jueves, octubre 02, 2025

Otto estaba destinado a mejor vida o a mejor muerte. Era muy joven cuando lo asesinaron en 1970, 25 años.

 



Memorial a Otto Morales Efres (1945-1970)

Manuel Matos Moquete

La borrasca de los 12 años de Balaguer sacó de nuestra órbita a edad temprana a seres entrañables.
Hay un nombre que juguetea con mi memoria de hombre viejo repleta de tiempos azarosos : Otto Morales, un amigo, un hermano, un compañero.
La última vez que lo vi fue en julio de 1967. Me dijo esa vez :
―Te esperamos, hermano, en unos días, hazte de cuenta que vas a una reunión del Sindicato Unido de La Romana.
Yo partía hacia Cuba a la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad- OLAS- en representación del Movimiento Popular Dominicano- MPD-.
Otto fue a despedirme en la casa de la madre de Margarita Cordero en calle Las Damas, Santo Domingo.
Ambos formábamos parte de la dirección del MPD, al igual que Henri Segarra y otros dirigentes emergentes desde la Guerra de Abril de 1965.
Entonces se produjo un relevo de la dirigencia como consecuencia de la sustitución por envejecimiento y otros motivos de parte de los fundadores encabezados por Máximo Lope Molina; también producto de la derrota del grupo de exdirigentes del 14 de Junio que ingresó al MPD, lidereado por Pín Montás.
En el MPD Otto era el más joven de ese grupo. Nació en 1945. Henri y yo nacimos en 1944, El Moreno, 1943.
Bajo el liderazgo de Cayetano Rodríguez del Prado y El Moreno éramos del equipo dirigencial del MPD junto a los emblemáticos compañeros Jorge Puello Soriano,(El Men), Onelio Espaillat, Lorenzo Vargas, Monchín Pinedo, René Sánchez Córdoba, entre otros experimentados y valiosos dirigentes, cuadros y militantes de la vieja guardia de la organización.
No regresé de Cuba como estaba previsto sino años después enrolado en el proyecto de Caamaño. Es historia conocida que cuento en mi obra Camaño La última esperanza armada.
El hecho es que no volví a ver a Otto ni a Henri ni a El Moreno.
Supe de ellos por las noticias que nos llegaban por los cubanos y mediante un servicio de noticias que Caamaño organizó bajo la responsabilidad de Claudio Caamaño y Hamlet Hermann, que consistía en la recepción de algunas emisoras dominicanas , entre ellas Radio Comercial y Radio Cristal.
Así nos enteramos de la horrenda muerte de Otto y de todos esos jóvenes .
Me niego a narrar los detalles del asesinato de Otto, de todos conocidos.
No acepto ni las circunstancias ni las causas de su muerte .
Prefiero recordarlo como la última vez que lo vi y como lo veía en aquellos años de militancias juntos.
Mi alma quedó enamorada por siempre de su sonrisa y soberbia presencia. De su esbeltez física y moral.
Del Otto joven y dueño de una personalidad muy definida y firme, en la que se combinaban en grados elevados inteligencia, arrojo y constancia.
No, Otto no debió morir a esa edad. No debió morir así tan cruelmente ni por esa causa desesperada.
Otto estaba destinado a mejor vida o a mejor muerte. Era muy joven cuando lo asesinaron en 1970, 25 años.
No sé cuándo lo conocí, tal vez en la Guerra de Abril de 1965. Debí conocerlo ahí,en el comando Argentina del MPD en el que ambos estábamos.
También en el barrio San Antón donde ambos residíamos en la misma época. Ninguno era de la capital. Él era nativo de Santiago y yo de Tamayo.
Otto estudió en la escuela Argentina y yo en el liceo nocturno Eugenio María de Hostos en el mismo plantel en las ruinas de San Francisco.
Éramos contemporáneos y frecuentábamos los mismos espacios y afanes de lucha. Sin embargo, las primeras noticias suyas me las dio mi hermano.
Plinio me hablaba de Otto antes de las gloriosas gestas y aun me habla con pasión y respeto de esos hombres, entre ellos Otto, que protagonizaron la heroica lucha callejera antitrujillista.
En Santo Domingo, en los días posteriores al 30 de mayo de 1961 en la efervescencia de la lucha antitrujillista una multitud se dedicaba a cazar a los “paleros de Balá”, una banda paramilitar de trujillistas que azotaba los barrios de la capital.
Entre los cazadores de los esbirros y sicarios de la dictadura se destacaron Eliseo Andújar (Barahona), Rafaelito Bueno, oriundo de Tamayo, Otto Morales y mi hermano Plinio.
Ese es un capítulo que requiere mayor atención en nuestra historia.
Fue una batalla campal con piedras , palos, tubos, en la cual se jugó por momentos la suerte de la naciente libertad del pueblo dominicano y en la que Otto estuvo en primera línea.
Aún era un adolescente,16 años, cuando en 1961 descolló en la lucha antitrujillista y fue deportado a México en 1962 a los 17 años.

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