoy
cansado de contar estrellas
ya no caben en mi corazón
y aunque a veces
me perfumo el alma
para oler a distancia
espérame desnuda
bajo la primera noche
del último invierno del siglo
y deja las puertas del tiempo abiertas
que yo encontraré el camino correcto
para
llegar sin fatiga a tu corazón
MÁS ALLÁ DE LAS CENIZAS
He seguido tus huellas más allá de las cenizas
de los últimos atardeceres del invierno
tratando de encontrarte intacta
entre mis fantasías y mis sueños
entre la arena movediza de los girasoles
que adornan los amaneceres efímeros
de una primavera congelada
tras los
cristales turbios
de un sol moribundo
he viajado a través de mi propia soledad
buscándote más allá de los límites del tiempo
y entre las hojas del olvido
encontré
el rastro de tu olor a bailarina
y la vaguedad a flores de tu desnudez
me llevó a través de las vitrinas
de las noches festivas de las ciudades perdidas
entre la humareda de los siglos muertos
y no encontré entre las pestañas de la distancia
a nadie que se pareciera tanto a ti
sólo tu olor azul a rocío
sólo tu encanto diluido en el mar de la nostalgia
sólo tu imagen
petrificada entre los espejos
invisibles de los recuerdos más hermosos
que de ti guardo dentro de mi alma
A Dulce María Romero (Kendy)
AMOR
Amor
esa tristeza
tuya
es
tan mía
que por tus ojos
llora
mi
corazón
TENTACIÓN
La ciudad
esta noche la comparto contigo
sus calles largas y monótonas
sus autos veloces
sus altos edificios
sus transeúntes trasnochados
que nos miran mudos desde la fantasía
de un mundo de naipes vino y neón
toda la ciudad la comparto contigo
toda la ciudad es tuya y mía
toda la ciudad es nuestra
y por sus calles sombrías nos alejamos
hacia la soledad sin fin de la noche
en donde sucumbimos
a la tentación del amor
ÉXTASIS
La noche derramó
su copa de lunas y estrellas
dentro de mi boca
que sumerjo en la geografía
húmeda y ardiente
de tu sexo inagotable de flores
que se estremece
late palpita
al contacto de mis labios
que arrastran tu alma
hacia la agonía efímera
al sentir que
la vida se te escapa
repentinamente
en una dulce
e inexplicable
sensación de felicidad
DESEO ANFIBIO
Bella y
tranquila vienes a veces
y pones
flores entre mis labios
y tus
manos cuando me tocan
desnudan
el mar
que
duerme dentro de mí
y
despiertan las olas
petrificadas
en el ámbar celular
de mis
ojos que te miran
con un
deseo anfibio de tenerte
A
Francia.
DESNUDEZ
Cuando viajes desnuda
a través de la fantasía
del mundo de los sueños
no olvides
que yo te miro con ternura
desde el fondo oscuro
de la eternidad
donde mis ojos desvelados
perdieron su órbita
y la noche sucumbió
al encanto de tu desnudez
irrevocable
mas no sientas vergüenza
yo no miro tu exquisita
desnudez
yo tan sólo me miro desolado
en el
espejo claro
y perfumado de tu alma
Para Beta.
AY POETA
El brillo de la noche
hirió el mar turbulento de mis ojos
y la luz tibia de la luna
endulzó mi sangre con tu recuerdo
ay poeta
que te mueres de recuerdos
por el camino de la ilusión
mis huellas las borra el viento
y cuando dije a los hombres
que te amaba
clavaron sus puñales en mi carne
y tiraron con odio mi cadáver al olvido
ay amor
como duele el olvido
LA DISTANCIA
Cuando
miro
distancia
mis
ojos
se
ensombrecen
con
tu
recuerdo
A Milagros.
TERNURA
No quiero
ver palomas rotas en tu rostro
manchando de distancias tus sueños
lo siento
sólo ha sido una ilusión de primavera
como siempre seguiré mi camino hacia la noche
con la ternura de este amor que no pudo ser
acaso un día
volveré la vista atrás
y de mis ojos huecos gotearán golondrinas
que de ansiedad poblarán tu corazón
y tendré entonces tal vez
una esperanza remota de humo y cenizas
y posiblemente entonces tú adviertas que te amo
a pesar de la distancia
con la ternura de aquel primer día
en que te encontré dormida
entre los brazos del viento
recuerdo que se abrían las primeras flores
sobre la faz de la tierra
y las mariposas empezaban a peregrinar
con la prisa inventada por sus alas
el viento jugaba con ellas
parecían felices de girar en torno a una ilusión
ellas parecían tener prisa de morir fatigadas
intentando alcanzar el sol
desde entonces te amo
recuerdo la fantasía
del primer día
tú
crepuscularia
fugaz
inédita
oceánica
y cuando la lluvia de pronto alborotó
el silencio despertándote de aquel sueño
al sonreír se hizo el milagro de los colores
y entre mis manos tu corazón era una flor
Para Milagros.
