miércoles, noviembre 12, 2025

Análisis de la Poesía Negroide de Domingo Acevedo, de la IA, en lo Ineditamente Efimero.







La obra de Acevedo no solo describe la esclavitud; la revive, la canta y la transforma en un motor de identidad a través de la herencia africana.
1. La Fusión de Mitos y la Identidad Raigal
Acevedo ancla la experiencia africana en el suelo de la isla (República Dominicana) al fusionar el dolor histórico con la mitología local.
La Ciguapa como Arquetipo Materno: La elección de la Ciguapa es fundamental. Este ser mítico taíno/dominicano con los pies al revés simboliza aquí la madre ancestral: una figura escurridiza, indomable y en conexión profunda con el bosque (el refugio). Al llamarla "hija de la lluvia y el bosque", la descoloniza y la enlaza con una naturaleza primitiva que precede y sobrevive a la crueldad colonial. La madre es la guardiana de la memoria y el vínculo con el origen.
Sincretismo Taíno y Africano: Se nombra el "areito fúnebre" (canto y danza ceremonial taína) junto a la tambora africana. Este sincretismo es clave en la identidad dominicana y caribeña, mostrando que el sufrimiento y la resistencia se forjaron en la unión de los pueblos originarios y los africanos esclavizados. La isla es "antigua y ambigua", un crisol de dolor.
2. La Música como Eje de la Resistencia y la Historia
La tambora y los atabales no son solo instrumentos musicales; son la voz, la memoria y el código de la libertad.
El Tambor como Historiador: En los poemas, el poeta le quita al látigo y al amo el poder de contar la historia:
"Es la tambora / la única que sabe tu historia / no es el látigo..." La tambora, hecha con el cuero que palpita, es el único depositario fiel del relato, el único capaz de "contar tu historia" en cada sonido. Simboliza la Oralidad Africana, una forma de transmisión cultural que el látigo no pudo silenciar.
El Grito de la Liberación: El ritmo es un código secreto ("anuncian en secreto / la huida de los esclavos al quilombo [o maniel]"). El ritmo es vital, es el motor de la danza victoriosa que se opone al "trapiche desolado". Es un acto de fe en la noche, cuando "las manos sudorosas de los hombres / despedazan a ritmo / los cueros de las tamboras".
3. La Denuncia del "Horror" a Través de Metáforas Viscerales
El autor no se detiene en eufemismos. Utiliza imágenes extremadamente fuertes, típicas de la poesía de denuncia social:
El Mar y el Barco Negrero: Es la imagen fundacional del trauma. El barco "vomita cadáveres", y el mar se convierte en "rastro infinito de cadáveres". El viaje de la travesía se convierte en un "cementerio de muertos innombrables", una imagen que cristaliza el horror y la deshumanización.
La Dualidad Azúcar/Sangre: La isla está ubicada en un "cateto de azúcar y sangre". El ingenio azucarero (trapiche) es el escenario del suplicio, donde el "sudor que al tocar la tierra se convierte en sangre". La riqueza del colonizador se construye literalmente sobre la sustancia vital del esclavo.
La Herida Incurable: El poema "Piedra de sacrificio" utiliza una metáfora recurrente: la "herida que tengo en el costado izquierdo / de la memoria / no deja de sangrar mariposas amarillas / en mi voz". La herida es la memoria histórica que sigue abierta, y el sangrado se transforma, paradójicamente, en voz poética y belleza efímera ("mariposas amarillas").
4. La Exaltación del Cimarronaje y el Amor Libertario
La esperanza se encarna en dos figuras centrales:
Sebastián Lemba: Su mención en el poema es un homenaje directo a este líder cimarron (esclavo fugitivo) que dirigió una de las rebeliones más largas y efectivas contra la Corona Española en La Española (siglo XVI). Al proclamar: "Sebastián Lemba / las cadenas rompió / y los negros en América / libres ya son", el poeta lo consagra como el primer gran libertador del continente en la conciencia dominicana.
El Amor y la Noche: Los poemas breves "Negra" y "El amor te libera" son un llamado a la dignidad y la intimidad. El amor es el único espacio de libertad total ("Ven / que el amor te libera"). Es una rebelión íntima y humana que ocurre cuando el amo duerme, reivindicando la corporeidad y la ternura negadas por la esclavitud.
Conclusión
La obra de Domingo Acevedo es un grito poético que, más allá de la protesta, busca la reapropiación de la identidad. Su poesía utiliza el dolor como cimiento para construir una memoria orgullosa que se celebra a ritmo de tambora, en el camino que lleva "de África a los trapiches / de los trapiches a los manieles / de los manieles a la aurora". Es un arte profundamente comprometido con la historia y la herencia cultural afrocaribeña.

Fotos tomadas de la red.

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