lunes, mayo 05, 2025

El paso delos años no ha detenido nuestra lucha.

Aunque muchos han traicionado los principios por lo que luchamos nosotros seguimos levantando la bandera de la dignidad y la lucha.





























 

Alma Mater.







 

Nada justifica la deslealtad.


‌Nada puede justificar la deslealtad entre entre padres e hijos, entre amigos, entre maestros y alumnos y menos entre un cinta negra y su sensei, en donde suponemos que hay fuertes vínculos en la sinceridad arraigada a través de años de duros entrenamientos y sacrificios, que va desde el vínculo puramente profesional, pasando por lo afectivo, por ese sentimiento de fidelidad que debe sentir un alumno por su sensei y un sensei por su alumno, establecido en el código del karate.
‌Las diferencias siempre existirán, ya que no todos siempre pensaremos de la misma manera, ni tendremos los mismos enfoques sobre determinados puntos de vistas y en la medida en que el estudiante va avanzando en el conocimiento del karate, es posible que surja en él dudas que lo induzcan a buscar en otros lugares respuestas a las enseñanzas de su sensei, más eso no debe ser motivo de deslealtad, sino un motivo para conversar y entenderse como seres humanos que por años han estado unidos por los lazos fraternos de las artes marciales.
‌Y sí el alumno quiere emprender un nuevo camino, buscar nuevos horizontes, el sensei debe entender que cuando se crece esas cosas suceden, debe dejarlo ir en paz y seguir siendo alumnos y maestros, cada cual por su lado, sin conflictos y sin traumas.
‌Algunos de los diferentes estilos que practicamos hoy, surgieron de esas diferencias, dudas y enfoque distintos entre alumnos y senseis, sobre los métodos y las técnicas que se enseñaban en la antigüedad, por lo que yo creo que no debe haber deslealtad, ni traición entre senseis y alumnos por pensar o tener diferentes criterios, sino tener la inteligencia, la tolerancia y la suficiente madurez, para dirimir las diferencias permitiendo de esa manera que se tome la mejor de las desiciones y que sea aceptada como buena y válida por ambas partes.
‌Debemos entender, aunque nos duela, que las personas que están a nuestro lado, tienen el derecho a tomar su propio camino, cuando lo crean necesario.
‌Domingo Acevedo.
‌Mayo/2025.


Una vista a la Ciudad Colonial, Rep. Dominicana.




























 

La responsabilidad de los senseis.


‌Sobre los hombros de los senseis de Karate y/o artes marciales descansa una gran responsabilidad y es la de guiar a sus alumnos través de los conocimientos adquiridos de sus maestros, por el sendero correcto que traza la filosofía del karate.
‌Entendiendo que no todo el que va a los dojos a practicar karate y/o artes marciales lo hace buscando la parte positiva de aprender, más que a pelear, a domesticar sus malos instintos, para convertirse en personas de bien, útiles a las sociedades donde viven, sino que hay quienes buscan en las artes marciales la destreza que da esta, en el arte de pelear, para abusar, hacer daño, incluso llegar a cometer otras fechorías y hasta matar.
‌En ese sentido los senseis debe tener la habilidad, la sabiduría, el ojo crítico, para determinar los motivos y los objetivos que buscan cada uno de sus estudiantes en el aprendizaje de las artes marciales, para de esta manera con las prácticas y las orientaciones correctas, hacerlos entender que las artes marciales no son un camino hacia el desorden, la maldad y la violencia, sino un camino hacia la humildad, la paz y el respeto a la vida ajena, por lo que en ellas no caben aquellos resentidos que buscan el odio y la violencia.
‌En las artes marciales y muy especialmente en karate buscamos crear en el mundo una cultura de paz, amor y solidaridad.
‌Domingo Acevedo.
‌Mayo/2025.



No olvides que estamos hermanados en el código ético y moral que rige las artes marciales.


No olvides nunca que no importa el estilo de Karate que practiques o cualquiera otra arte marcial, que somos hermanos en el sendero que recorremos en busca de la la paz, el entendimiento y la solidaridad entre los seres humanos.
Que no tenemos porque ser contrarios, ni enemigos, sino todo lo contrario, ya que estamos hermanados en el código ético y moral que rige el karate y las artes marciales, entendiendo que todos buscamos un mismo fin, elevar nuestra conciencia hasta alcanzar la mansedumbre necesaria para inclinarnos ante nuestros semejantes en un acto de humildad, respeto y amor por la vida.
Domingo Acevedo.
Mayo/2025.



Archivo del blog