UTOPÍA
Mujer
desde el pico más alto de tu pecho desnudo
grito airado mis consignas de amor
tú eres el mural
donde pego mis afiches clandestinos
la brújula
que marca el horizonte de mi vida
mi sueño de revolucionario
la alegría de ser guerrillero
mi fusil
que dispara arcoiris de ternura
la mochila
donde guardo mis alegrías y mis tristezas
la hamaca donde descanso la fatiga
de las jornadas del día
la manta que en las noches
me cubre del frío de la montaña
Tú eres en definitiva
mujer
la más bella de mis utopías
ABISMO
A veces
cuando te miro
pierdo la distancia
y mis ojos
resbalan
por los bordes
de tu cuerpo
a un abismo
de nostalgia
A Maribel
FANTASMA
He sembrado tu presencia
inverosímil
en las noches tranquilas
y sin lunas del otoño
para que la ternura
de tus manos
fabriquen en la piel arrugada
del tiempo la fantasía
para que los fantasmas
que como yo
coleccionan estrellas en tu alma
no pierdan su oficio
en las noches tranquilas
y sin lunas del otoño
Azua, R. D.
Para Rosa María .
MAYO
Bajo el cielo de mis pies descalzos
mayo siempre fue un espejo
de lluvias y arcoiris
un camino de alas anchas
hacia la eternidad
que guarda entre su corazón
un ramillete de flores y estrellas
para la primera mujer que amé
y que se perdió para siempre
entre los sueños los recuerdos
y las locuras de los primeros años
de mi infancia
Para Arelis.
EL CONDE
Me gusta la ciudad cuando oscurece
amo sus luces horizontales
y las piernas desnudas de las jovencitas
que pasean en minifaldas por el conde
me gusta detenerme frente a las tiendas
y verme a través de sus cristales
y soñar
la vida es una fantasía
alas tienen los sueños
sueño
y me embriago de luces y neón
y vomito lunas y estrellas
lirios y caracoles
peces y mares insondables
me gusta la ciudad cuando oscurece
anduve hoy por la ciudad
y en el Conde a esta hora
los vendedores ambulantes
ya habían recogido sus tarantines
y las tiendas cerrado sus puertas
y sus pálidos trabajadores
se fueron esfumando despacio
por los intrincados laberintos de la utopía
sólo algunos hombres vestidos de gris
atravesaban la noche silenciosos
violando leves prostitutas en las esquinas
y atracando transeúntes invisibles
pero ya a esta hora
los dementes de harapo
que deambulan por la ciudad
y los niños que huelen cemento
últimos remanentes
de una sociedad de náufragos
se han tendido
sobre el manto espeso de la noche
que sobrevive
al espejismo de las luces
y se enseñorea indeleble a través del tiempo
LA NOCHE
Te he buscado entre las horas tibias
de la penúltima estación del año
la noche
en la
antesala del invierno
densas telarañas atrapan mis sueños
mariposas breves
lunas transparentes
lívidas gotas de sal en tus ojos
te manchan la mirada de seda negra
donde el siglo empieza a empequeñecerse
a disminuirse
a morirse de horror
a vomitar cadáveres
humo putrefacto
llanto luto pus
y yo
amante unilateral
te miro vertical
desde las heladas soledades del tiempo
donde el viento tiene alas
y donde mi sonrisa es amarga
y donde soy desde que te amo
un viajero perenne hacia el dolor
sí soy desde entonces
un viajero que viene de la sangre
del origen profundo y lejano de la sangre
donde la ternura es ajena
donde el amor es pájaro
que muerde el horizonte
y donde tu nombre es una gota intacta
de llanto en mi corazón
sí es de esa lejanía de donde procedo ignorado
sembrando todo el camino
de plenilunio en tus ojos
ojos que no son míos
y que me miran
desde la ausencia abismal de tu alma
oleaje que lame
con su lengua fría
el cristal de la noche
que galopa desenfrenada
con su olor a semen proscrito sobre su lomo
la noche
que desbocada avanza hacia el abismo del alba
a morirse en la nada solitaria
en la noche frívolas las prostitutas
se entregan al afán de su oficio cotidiano
y pregonan
que la noche cabe dentro de un condón
que en ella hace siglos agonizan las estrellas
y los perros sueñan
y clavan sus dientes
en el silencio sonoro de los besos
de los amantes clandestinos
la noche
en ella palidece la luna cuando el otoño llega
cuando el rocío la toca
la noche
es un hueco continente donde habitas mujer
sumergida en la locura
del sexo líquido de las horas
donde el vino muerde la razón
e invita al pecado
a la entrega subrepticia
la noche
desde ella mis huellas se alejan de ti
pero el viento me encadena
al eco distante de tu risa redonda
me empuja hacia los profundos litorales de tu piel
me hace naufragar
en el turbulento océano de tus encantos
y no quiero volver a tocar puertas que dan al
vacío
y huyo hacia la frontera planetaria de la alborada
trato de habitar las casas
que en los páramos del olvido
construyeron los duendes de la memoria
y a la que de vez en cuando
vienen los muertos
con violines flautas y guitarras
a llenar de ritmo las cavidades del tiempo
con ellos quiero hablar
contarles que envidio a los caracoles
que olvidaron al mar
para soñar en la arena con lejanas latitudes
que envidio a los efímeros inquilinos de la tierra
a los mendigos que perdieron su memoria
entre las hojas del otoño
contarles que detesto la noche
con todos sus huéspedes oscuros y silenciosos
MI PEQUEÑO
FÉNIX
Mi pequeña bailarina
la que tiene puñales en los
ojos
la que mata de amor cuando
mira
la que tiene en el sexo una flor
y en la piel un horizonte
de golondrinas fugaces
mi pequeña bailarina
la que tiene en el alma una guitarra
y en la voz
en la voz un canto
ah mi pequeño fénix
en los burdeles cenizas
y entre mis brazos un ángel
mi pequeño fénix
TU PIEL
Hoy te vi
y quise tocar tu piel lejana
de viento y olvido
y no pude alcanzar tu corazón
y mis sueños se deshojaron
entre mis manos turbias
y volaron hacia la noche
del recuerdo
Para Joselín.
