Mientras una parte de Centro
América se ahoga, una parte de Suramérica muere de sed, son de las paradojas
que plantea el cambio climático, un fenómeno global con efecto local.
Mientras a unos países el mar
ha comenzado a tragárselos lentamente por efecto del derretimiento de los
polos, otros arden bajo los rayos ardientes de un sol que devora sus bosques
con el fuego apocalíptico del fin del mundo, parecería que la humanidad asiste a su fin, impotente
ante la insaciable ambición de los países capitalistas que a costa de producir
confort y riquezas destruyen la naturaleza que es la garantía del equilibrio natural
que permite que podamos vivir sin problemas en el planeta tierra, nuestra única
casa hasta ahora.
El hombre ha roto el equilibro
Normal de las cosas, vivimos en un mundo asediado por las guerras, las
enfermedades previsibles y el hambre, en donde una de cada siete personas se
acuesta todas las noches sin comer nada y aproximadamente 884 millones de
personas no tienen acceso al agua potable y 2600 millones no tienen acceso a
los servicios mínimos de saneamiento y 11, 000 niños mueren a diario de
enfermedades relacionadas con el agua.
En el mundo se calcula que el
volumen del agua en el planeta es de 1300 millones de kms cúbicos, lo que significa 1360
trillones de litros, dividida esta cifra por cada ser humano le correspondería
a cada uno 250, 000 millones de litros, con esta cifra, da la impresión de que
el agua es un recurso ilimitado, pero no es así, solo el tres por ciento del
agua total es dulce y la mitad de ella es potable y está distribuida de esta
manera en la naturaleza: océanos y mares
97%, glaciales 2.09 %, acuífero subterráneos 0.06%, ríos y
lagos 0.01 %, atmosfera 0.01%
Su distribución en el mundo es
muy desigual y son muy pocas las poblaciones que la poseen en cantidades
suficientes para satisfacer las necesidades de las personas.
La falta de acceso al agua limpia y al
saneamiento es responsable del 88% de todas las enfermedades en países en
desarrollo. La mitad de las camas de los hospitales de todo el mundo están ocupadas
por pacientes que padecen enfermedades asociadas con la falta de acceso al agua
potable y al saneamiento. Y es que esta carencia, junto con el hambre,
constituye el factor más importante de las enfermedades, el agente patógeno más
grave, en el Tercer Mundo, de modo que se puede hablar de un círculo perverso
de enfermedad y pobreza. Cada año mueren más de tres millones y medio de
personas por enfermedades transmitidas por agua contaminada.
Por
no hablar de la desigualdad de género, ya que, en un solo día, más de 200
millones de horas del tiempo de las mujeres se consumen para recoger y
transportar agua para sus hogares (las mujeres de África y Asia caminan un
promedio de 6 km diarios para buscar agua). Mientras, apenas el 12% de la
población mundial consume el 85% de agua dulce disponible en el planeta.
Leonardo Boff ha definido la “comensalidad”, comer y beber juntos, como la
garantía de la reproducción de la vida, que supone la solidaridad y la
cooperación de unos con otros.
Es por eso que en esta Séptima
Colectiva por la preservación del agua, Artistas Unidos por un planeta
posible, Justicia Climática, Rep. Dominicana y el Departamento de
cultura Socio Popular, del Ministerio de Cultura, hacen un llamado a la
preservación y cuidado de ese preciado liquido en un mundo donde en muchos
países se libran importantes luchas contra las corporaciones nacionales e
internacionales que han iniciado procesos para privatizar el agua obviando el
principio de que es un bien público, un
derecho humano, indispensable como la salud, un trabajo digno, la alimentación y
una vivienda para que un ser humano pueda vivir con dignidad.
No a la privatización del agua
No a la mega minería y el uso
del cianuro.
El cambio climático es cosa de
hoy, actuemos ya.
Auspician: Artistas Unidos por
un Planeta Posible, Justicia Climática Rep. Dominicana y el departamento de
Cultura Socio Popular, del Ministerio Cultura.
Datos recopilados de Agua y
salud (IDCP) y Esfera del Agua.