NELSON ESPINAL BONETTI (NELSON GASOLINA)
Nelson Espinal Bonetti, oriundo de la ciudad primada, Santo Domingo de Guzmán. Nació el 14 de marzo de 1948 en la calle Palo Hincado esquina Padre Billini. Estudio en el Colegio Santa Teresita, ubicado en la calle José Reyes, hasta el octavo curso. Hace el bachillerato en el Liceo Dominicano, en la calle Mercedes, al lado de la iglesia del mismo nombre. Se acuerda todavía de los profesores Castillo en literatura y Jacques Viau Renaud, en francés. Soy graduado técnico hotelero en la Escuela de Hotelería del Instituto Superior Santo Domingo y llegue al tercer año de la Escuela de Medicina de la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD.
Antes de estallar la revolución, era distribuidor del periódico del Movimiento Revolucionario 14 de Junio: 1J4 y discípulo aventajado del dirigente Oscar Santana. Al momento de estallar la revolución el acababa de cumplir los 16 años. Él nos narra que: - Esa tarde habían muchos rumores. Las gentes salían a las calles con diferentes versiones sobre un golpe de estado. Yo corrí hacia Radio Comercial que estaba ubicada en la calle Padre Billini entre Sánchez y Santomé. En el camino me encuentro con el locutor Luis Armando Asunción, quien era esposo de mi hermana Dinamarca y me dijo: -¡Dile a Dinamarca, que no salga de la casa, que se está desarrollando un golpe de Estado!- Me devuelvo y cojo para mi casa. Nosotros vivíamos en la calle Pina número 46, segunda planta, esquina Canela.
Ese mismo 24 de abril del año 1965, como a las 11 de la noche se escuchan unos disparos de ametralladoras por lo lado del parque Independencia; al cabo de un ratico se escucha una voz salida de un altoparlante portátil que decía: -¡Soy el Coronel Giovanny Gutiérrez, estamos con el pueblo. Necesitamos sus respaldo, para derrocar al Triunvirato y reponer al presidente Constitucional profesor Juan Bosch!-
Mi cuñado, el Segundo Teniente del Ejército Nacional Héctor Emilio Conde, que estaba en la casa con nosotros, salió a recibir al grupo de militares que solicitaban el respaldo del pueblo. Él era amigo del Coronel Giovanny Gutiérrez; tanto el cómo mi padre Vinicio Espinal y mi madre Ligia Bonetti, les pusieron nuestra casa a su disposición al grupo de militares constitucionalista y desde ese momento hasta la renuncia del Presidente Constitucional en Armas Francisco Alberto Caamaño Deñó, el 3 de setiembre de 1965, en mi casa estuvo la Jefatura de Estado Mayor Constitucionalista.
Nos integramos toda la familia a la causa revolucionaria por el respeto a la Constitución del 1963, desde mi padre Vinicio Espinal quien era alto dirigente del PRD y mi madre Ligia Bonetti; al igual que mis hermanas Raquel, Mayi y Ucha.
La segunda planta de la calle Pina esquina Canela entro a la historia. Allí quedo esa misma noche instalada la Jefatura de Estado Mayor Constitucionalista. Me acuerdo que esa noche además del Coronel Giovanny Gutiérrez, estaba el Teniente Coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez, Mayor Lora Fernández, Capitán Héctor Lachapelle Díaz, Capitán de Navío Ramón Montes Arache con sus Hombres Ranas y los entrenadores Illio Capocci, Andrés Reviere y Enzo Lovato; el Teniente Héctor Emilio Conde, García German, Santiaguito, Taveras, Aníbal y los civiles Héctor Aristy, Luis Armando Asunción, Bonaparte Gautreaux Piñeyro, y mi padre Vinicio Espinal.