GNOMOS DEL TIEMPO
En mi memoria guardo
como un recuerdo memorable
el fuego de tu piel
que en las noches abismales
del último invierno del siglo
derritió la nieve de cien años
acumulada sobre los tejados
de las casas invisibles
que los gnomos
habitantes de los espacios
inverosímiles del tiempo
construyeron
para esconderse de la ira
de los dioses antiguos
y como evidencia del amor
guardo entre mis labios
que te nombran con ternura
el olor líquido de los residuos
de tu sexo floreciente
y para alimentar mi fantasía
busco en mis recuerdos
como tocar con mis manos
la amarilla desnudez
de tu cuerpo
que contra la luz de la luna
palidece de pasión
entre mis brazos
como una hoja trémula
que un viento oscuro
arrastra sin rumbo
por las calles de una ciudad
imaginaria
Para Rosa
María.
CERCA DEL MAR
He vuelto a vivir cerca del mar
en los límites de mis ojos
los delfines tratan de
alcanzar
el horizonte más lejano
del crepúsculo rosa
de esta tarde marina
que nos salpica la piel
de salitre y arena
y nos inunda el alma de peces
y caracoles
y nos oxida el pensamiento
de nostalgia en noches blancas
de sal y estrellas
MI BARCA
He tomado mi barca
rumbo a los mares de la
fantasía
para anclar en tu puerto
y dejar mis huellas
sobre la fina arena de tus playas
para después trepar por tus dunas
hasta la cima más alta de tu pecho
para desde allí ver hundirse el sol
en el manso océano de tus ojos
SOL Y ARENA
Tienes la piel tibia
de mar y salitre
de sol y arena los sueños
azul
en el horizonte de tus ojos
una gaviota
y en el corazón
un girasol
Para Rosa María.
OTOÑO
En el libro de la vida es otoño
el viento arrastra los días
hacia las noches
allí naufragaron en la
amarilla
soledad de las estrellas
lejanas y frías
es otoño como nunca lo ha sido
torrencialmente pálido
horizontalmente amarillo
paralelamente gris
es otoño
del libro de la vida el viento
borra tu nombre
POST DATA
Por una esquina de tus ojos
Asoma el mar
en tu piel los peces
fabrican
incesante lunas de plata
y en el horizonte las olas
mueven lentamente
la barca donde tu alma
no se cansa de fabricar mariposas
para que la tarde huela
siempre a flores
te toco y entre mis manos la primavera
se deshace salpicando de colores
los cristales de mi piel
manchados de tu recuerdo
Para Francia.
LAS CIUDADES
JUNTO AL MAR
He visto las ciudades junto al mar
en ellas una ola
nos llena el corazón de
cielo
y en una copa de un sorbo
nos bebemos sus noches
que nos embriagan de estrellas
he visto las ciudades junto al mar
marineros con sueños de naipes
rondan alegres sus calles de sal
por donde solitarias prostitutas
sueñan con lunas de plata
he visto las ciudades junto al mar
gaviotas de cera bajo un cielo de acero
barcos de hielo
puertos de arena
calles de sal
he visto las ciudades junto al mar
sus niños tristes dejan huellas de salitre
sobre el asfalto de sus calles de sal
he visto las ciudades junto al mar
en ellas te busco aunque sé
que no te voy a encontrar
en las ciudades junto al mar
Para Beta.
LAS CASAS
AMARILLAS
He visto junto al camino
las casas amarillas
el viento mágico coloreando
de lirios y mariposas el
horizonte
que más allá del mar
bulle entre tus ojos
los pájaros prisioneros
de las tardes lívidas
de esta primavera
que incesante
mis manos
fabrican en tu piel
he visto junto al camino
las casas amarillas
mis huellas cansadas y lejanas
vuelven a mí desde tu corazón
dejando en tu piel
un rastro azul de flores
y besos
Para Francia.
CUANDO TÚ RIES
Cuando Julia ríe parece una niña
a quien el dolor aún no ha
tocado
de una dulce melodía
su risa llena cada rincón del alma
cada hueco de la tarde
cada espacio del tiempo
su risa como una mariposa
tiene dos alas alegres
para volar sin prisa
hacia una primavera
petrificada en el ámbar celular
de mis ojos
Julia
ríe siempre
que tu risa me devuelve
toda la ternura
olvidada por la prisa
en que nos desvanecemos
en la nada
Para Julia Amancio.
