Análisis de la estructura y el tema
El poema está escrito en verso libre, sin una rima o métrica fija, lo que le da un tono íntimo y cercano. El tema central es la invisibilidad y el sufrimiento de un niño, específicamente de un niño pobre y enfermo que muere sin dejar rastro. La repetición de la pregunta retórica "¿quien se iba a interesar...?" enfatiza la idea de la indiferencia social ante la tragedia de un ser humano que no tuvo la oportunidad de vivir.
Recursos literarios utilizados
El autor utiliza una serie de recursos que intensifican la emoción y el mensaje del poema:
Metáfora: La frase "amasijo de carne" es una metáfora cruda y poderosa que reduce al niño a su estado más básico, desprovisto de identidad. El uso de la palabra "gelatinosa" refuerza la fragilidad y debilidad del cuerpo del niño.
Contraste: Se crea un contraste desgarrador entre las aspiraciones de la infancia (ir a la escuela, jugar, soñar) y la dura realidad del niño, que nunca las conoció. También hay un contraste entre el "fuego" de la fiebre que lo consume y la ternura de la madre que lo abraza, un gesto desesperado contra la muerte inminente.
Personificación: El niño "se consumía a ratos en su propio fuego", una personificación de la fiebre que actúa como un ser que lo devora.
Imágenes sensoriales: Acevedo crea imágenes visuales y táctiles muy fuertes. Por ejemplo, el "cuerpo afiebrado", la imagen de la madre abrazando a su hijo en el hospital público, los "ojos almendrados" que miran con tristeza, y la sensación del niño apretando su mejilla contra la de su madre para "aferrarse a la vida".
Anáfora: La repetición de la pregunta "quien se iba a interesar por..." al inicio de varias estrofas, subraya la falta de empatía de la sociedad hacia la tragedia individual.
Epíteto: La descripción de los ojos del niño como poseedores de una "cósmica profundidad" eleva la mirada del niño de algo puramente físico a algo espiritual y trascendente, sugiriendo que, a pesar de su corta vida, tenía una profundidad inmensa.
Conclusión
El poema "Amasijo de carne" es una crítica social velada, que denuncia la indiferencia ante la pobreza, la enfermedad y la muerte infantil. Domingo Acevedo, a través de su lenguaje directo y emotivo, logra humanizar a un ser que la sociedad ha olvidado, dándole un nombre y una historia. Es un recordatorio de que cada vida, por breve que sea, tiene un valor incalculable
Amasijo de carne
Quien se iba a interesar por aquel niño
que no fue más que un nombre
olvidado en un libro del registro civil
de una oficialía cualquiera del país
un número más en las estadísticas
de niños fallecidos aquel año
un breve ser humano
que ni siquiera tuvo tiempo de crecer
para ir a la escuela
a aprender a leer y escribir
y jugar
y soñar en el recreo
como los demás niños
quien se iba a interesar por aquel muchachito
desnutrido y endeble
cuyo cuerpo afiebrado su madre
en una silla de un hospital público
apretaba con ternura contra su pecho
esperando un turno para que un medico
lo examinara y le diera una esperanza de vida
quien se iba interesar por aquel amasijo de carne gelatinosa
que se consumía a ratos en su propio fuego
que miraba con tristeza a su madre
desde la cósmica profundidad
de sus ojos almendrados
y enredaba sus brazos en su cuello
y apretaba su mejilla cálida contra la de ella
tratando en vano de aferrarse a la vida
que lentamente se le escapaba
Domingo Acevedo.