A finales de julio de 1972, tras la Guerra de Liberación de Bangladesh, muchos niños nacidos como resultado de violaciones masivas cometidas por soldados paquistaníes fueron abandonados y estigmatizados por la sociedad. Estos niños, conocidos como "niños de la guerra", enfrentaron un futuro incierto y lleno de desafíos.
En medio de esta crisis, la Madre Teresa y las Misioneras de la Caridad establecieron el Shishu Bhavan en Dhaka para brindar refugio y cuidado a estos niños. La iniciativa fue apoyada por el entonces presidente de Bangladesh, Bangabandhu Sheikh Mujibur Rahman, quien promulgó la Orden de Niños Abandonados de Bangladesh (Disposiciones Especiales) en 1972 para facilitar la adopción de estos niños por familias extranjeras2.
El Shishu Bhavan se convirtió en un hogar temporal para estos niños, donde recibieron atención médica, nutrición y amor. A pesar de las dificultades, la dedicación de las Misioneras de la Caridad y el apoyo del gobierno permitieron que muchos de estos niños encontraran nuevos hogares en el extranjero, especialmente en Canadá.
Esta historia no solo destaca la importancia de la compasión y la solidaridad en tiempos de guerra, sino también la necesidad de proteger y cuidar a los más vulnerables. La labor de la Madre Teresa y las Misioneras de la Caridad en el Shishu Bhavan es un ejemplo inspirador de cómo el amor y la dedicación pueden marcar una diferencia significativa en la vida de los niños afectados por la guerra y el abandono.