EL TIEMPO POSIBLE
Te esperé el tiempo posible
y no llegaste
tal vez el amor hizo una
pausa
y el olvido
estableció su morada en tu alma
y destruyó de la memoria
los recuerdos
y bajo las noches de hielo
de un siglo reciente en otros brazos
tal vez olvidaste
que en la distancia
alguien espera por ti
ya no volverás
lo sé
pero aunque vuelvas
bajo la primera luna llena
de enero
sobre las ruinas de la ausencia
sólo encontrarás un corazón muerto
que los perros invisibles de la noche
devoran con rabia
SEGUNDA PARTE
MI MADRE
Mi madre
tuvo un jardín
que aún en los veranos
más ardientes del trópico
siempre estuvo pintado
de líquidos colores vegetales
mi madre tuvo un jardín
sus flores siempre salpicaron sus ojos
de cielo y de mar
de pájaros lumínicos y fugaces
que más allá del horizonte
de las tardes del otoño
todavía construyen sus nidos
en el alma de las noches
más frías del invierno
mi madre tuvo un jardín
terriblemente hermoso
inmenso y azul
que entre sus manos fecundas
siempre fue una fiesta
de mariposas girando
en torno a la primavera
A mi Madre Consuelo Acevedo.
PESCADORES
Sus pasos pálidos de luna y estrella
marcan la ruta solitaria de la noche
silenciosos avanzan hacia el mar
que siempre tranquilo los espera
ellos llegan y tienden sus redes
y son felices
sus ojos salpicados de viento y salitre
sus sonrisas el tiempo las guarda
petrificadas en la arena
para que los caracoles
las protejan siempre
A mi Padre Sergio Bautista.
JILMARI
Sé que esa alegría tan tuya
fue siempre una mezcla
de tristeza y rebeldía
hacia los que nunca pudimos
entender tu impotencia
ante la vida que siempre te negó
el derecho a ser
humanamente feliz
Para Jilmari Benítez.
GASPAR
No sé por qué esta lluvia repentina
Por qué este vuelo fugaz de
pájaros
Por qué esta alegría trunca
no sé por qué esta muerte súbita
por qué este decir adiós para siempre
por qué la vida a veces nos duele tanto
por qué tú hoy no estás aquí con nosotros
Gaspar
precisamente hoy
que están mudas las guitarras
y tu voz se congeló en el tiempo
y las flores se marchitaron
y este canto roto nos hiere
en tu silencio el alma
no sé Gaspar pero en esta despedida
siento que también se muere
un poco de todos nosotros
Para Gaspar de los Santos Reyes.
RITA
Hoy
Rita Cristina
tomó su ternura infantil
y con un dedo
tiznado de tentación
me dibujó su nombre
en la pared lívida del tiempo
para que yo no olvide
que ella en kinder
construye despacio el futuro
Santiago, R.D.
A Rita Cristina.
TERCERA PARTE
EL CAMINO
Desde donde estoy
el camino siempre se ve sinuoso y amarillo
no cambia
siempre está ahí
no pasa
siempre se queda
como pegado en el tiempo
dividiendo mi vida en dos partes que se alejan
una de otra
de este lado pájaros soles estrellas lunas
vientos mares flores atardeceres montañas
del otro lado
mis pasos se alejan de todo lo más hermoso
de los colores y la vida
de la primavera y las flores
de este lado
mi niñez lívida sale de mí
y huye desesperada
huye de sí
misma
huye
no se detiene
y yo me quedo donde estoy
no hago nada por alcanzarla
es inútil
se aleja por el camino que siempre está ahí
sinuoso y amarillo
el camino que no cambia
que no pasa
que siempre se queda
detenido en el tiempo
por él se escapó
mi niñez desesperada
para no volver jamás
PESCADORES DE SUEÑOS
He visto los delfines del alba
navegar en tus ojos
hasta alcanzar los mares distantes
del crepúsculo donde los dioses
protegen la utopía para que no la roben
los pescadores de sueños
FÁBULA DEL VIENTO
Soñó la hormiga
con ser mariposa
y sólo fue hormiga
soñó la mariposa
con ser ruiseñor
y sólo fue mariposa
soñó el ruiseñor
con ser guaraguao
y sólo fue ruiseñor
soñó el guaraguao
con ser viento
y sólo fue guaraguao
soñó el viento
con ser huracán
y lo destruyó todo
MEMORIAS DEL
VIENTO
Después de tanto
tiempo
sólo nos queda
la tristeza
de las estrellas
y el rocío
el enorme vacío
del fuego
y la sed insaciable del agua
ESTACIÓN
I
La verde soledad del mundo
quedó para siempre en mi corazón
y entre las hojas muertas
busqué desesperado
el último suspiro de la vida
para despertar la primavera
de su sueño de silencio
para que las flores no mueran jamás
San Francisco, R.D.
