A FINALES DE OCTUBRE Y A PRINCIPIO DE NOVIEMBRE DEL 1936, MATARON A CASI TODA LA FAMILIA DE RAFAEL ENRIQUE BLANCO SOSA.
Dicen que por el odio que le tomó a Trujillo se quitó el nombre de Rafael a partir de 1931. Nació el 14 de febrero de 1907 en la sección Don Pedro, de Tamboril, hijo de Eugenio Blanco, alias Gengo, y de Euvardina Sosa. Tenía cinco hermanos: Luis María (Churro), Edilia Victoria, María Ismaela, Ramón Eugenio, Ramón Enrique.
El 22 de octubre de 1936, Enrique Blanco asesino a mansalva al Sargento Teodoberto blanco Castro mientras dormia, le hizo 4 disparos, en el hecho dejo herido levemente al raso Núñez pero el raso Martín Santos Florentino, logro reaccionar golpeando uno de sus acompañantes pero recibió un golpe contundente del revolver de Enrique Blanco. Pues bien según lo concibió, ordenó a un campesino de apellido Rodríguez a cortar el cabe que unía a Gaspar Hernandez con Puerto Plata, olvidando cortar el cable que unía la comunidad de Sánchez, que fue la vía que utilizaron para informar el hecho hacia Puerto Plata y de ahí a la capital de la República.
Cuando la información llegó a Trujillo este impartió una drástica medida de captura contra el hombre que había sembrado el terror en esta comunidad. Un guardacostas con un contingente bélico zarpó de San Soucí llevando especiales instrucciones hasta capturarlo.
Con estrategias y posiciones militares, con rondas patrulleras diurnas y nocturnas, bloquearon carreteras, caminos vecinales, trillos y veredas; las casas de los campesinos eran requisadas y la garantía de vida de los familiares y amigos del fugitivo era muy remota.
El 24 de octubre de 1936, aparecieron asesinados Ramón Eugenio Blanco Sosa y Jesús María Blanco Sosa, cuyos cadáveres tenían señales de ahorcamiento, perforaciones de balas y heridas de armas blancas, se mandaron autoridades investigativas pero todos en el pueblo sabían que su único delito era ser hermanos de Enrique Blanco.
Días más tarde en el patio de la familia Gutierrez apareció asesinado debajo de una mata de uvas de playa en una horqueta que le servía de sostén el raso Julio Antonio Blanco Sosa (Chingo) también hermano de Enrique Blanco.
Chingo se había alistado en el Ejército Nacional y asignado al escuadrón de caballería duro varios años allí pero por desgracia fue llevado a prestar servicio en Pedernales y cuando el acoso de su hermano fue llamado por el Coronel Joaquín Cocco hijo ordenándole perseguir a su propio hermano, algo que fue impedido por otro alto militar allí presente.
Más luego apresarían y darían muerte a Eugenio Blanco padre de Enrique Blanco, ciudadano ejemplar querido y respetado. Fue lanzado en el trayecto de puerto plata a la altura de la desembocadura del rio Gen en Gaspar Hernández, con los pies y manos con una pesa encima para que siempre fondearan el mar.
Al encontrarse la re-conexión telefónica apareció la cédula del Individuo que Enrique Blanco había mandado a cortar los cables, el individuo delato los nombres de los acompañantes de Enrique Blanco en el asesinato del sargento Teodoberto Blanco Castro.
Todos fueron capturado y llevado a la fortaleza San Felipe donde el capitán Arturo Mañe supo respetar sus integridades físicas, pero al amanecer en la loma Isabel de Torres el Capitán Andujar al llegar a la sección La Ermita fusiló a 12 de los presos y otros ocho en Boca de Gen. Lo que fue sin duda un vil genocidio.
Enrique Blanco se veía cada vez más acorralado, su fuera y movimiento se veían perdiendo imposible de vulnerar sabia la gravedad de su caso tenía tres Alternativas: Hacerle Frente al enemigo, Entregarse o Suicidarse.
La primera ni la segunda serian jamás parte de su caso puesto que en varias ocasiones había dicho que no lo haría. "Yo no me entregaré de eso puede estar seguro" mientras mostraba sus pies hinchados, "Quizás sea la última vez que no veamos don Juan, asi que mientras tanto barriga galta corazón contento". Así contó Juan Ramón Ramos del que era su amigo de infancia que le había dicho días antes de su descenlace.
Así fue que el 24 de noviembre de 1936, Enrique Blanco tomo su revolver su inseparable amigo y se suicidó dándose un balazo en la cien derecha, a las 11 de la noche en la sección Aguacate Arriba, dándole la instrucción a un joven campesino de nombre Delfín Alvárez García para que cobrara la recompensa de su muerte.
Delfín Alvárez dio su versión al señor Enemencio Bencosme alcalde de la sección Aguacate Arriba "le había disparado en la cien derecha mientras Enrique Blanco dormía un placido sueño en la finca de don Fife" luego le enseño el revolver que portaba Enrique Blanco con el cual según el le había dado muerte.
Decidió ir con el joven héroe, acompañado de moradores del lugar, entre los cuales iba su esposa, un grupo de tropas comandadas por el sargento Peralta al que apodaban la liza luego se le unió un capitán con la odiosa fama de crueles para ir al lugar.
El cadáver de Enrique Blanco fue trasladado a la comandancia del Ejército Nacional en la ciudad de Moca, donde miles y miles de espectadores, y fue paseado en macabra exhibición por las calles de Santiago, donde las personas con los rostro compungidos se reunieron al macabro sepelio.
El 25 de noviembre de 1936 termino la existencia del hombre más temido, respetado, odiado y admirado Rafael Enrique Blanco Sosa.
En 1978 por diversas construcciones que empezaron a erigirse los restos de Enrique Blanco fueron recogidos y expuestos en una mesa envuelta en la bandera nacional como homenaje a quien fue considerado uno de los primeros luchadores Antitrujillistas. Un incidente se produjo al momento de dar cristiana sepultura a sus restos en el municipio de tamboril cuando el comandante regional del Ejercito y el fiscal de Santiago en ese entonces trataron de arrebatar los despojos fúnebres a los ciudadanos que incluso los calificaron de santo.
Enrique Blanco fue sepultado en el cementerio de tamboril pero años mas tarde su tumba fue desaparecida para dar paso a una construcción y solo queda el recuerdo de este hombre cuyas hazañas son narradas en un merengue a su honor que le compuso el maestro puertoplateño Wilfrido Vargas que se titula “Enrique Blanco fue el conquistador de la montaña”.