A media noche como a las 1 del domingo 25 de abril; salió el Coronel Giovanny Gutiérrez y otros militares en un camión y el carro de mi padre hacia el Campamento 16 de Agosto a buscar armas y regresaron como a las 4 de la madrugada con el camión y el carro lleno de armas y municiones de todos los calibres. Al regresar, mi padre Vinicio Espinal me dijo: -¡Hijo, el que no sirve para defender su patria, debe de morirse en el vientre de su madre!- y me entrego un fusil G-3.
El Teniente Coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez, jefe del movimiento en ausencia del también Teniente Coronel Rafael Tomas Fernández Domínguez, estaba muy mal de salud y tuvimos que llevarlo a una habitación de la casa donde les pusimos un teléfonos para que se comunicara con los demás militares y civiles comprometidos con el movimiento de militares sublevados denominado ¨Movimiento Enriquillo¨.
El 25 de abril, como a las 8 de la noche, vemos desde el balcón de la segunda planta a dos personas que vienen por la calle Pina, estaba muy oscuro, no había luz eléctrica unos de los militares dice: - tienen portes de militares- cuando doblan por la calle Canela yo digo: -vienen para acá- el Coronel Geovanny Gutiérrez me dice si te preguntan que si aquí hay militares dile que no. Al tocar la puerta me preguntaron eso mismo y yo le dije que no y se fueron. Yo fui ordenado a seguirlo y vi que bajaron por la calle Pina, doblaron por la calle Padre Billini y entraron en una casa. Al otro día vuelven a la calle Pina esquina Canela; eran el Coronel Francisco Alberto Caamaño y su primo el teniente Claudio Caamaño. Desde ese día fueron llegando a la casa varios militares y civiles comprometidos con la causa revolucionaria.
El 26 de abril fui con un grupo de militares a ver lo que estaba pasando por los alrededores del Puente Duarte, por orden del Coronel Hernando Ramírez. Acampamos en la fábrica de bloques Espinal, propiedad de mi padre Vinicio Espinal, que estaba ubicada en un solar que quedaba donde hoy está la Plazoleta la Trinitaria, frente al Puente Duarte. Una vez allí, utilizamos los bloques para hacer barricadas y las arenas la colocábamos en sacos para las trincheras. Vi los cuerpos humanos volar por los aires, tras los indiscriminados bombardeos de los aviones vampiros y Mustang P-51, quienes lanzaban bombas y metrallas destrozando e incendiando miles de casas y matando a más de dos mil indefensos dominicanos de los alrededores del puente. Allí estuve hasta el 27 de abril.
El 28 de abril al medio día el presidente Francisco Alberto Caamaño, me llama y me dice ven a ver, señalándome el baño de mi casa que era la Jefatura de Estado Mayor Constitucionalista y me dice: ¨Coge una silla y siéntate ahí. Ese hombre por nada puede salir de la casa, si tiene que usar la fuerza úsala¨. Ese hombre era José Francisco Peña Gómez. Tenía dentro del baño una máquina de escribir y un abanico. Lo que el escribía me lo entregaba a mí y yo se lo daba al coronel Lora Fernández quien a su vez se lo entregaba al presidente Francisco Alberto Caamaño y este se lo mandaba conmigo a Jacques Viau Renaud, quien lo radio transmitía en una emisora que poseía el comando haitiano.
Participe el 30 de abril en la mañana en el asalto a la Fortaleza Ozama. Los atacamos dirigido por el teniente del Ejército Nacional de apellido Pimentel, por la parte de atrás, la que sale al muelle por donde ellos escapaban lanzándose al rio Ozama.
El día 3 de mayo de 1965, el profesor Juan Bosch desde su exilio en Puerto Rico, sugiere al Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, como Presidente Constitucional de la Republica en armas. Como la Constitución del 1963 decía que a falta del Presidente, el Vicepresidente y las ausencias de los Presidentes del Senado y la Cámara de Diputados el Congreso Nacional debe de elegir como Presidente de la Republica Dominicana aun miembro del partido que ganó las elecciones. De inmediato se inscribió al Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó al Partido Revolucionario Dominicano, cumpliendo con el artículo 131 de la Constitución despojándolo del rango de Coronel del Ejército Nacional.