ESTACIÓN
II
He visto la lluvia descender vertical
por las paredes del tiempo
hasta humedecer la tierra
con su ternura
para luego volver a crecer horizontal
en el bosque hecha primavera
ESTACIÓN
III
Amo la piel de las rosas
cuyos pétalos de sangre
se deshacen
en su líquida ternura vegetal
perfumando cada recodo de mis dedos
que navegan en un mar de sueños
hacia un horizonte de mariposas
donde la primavera inmensa
cada mañana se reduce
al silencio musical del rocío
TERCERA PARTE
EL CAMINO
Desde donde estoy
el camino siempre se ve sinuoso y amarillo
no cambia
siempre está ahí
no pasa
siempre se queda
como pegado en el tiempo
dividiendo mi vida en dos partes que se alejan
una de otra
de este lado pájaros soles estrellas lunas
vientos mares flores atardeceres montañas
del otro lado
mis pasos se alejan de todo lo más hermoso
de los colores y la vida
de la primavera y las flores
de este lado
mi niñez lívida sale de mí
y huye desesperada
huye de sí
misma
huye
no se detiene
y yo me quedo donde estoy
no hago nada por alcanzarla
es inútil
se aleja por el camino que siempre está ahí
sinuoso y amarillo
el camino que no cambia
que no pasa
que siempre se queda
detenido en el tiempo
por él se escapó
mi niñez desesperada
para no volver jamás
PESCADORES DE SUEÑOS
He visto los delfines del alba
navegar en tus ojos
hasta alcanzar los mares distantes
del crepúsculo donde los dioses
protegen la utopía para que no la roben
los pescadores de sueños
FÁBULA DEL VIENTO
Soñó la hormiga
con ser mariposa
y sólo fue hormiga
soñó la mariposa
con ser ruiseñor
y sólo fue mariposa
soñó el ruiseñor
con ser guaraguao
y sólo fue ruiseñor
soñó el guaraguao
con ser viento
y sólo fue guaraguao
soñó el viento
con ser huracán
y lo destruyó todo
MEMORIAS DEL
VIENTO
Después de tanto
tiempo
sólo nos queda
la tristeza
de las estrellas
y el rocío
el enorme vacío
del fuego
y la sed insaciable del agua
ESTACIÓN
I
La verde soledad del mundo
quedó para siempre en mi corazón
y entre las hojas muertas
busqué desesperado
el último suspiro de la vida
para despertar la primavera
de su sueño de silencio
para que las flores no mueran jamás
San Francisco, R.D.
ESTACIÓN
II
He visto la lluvia descender vertical
por las paredes del tiempo
hasta humedecer la tierra
con su ternura
para luego volver a crecer horizontal
en el bosque hecha primavera
ESTACIÓN
III
Amo la piel de las rosas
cuyos pétalos de sangre
se deshacen
en su líquida ternura vegetal
perfumando cada recodo de mis dedos
que navegan en un mar de sueños
hacia un horizonte de mariposas
donde la primavera inmensa
cada mañana se reduce
al silencio musical del rocío
MARZO
Pronto habrá
luna llena
pronto marzo
será la luna
pronto la luna
será tu piel
pronto tu piel
será la noche
pronto la noche
será una flor
Para Maribel.
RELOJ DE ARENA
He visto en las viejas plazas del mundo
jadeantes relojes marcar
gota a gota
un tiempo crepuscular
sobre las ruinas de una ciudad
que el último otoño vistió de gris
para que los muertos
una tarde azotada por un viento
huracanado
que mató las últimas mariposas amarillas
acribilló árboles desnudos
y apagó el fuego milenario de las estrellas
resucitaran sin rubor
pero ellos se negaron rotundamente
a volver al mundo absurdo y bullicioso
de los vivos
y se quedaron para siempre
en su transparente y apacible soledad
y establecieron que para los que mueren
volver a vivir no tiene ningún sentido
VIEJOS Y
TUERTOS PIRATAS
He tratado de convencer
a los viejos y tuertos
piratas
de la memoria
de que esos recuerdos
de mi infancia
son malos para el alma
porque esas tormentas
en oleadas
resucitan fantasmas
que me hieren la sangre
con el acero hueco
de sus cuchillos invisibles
pero ellos indiferentes
mientras navegan
por los mares insondables
de la imaginación
me envían palomas mensajeras
con notas de sus hazañas remotas
mientras circunnavegan la fantasía
tratando de atrapar en sus redes
al monstruo que habita en la nada
y que todos llaman olvido
MARCA DE FUEGO
Yo no elegí mi soledad
la soledad me eligió a mí
me escogió entre todos los
hombres
y me persiguió a través del largo camino
del tiempo y del espacio
a través de la carne y de la sangre
y me encontró proscrito
en el vientre de flores de mi madre
y mientras dormía puso sobre mi frente
su marca de fuego
que redujo mi existencia a cenizas
nada soy desde entonces
polvo que en el viento se diluye
CUARTA PARTE
LOS INGENIOS
He viajado hacia la noche eterna
de los ingenios muertos
enterrados en los bateyes abandonados
de cuyo esplendor efímero
sólo quedan las cenizas ancestrales
que el viento amarillo de las tardes
de un otoño tropical
dispersa por los senderos ensangrentados
de una historia amarga
que se eterniza en las leyendas
que cuentan los abuelos
en las noches del olvido
junto a las hogueras de los sueños
Montecristi,
R.D.
Km. 13
ESTIRPE
Mujer
de una estirpe remota
mulata
Simple y tierna
en tu corazón
África
rompió sus cadenas
para ser libre
en tus labios
una canción
A Neuris.
