SEÑALES DE
HUMO
Era la abuela Mamá Tita
la que hilvanaba
con los hilos del alma la noche
la que todas las tardes
se sentaba a orilla del camino real
a mirar el horizonte intentando encontrar
entre las rosas del crepúsculo
señales de humo
que los pieles rojas
habitantes de más allá del mar
envían al azar
en las que dicen
que ellos todavía luchan
por recuperar las tierras sagradas
que el hombre blanco
hace tiempo les quitó
que no descansarán hasta recuperar
las colinas negras
donde descansan los espíritus
de los guerreros que lucharon
contra los caras pálidas
cuya crueldad recién estrenaba
con ellos el horror
Domingo Acevedo.
San Francisco
de Macorís.
R.D.