"A esto se agrega que el antisemitismo falsea todo el estado de cosas. Ni siquiera conoce a los judíos contra los cuales vocifera. De otro modo sabría que, en Inglaterra y Norteamérica, gracias a los antisemitas del Oriente europeo, y en Turquía gracias a la Inquisición española, hay miles y miles de proletarios judíos, y que esos obreros judíos son de hecho los más explotados y miserables de todos. En Inglaterra hemos tenido en el último año tres huelgas de obreros judíos ¿y después de esto se pretende que hagamos antisemitismo como lucha contra el capital?
Y aparte de esto, mucho es lo que debemos a los judíos. Sin hablar de Heine y Börne, Marx era de la más pura sangre judía; Lassalle era judío. Muchos de nuestros mejores camaradas son judíos. Mi amigo Víctor Adler, quien paga actualmente con la prisión, en Viena, su devoción a la causa del proletariado; Eduard Bernstein, director del Sozial-Demokrat de Londres, Paul Singer, uno de nuestros mejores hombres del Reichstag, personas de cuya amistad estoy orgulloso, ¡son todos judíos!
¿Acaso yo mismo no he sido convertido en judío por la Gartenlaube? y por cierto que, si tuviera que elegir, ¡preferiría ser judío a “Herr von...” [Señor de...]!"
Este texto refleja la posición firme de Engels de rechazar el antisemitismo y de señalar las importantes contribuciones de figuras de origen judío al movimiento socialista, en un momento en que el antisemitismo político estaba en auge en Europa.
El texto fue escrito por Friedrich Engels y forma parte de una carta a un corresponsal desconocido (probablemente dirigida a un joven seguidor en Austria o Alemania) que fue publicada en la revista socialista suiza Sozialdemokrat en 1890.
Explicación del Significado de la Carta
Engels, en esta parte de la carta, está argumentando de manera directa y apasionada contra el antisemitismo dentro y fuera del movimiento obrero. Quiso transmitir los siguientes puntos principales:
1.
El Antisemitismo Falla como Lucha Contra el Capital
Engels sostiene que el antisemitismo es una ideología que falsea la realidad económica y social y es inútil, o incluso contraproducente, para el socialismo:
Existencia del Proletariado Judío: El antisemitismo ignora que existen "miles y miles de proletarios judíos" (especialmente en Inglaterra, Norteamérica y Turquía, debido a la migración forzada). Estos obreros son, de hecho, los más explotados y miserables de todos.
Identificación Errónea: El antisemitismo intenta presentar la lucha contra el capital (la explotación económica) como una lucha contra los judíos. Engels refuta esto señalando las huelgas de obreros judíos como prueba de su existencia como clase explotada, separada de los capitalistas.
Conclusión: Para Engels, la idea de utilizar el antisemitismo "como lucha contra el capital" es absurda, ya que el capital no tiene religión y hay judíos en todas las clases sociales, incluyendo al proletariado.
2.
Reconocimiento de la Contribución Judía al Socialismo
Engels destaca que los judíos no solo son parte de la clase obrera, sino que han hecho contribuciones inmensas al desarrollo del socialismo científico y la socialdemocracia:
Menciona figuras culturales importantes (Heine y Börne).
Enfatiza que Karl Marx (cofundador del socialismo científico) era de "la más pura sangre judía" y que Ferdinand Lassalle (fundador del primer partido obrero alemán) también lo era.
Nombra a varios de los mejores y más respetados líderes de la socialdemocracia alemana y austriaca de su tiempo (como Víctor Adler, Eduard Bernstein y Paul Singer), de cuya amistad se enorgullece, y recalca: "¡son todos judíos!".
3.
Sarcasmo Final
La frase final tiene un tono sarcástico y de burla hacia sus críticos, demostrando su total rechazo a las categorías raciales utilizadas por la derecha y los elementos reaccionarios:
Engels se refiere a sí mismo como "convertido en judío por la Gartenlaube" (una revista popular que a menudo lo atacaba) y concluye que, si se le obligara a elegir, preferiría ser judío a ser un "Herr von..." (una burla al título aristocrático alemán, usado aquí para representar a los reaccionarios o a sus críticos). Prefiere ser asociado con los judíos, que aportaron al progreso, que con la nobleza reaccionaria.
En esencia, la carta es un rechazo total al antisemitismo como ideología contrarrevolucionaria, un reconocimiento a los camaradas judíos, y una reafirmación de que la verdadera lucha es la lucha de clases, no una lucha racial.