MULATA
Hermosa mujer que adoro
mulata alegre y sensual
mariposa amarilla que adorna
las tardes esplendorosas de junio
caracol ancestral y celeste
por cuya oquedad se esfuma el mar
dejando su rumor de viento y salitre
en tu piel salpicada de cielo y rocío
sabes mujer
cuando tus ojos oscuros
que juntan estrellas
en las primeras noches del orión
me miran
endulzan mi corazón de una ternura
que me ata al encanto
de tu belleza remota y tropical
luna abismo flor
eres mujer
una hoguera que arde
junto al invierno gris
un rastro en la noche
sin fin del universo
un río donde mis sueños
de náufrago perecen
A Melania.
SEÑALES DE
HUMO
Era la abuela Mamá Tita
la que hilvanaba
con los hilos del alma la noche
la que todas las tardes
se sentaba a orilla del camino real
a mirar el horizonte intentando encontrar
entre las rosas del crepúsculo
señales de humo
que los pieles rojas
habitantes de más allá del mar
envían al azar
en las que dicen
que ellos todavía luchan
por recuperar las tierras sagradas
que el hombre blanco
hace tiempo les quitó
que no descansarán hasta recuperar
las colinas negras
donde descansan los espíritus
de los guerreros que lucharon
contra los caras pálidas
cuya crueldad recién estrenaba
con ellos el horror
San Francisco
de Macorís.
R.D.
CATÓ
A Cató la guardo en mi corazón
todavía la imagino en las mañanas
distantes y grises
junto a los fogones encendidos
haciendo café como siempre
fabricando arepas de sueños
y conconetes de ternura
no olvido la expresión de sus ojos
siempre llenos de flores azules
y mariposas amarillas
creando el alba de mi infancia
en que yo iba hacia su casa
sembrando en todo el camino mis sueños
iba feliz
a buscar la leche
donde el tío Juan de la Rosa
su compañero en la senda del amor
recuerdo cuando yo llegaba a la cocina
con mi traje de neblina y rocío
y la encontraba intacta
entre el fuego de los fogones
y las flores del crepúsculo
fabricando con sus manos colores
con que se visten los amaneceres
en el horizonte lejano de nuestra utopía
y le decía
-madrinita madrinita
y ella con una sonrisa enigmática
me respondía
--mi ahijaito mi ahijaito
y me daba un poco de café
para ahuyentar los duendes del frío
y entonces yo me iba al potrero
donde el tío Juan
junto a Chobolo Guancho y Mañé
ordeñaba las vacas
de regreso a casa
el recuerdo de Cató
ponía alas mis pies
LAS COSAS MÁS
SENCILLAS
Esta noche
hemos tomado el camino
hacia Borronoso
allá la tía Eufemia
siempre nos espera
con los brazos abiertos
Pipí nos contará un cuento
y seremos felices
contaremos las estrellas
y nos sentaremos
junto a la hoguera
y hablaremos como siempre
de las cosas más sencillas
tomaremos café
y volveremos a casa
seguro que allá
en Borronoso
la tía Eufemia
siempre nos esperará
con los brazos abiertos
EL ABUELO
ISMAEL
El abuelo Ismael
el padre de mi padre
venía todos los días a casa
venía de lejos
Julia lo traía sobre su lomo
con todo el peso de su edad
venía de tan cerca del mar
que podíamos sentir el olor de las olas
en su mirada salpicada de cielo
que nos envolvía
en su amor ancestral
él siempre llegaba alegre
con la piel manchada
de los colores recientes
del amanecer insular
y con una sonrisa de rocío
entraba a la cocina
donde mamá hacía café de pilón
y nosotros felices
corríamos hacia él
gritando
- abuelo abuelo
y él abría sus brazos infinitos
y nos apretaba contra su pecho
florecido de ternura
nosotros sabíamos que en su macuto
él siempre nos traía regalos de amor
y una historia distinta
que antes de irse al conuco
nos contaba
así era el abuelo Ismael
sus manos
hacedoras de la lluvia y la primavera
hacían florecer
sobre la tierra la esperanza
de la casa al conuco
sus huellas son eternas
en mi memoria que recolecta
los residuos de nuestro pasado
nublado de olvido
para que la yuca la batata el maíz
las habichuelas y el maní congo
se llenen de flores
en el alma de los fantasmas
que nos visitan cada noche
al caer la tarde
como todos los días
el abuelo Ismael partía
al trotecito apacible de Julia
y nosotros nos quedábamos
parados en el patio del crepúsculo
hasta que él se perdía
en la azul sinuosidad del camino
de regreso a su casa
ya las piedras y los pájaros
lo conocen
y los árboles saben su nombre
que el viento lleva entre sus labios
LA TÍA AURORA
Cuando empezaba a caer la tarde
la tía Aurora solía sentarse
junto a la puerta de su casa
que daba al camino real
su mirada anochecida
se llenaba del rumor de los pájaros fugaces
y del vuelo de las mariposas
que salpicaban el broque de colores
que perecían navegar
en un océano espectral de girasoles
espigados contra la bruma del ocaso
su mirada se perdía más allá
de los límites transitorios de las tardes
prisionera del tiempo
nunca la vi sonreír
su tristeza insular
había marcado su vida
con la angustia residual