Buscamos la biblia de mi madre Ligia Bonetti y una bandera que había en la casa y procedimos a su juramentación en nuestra casa, constituyéndose desde ese momento en la primera sede de la presidencia del gobierno Constitucionalista. Al otro día 4 de mayo en la mañana temprano, nos fuimos al Parque Independencia donde Francisco Alberto Caamaño Deñó, leyó el discurso de toma de posesión como Presidente Constitucional en Armas, frente al Altar de la Patria.
El 12 de junio de 1982, Bonaparte Gautreaux Piñeyro, escribió un artículo en el periódico El Nacional, titulado ¨Éramos Pocos, Si…Pero…¨ del cual transcribimos parte. ¨La mañana del 4 de mayo estaba turbia, gris, lloviznaba esa lluvia que uno no sabe si cubrirse la cabeza o pensar que no le va a producir la gripe que indefectiblemente viene.
Los preparativos eran febriles. Para mí era especialmente emocionante. Estábamos haciendo historia. Afuera ¨la lluvia, tornadiza, serenamente gris…¨.
¿Cuántas veces le toca a una persona o a un grupo de personas escribir, o mal escribir, un discurso de toma de posesión presidencial? Realmente no sé, pero a mí me tocó la mía: fue aquella mañana del 4 de mayo.
Éramos pocos, si, muy pocos.
Mario Báez y Luis Armando Asunción, Luis Acosta Tejeda, el cubano que se hizo dominicano a ritmo de toque de fusilería y patriotismo en Abril de 1965, Héctor Aristy, Alejandro Deñó Suero, (Chibú), Fernando Pimentel (Vejez), Claudio Caamaño, Illio Capocci… ¿Qué importancia tienen los nombres?... Manuel Ramón García German, Vinicio Espinal, Tito Conde, Guillermo Lockward, Nelson Espinal¨.
MI PARTICIPACIÓN EN EL INTENTO DE ASALTO AL PALACIO PRESIDENCIAL EL 19 DE MAYO DE 1965.
Relato de Nelson Espinal Bonetti (Nelson Gasolina).
Esa mañana salí temprano de la calle Pina Esquina Canela donde estaba la Jefatura de Estado Mayor Constitucionalista desde el 24 de abril ( el 4 de mayo se trasladó parte de la Jefatura de Estado Mayor al edificio Copello, en la calle El Conde, por falta de espacio). Las calles estaban normales en Ciudad Nueva, no así en los barrios de la parte norte de la ciudad de Santo Domingo, donde el pueblo libraba continuas batallas con los ¨ guardias reconstructores de Wessin e Imbert¨, por el control de la ciudad.
Era un secreto a voces lo del asalto al Palacio. Camine por todo el Conde hacia el edificio Copello, zigzagueando por los constantes disparos que desde los Molinos hacia el franco tirador Douglas Lucas, sargento de la 82ava, Compañía Aerotransportada de Los Estados Unidos. A quien mataron meses después en Vietnam. Ese francotirador tiraba hacia la calle el Conde constantemente matando principalmente niños y adolescentes vendedores del periódico Patria. Al llegar a la puerta del edificio Copello, salude al centinela y escuche que alguien mencionó mi nombre. Mire hacia arriba y era el Coronel Héctor Lachapelle Díaz, quien me llamaba parado en la escalera del segundo piso; me hace seña que suba y me dice: -te informaron lo de hoy- a lo que le contesto que sí. Me dijo: -Están dando las instrucciones donde el Coronel Lora Fernández.- Al llegar a la puerta del Coronel Lora Fernández, Jefe de Estado Mayor Constitucionalista. Lo encuentro de pies arengando a militares y civiles constitucionalistas. Me hace seña que entre. El tema era la toma del Palacio Presidencial.
En ese momento se presentó el presidente Francisco Alberto Caamaño, todos nos pusimos de pies. Les dio unas instrucciones al Coronel Lora Fernández y al Teniente Héctor Emilio Conde Espino. Luego de varias instrucciones ordeno al Teniente Héctor Emilio Conde Espino tomar el control del ataque del Palacio por los lados de San Carlos, ya que por los frentes de la 30 de marzo es que están los garajes del palacio donde se encuentran los tanques.
En ese momento un oficial vestido correctamente, al cual yo nunca había visto le dice al Presidente Caamaño: -Francis, y yo que hago?- El presidente le dice: - Nada, Usted se queda con Lora Fernández- Ese Coronel era Tomas Fernández Domínguez.
Illio Capocci le dice a Lora Fernández: -Esta es la segunda vez que voy al Palacio; no estoy de acuerdo con el asalto. O lo tomamos o me quedo dentro-
El Coronel Rafael Tomas Fernández Domínguez le dice al Teniente Conde Espino: -Teniente, lo estoy relevando de la orden. Refuerce la trinchera del Malecón con calle Pasteur, que es donde estamos más flojos.- Yo me fui con el Teniente Conde Espino, hacia el Malecón. Al pasar por el Comando Central del 14 de Junio, en la calle José Gabriel García esquina Estrelleta, se estaba despachando un grupo de combatientes para el Palacio Nacional; el Teniente Conde Espino, siguió con su grupo hacia la trinchera del Malecón con Pasteur. Yo me separe del grupo y me uní a la columna del 14 de Junio, que iba hacia el Palacio.
Subimos por la calle Las Carreras hasta la calle Uruguay esquina avenida Bolívar. Doblamos a la izquierda por la calle Doctor Báez; Al empezar los combates, nos internamos por los jardines y los patios de las casas. El tableteos de las ametralladoras y fusiles de los gringos y las tropas del CEFA, eran prolongados y a ras de suelo, de forma chispeante incrustándose los fragmentos de los proyectiles en los contenes, aceras y ramas de los árboles de los jardines.
Llegamos hasta la calle Rodríguez Objio a ras de suelo. Los disparos cortaban las gramas. Un grupo logro llegar hasta la calle Cesar Nicolás Penson. El fuego era tan intenso que duró media hora y nos parecía un día entero. No podíamos movernos para ningún lado. En ese momento el Comando Central del 14 de Junio dio orden de retirada. El salto había fracasado.
En el acto me entere que habían caído mortalmente el coronel Rafael Fernández Domínguez, Illio Capocci, entrenador de los Hombres Ranas; el teniente de la Policía Ernesto Gómez; el Hombre Rana Miguel López y los dirigentes del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, doctor Juan Miguel Román, quien era el Comandante Militar del 1J4, Euclides Morillo. José Jiménez Rosario (Pipí), Ramón Taveras; Carlos Gómez, José del Pilar Jiménez Rosario, David Lorenzo Fernández; los combatientes haitianos Jean Sateur y Jean Batiste. Resultando heridos los combatientes: Amaury German Aristy, Rafaelito, Mario Álvarez, Víctor Ramírez y Leo Licairac.
OTROS SUCESOS
El 29 de mayo en hora de la mañana, salimos un grupo de altos oficiales y civiles constitucionalistas, acompañando al presidente Francisco Alberto Caamaño. Entramos a una casa en una segunda planta que está en la calle Padre Billini, entre Espaillat y Palo Hincado. Tocamos la puerta de la escalera, pero nadie abrió. Tuvimos que abrirla a la fuerza. Al subir encontramos a un señor que hablo amigablemente con el presidente Caamaño. En seguida Caamaño dijo: ¨! Revisen la casa. Busquen equipos de transmisión radial!¨. Detrás de la puerta principal había una puerta secreta. El señor dijo no tener la llave. Derribamos la puerta a tiros. Al caer la puerta en el cuarto había un hombre herido, con botas de militar aunque ropa de civil. Al prender la luz, vimos un equipo de transmisión el cual confiscamos. Al señor el presidente Caamaño, lo escolto hasta el Parque Independencia, para que saliera de la Zona Constitucionalista. Ese señor era Ángel Severo Cabral.