de la impotencia de ver morir
irremediablemente la primavera
sin que sus manos pudieran hacer nada
por salvar las flores de la furia de los tractores
que a su paso por nuestras tierras
lo arruinaban todo
allí en un rincón de la tarde
ella permanecía largo tiempo
con su cachimbo de barro antiguo
entre sus labios
fumando
mirando hacia atrás
hacia el olvido
tratando de encontrar
una salida en el tiempo
a lo que ella sabía inevitable
"pero caramba
esta vida de pobre
siempre ha sido una falsa"
decía
y su tristeza se fue haciendo grande
y con sus manos fabricaba
adioses de nostalgias
que guardaba en un rincón de su corazón
de su corazón que a ratos se cansaba
y por
momentos dejaba de latir
y ella sentía sofocada el alma
de una ansiedad de muerte
que ya no le asustaba tanto
porque más allá de la vida
otra primavera
llenaría sus ojos
de una paz de flores y lunas
perfumadas sin prisa
en las noches tibias de las añoranzas
ella no temía ya a la muerte
todo lo contrario
hacía tiempo
que se había detenido a esperar
la llegada de la hora suprema
de dejar para siempre
este mundo del carajo
sin embargo
se entristecía
cuando miraba el camino
que lleva sin prisa al cementerio
a aquel lugar de sombras y misterios
donde algunas flores exhaustas
por el tiempo
crecen descuidadas y tristes
junto al mármol
y las cruces
que marcan severas
la última morada del ser humano
la tía Aurora
nació y envejeció con el siglo
y danzó con él
la danza amarga del hambre
en noches calientes
bajo el asombro suspicaz del arcturus
el siglo la marcó
con su trauma de sangre y miseria
incrementando en ella
la tristeza secular de los de su raza
y sus huellas de agua
se alejan lentamente por el camino
hacia donde la tarde no es más
que espejismo horizontal de luces y colores
donde a pesar del tiempo
ella permanece intacta
como efigie faraónica
esculpida en oro viejo
eterna y sencilla
como una flor silvestre
inadvertida en medio del monte
EL ABUELO ISMAEL
El abuelo Ismael
el padre de mi padre
venía todos los días a casa
venía de lejos
Julia lo traía sobre su lomo
con todo el peso de su edad
venía de tan cerca del mar
que podíamos sentir el olor de las olas
en su mirada salpicada de cielo
que nos envolvía
en su amor ancestral
él siempre llegaba alegre
con la piel manchada
de los colores recientes
del amanecer insular
y con una sonrisa de rocío
entraba a la cocina
donde mamá hacía café de pilón
y nosotros felices
corríamos hacia él
gritando
- abuelo abuelo
y él abría sus brazos infinitos
y nos apretaba contra su pecho
florecido de ternura
nosotros sabíamos que en su macuto
él siempre nos traía regalos de amor
y una historia distinta
que antes de irse al conuco
nos contaba
así era el abuelo Ismael
sus manos
hacedoras de la lluvia y la primavera
hacían florecer
sobre la tierra la esperanza
de la casa al conuco
sus huellas son eternas
en mi memoria que recolecta
los residuos de nuestro pasado
nublado de olvido
para que la yuca la batata el maíz
las habichuelas y el maní congo
se llenen de flores
en el alma de los fantasmas
que nos visitan cada noche
al caer la tarde
como todos los días
el abuelo Ismael partía
al trotecito apacible de Julia
y nosotros nos quedábamos
parados en el patio del crepúsculo
hasta que él se perdía
en la azul sinuosidad del camino
de regreso a su casa
ya las piedras y los pájaros
lo conocen
y los árboles saben su nombre
que el viento lleva entre sus labios
LA TÍA AURORA
Cuando empezaba a caer la tarde
la tía Aurora solía sentarse
junto a la puerta de su casa
que daba al camino real
su mirada anochecida
se llenaba del rumor de los pájaros fugaces
y del vuelo de las mariposas
que salpicaban el broque de colores
que perecían navegar
en un océano espectral de girasoles
espigados contra la bruma del ocaso
su mirada se perdía más allá
de los límites transitorios de las tardes
prisionera del tiempo
nunca la vi sonreír
su tristeza insular
había marcado su vida
con la angustia residual
de la impotencia de ver morir
irremediablemente la primavera
sin que sus manos pudieran hacer nada
por salvar las flores de la furia de los tractores
que a su paso por nuestras tierras
lo arruinaban todo
allí en un rincón de la tarde
ella permanecía largo tiempo
con su cachimbo de barro antiguo
entre sus labios
fumando
mirando hacia atrás
hacia el olvido
tratando de encontrar
una salida en el tiempo
a lo que ella sabía inevitable
"pero caramba
esta vida de pobre
siempre ha sido una falsa"
decía
y su tristeza se fue haciendo grande
y con sus manos fabricaba
adioses de nostalgias
que guardaba en un rincón de su corazón
de su corazón que a ratos se cansaba
y por momentos dejaba de latir
y ella sentía sofocada el alma
de una ansiedad de muerte
que ya no le asustaba tanto
porque más allá de la vida
otra primavera
llenaría sus ojos
de una paz de flores y lunas
perfumadas sin prisa
en las noches tibias de las añoranzas
ella no temía ya a la muerte
todo lo contrario
hacía tiempo
que se había detenido a esperar
la llegada de la hora suprema
de dejar para siempre
este mundo del carajo
sin embargo
se entristecía
cuando miraba el camino
que lleva sin prisa al cementerio
a aquel lugar de sombras y misterios
donde algunas flores exhaustas
por el tiempo
crecen descuidadas y tristes
junto al mármol y las cruces
que marcan severas
la última morada del ser humano
la tía Aurora
nació y envejeció con el siglo
y danzó con él
la danza amarga del hambre
en noches calientes
bajo el asombro suspicaz del arcturus
el siglo la marcó
con su trauma de sangre y miseria
incrementando en ella
la tristeza secular de los de su raza
y sus huellas de agua
se alejan lentamente por el camino
hacia donde la tarde no es más
que espejismo horizontal de luces y colores
donde a pesar del tiempo
ella permanece intacta
como efigie faraónica
esculpida en oro viejo
eterna y sencilla
como una flor silvestre
inadvertida en medio del monte
LA TÍA TATÍN
Aún la Tía Tatín
barre el patio de su utopía
con su escoba arrincona contra las tardes
los recuerdos más lejanos de nuestra memoria
y enciende junto al camino real
las hogueras de nuestra ira ancestral
la tía Tatín
menuda frágil leve
sus pasos cansados por los años
se pierden en el tiempo
entre los limoncillos y los mamones florecidos
sus pasos no volverán del olvido
porque una tarde se murió de pena
cuando sintió la aguda ausencia
de los pájaros y el trueno
y preguntó por la lluvia
y le dijeron que Mamá Tita
casi muerta
se había ido envuelta en un manto de lágrimas
a otras tierras lejanas y extrañas
-¿y las flores?
Preguntó
-la primavera agoniza
le contestaron
-con razón la tarde huele a sangre-
dijo
y se vistió de tristeza
y por la ventana abierta del crepúsculo
miró con ternura por última vez
las anacahuitas gemelas
que junto al
camino real arañaban el cielo
y que ella amaba tanto
porque en la oquedad de sus troncos
junto a sus hijos
ella sobrevivió a la furia
del ciclón San Zenón
fue aquella tarde
cuando por primera vez
sintió el ruido macabro de los tractores
destruyendo el bosque
y sintió sobre sus hombros
el peso de la primavera que moría
JUNTO AL
CAMINO
Ya junto al camino de la tarde
no hay tope tope ni huellas fugaces
de niños desnudos tras la aurora
ni lirios
no
ya junto al camino
no están las hogueras
que encendieron los abuelos
para que iluminaran las noches secretas
de nuestra huida hacia los manieles
en donde ellos
hicieron de la libertad
un canto de amor y esperanza
LIRIOS Y
FANTASMAS
Esta tarde
que se retuerce entre los árboles
que cae lentamente
gota a gota en la tierra
transformándose
en lirios y fantasmas
esta tarde
fugaz como los pájaros
va dejando en mi alma
el rastro de un sol derretido
que corre por mis venas
manchando el horizonte
de colores
entre mis ojos
LUNA LLENA
Por el camino la tarde es eterna
su olor a flores
lo llevamos dentro del alma
y en nuestros pensamientos
todavía florecen lirios y azucenas
y en el bosque de yagrumo
las noches de luna llena
son una lumínica fantasía de plata
PÁJAROS
MARINOS
Yo siempre miraba al sur
y presentía
más allá de los farallones
el mar que suspiraba lejano
entre los árboles
y sentía naufragar entre mis ojos
remotos pájaros marinos
que sobrevivieron
a la edad inmensa y fría de los glaciales
y que venían todos los días
a salpicar de peces y caracoles
la lejanía horizontal de mi alma
LA TARDE
Recostado en la empalizada
del potrero contemplo extasiado
la tarde reclinar
sus sombras tenues
sobre el pasto ondulante
y verde de la pradera
mientras en silencio
las vacas pastan
serenos los pájaros
emigran en el viento hacia sus nidos
el viento que de las lomas lejanas
arrastra consigo
hacia la noche
un suave olor a flores
mientras el sol
como una gota de sangre
en la epidermis del horizonte
resbala dejando tras de sí
un rastro sonoro
de golondrinas fugaces
TESTIMONIO
Yo, Domingo Acevedo (Mario Alegría), nací junto al
camino real, entre carboneras, conucos y potreros, un amanecer esplendoroso de
noviembre, envuelto en la melancolía del otoño tropical, lejos del mar y la
primavera, lejos de las mariposas de junio, entre la alegría y la esperanza de
los de mi raza, raza que junto a la hoguera milenaria de los sueños, todavía
danza alegre al compás rítmico del tam tam de los viejos tambores evocadores de
un tiempo diluido entre las cenizas de los siglos que todavía en el horizonte
ensangrentado de nuestra historia, arden bajo los cascos de los caballos de los
conquistadores que en vano intentan incinerar nuestra memoria, y hoy aquí
nosotros, en América orgullosos de nuestra estirpe, evocamos en una danza
nuestro pasado.
DOMINGO ACEVEDO.