Una tarde hablando con Claudio Caamaño, en el balcón de la Jefatura de Estado Mayor Constitucionalista, en lo que se había convertido el hogar de la familia Espinal-Bonetti; me acorde de una misa que celebró el Partido Revolucionario Dominicano en la iglesia Las Mercedes, el 25 de septiembre de 1964, con motivo del primer aniversario del derrocamiento del profesor Juan Bosch. A la salida de la misa, íbamos hacia el parque Independencia a depositar una ofrenda floral en el Altar de la Patria. Pero un cordón de policías antimotines de los denominados Casco Blanco nos impedía continuar. En la discusión el teniente Claudio Caamaño, que comandaba una unidad de Radio Patrulla hizo una raya en el pavimento y dijo: -¡El que cruce la raya tendrá problema!- en eso una señora salió de la multitud y en actitud desafiante cruzo la raya. De inmediato se armó un revolú tan grande que yo tuve que ir a parar a la escuela Argentina. Al recordarle ese suceso le dije: - Y ahora tu y yo, con un arma cada uno y del mismo bando- Él se echó a reír y me dijo: -Cosa de la vida-
MI PARTICIPACION EL 15 Y 16 DE JUNIO DE 1965
Para mí los ataques bélicos del 15 y 16 de junio, fueron algo táctico, con el objetivo de medir la capacidad de fuego de los Constitucionalistas. Y a la vez tratar de apoderarse del muelle y la zona de los bancos. Desde temprano en la mañana empezaron los ataques de las tropas de intervención yanquis, por los barrios de San Carlos, Villa Francisca, Borojol, San Antón y Santa Bárbara. Ellos no atacaron por el malecón, ni por la avenida Independencia, ni por la avenida Bolívar y 30 de Marzo.
Cuando el presidente Caamaño, ordena por la radio, reforzar los comandos de San Carlos, villa Francisca y Borojol; salimos un grupo de la Jefatura de Estado Mayor Constitucionalista: José Rivas Monegro, Esterlín Peralta, Fernando Pimentel alias Vejez y varios comandantes y subcomandantes. Cuando llegamos a la calle La Noria, encontramos a Bienvenido Leal Prandy, conocido como ¨La Chuta¨ y un grupo de combatientes disparando hacia la avenida Mella. Ahí conocí yo a Belkis Maldonado, pasándoles los cargadores a ¨La Chuta¨.
Los yanquis venían avanzando y habían tomado el edificio de la Casa Zaglul, en la avenida Mella, de donde desalojaron una Avanzada del comando POASI, que se había instalado allí. Nosotros cruzamos a la calle Celestino Duarte, hasta llegar a la Panadería Carbonell. Los yanquis cruzaron de la Casa Zaglul a una logia que le quedaba al frente y desde los balcones, las ventanas; la primera y segunda planta y la azotea de la logia nos disparaban. Nosotros nos fuimos al mercadito de San Antón, (donde ahora hay una placita), y los alrededores. Ya en la tardecita del 15 de junio, el Comandante Eliseo Andújar conocido como Barahona, mando a buscar una bazuca a su comando. Les disparo dos Bazucaso por el balcón lateral de la logia que se incendió el edificio. Desde ese momento los yanquis detuvieron el avance por ese lado. Se calcula que perdieron más de 20 soldados en esa hazaña de del Comandante Barahona.
En la madrugada al quedarme sin municiones, cogí para el edificio Copelo a reabastecerme; pero estaba tan cansado que me fui a la Jefatura del Estado Mayor Constitucionalista, en la calle Pina esquina Canela, bajo las órdenes del presidente Francisco Alberto Caamaño y el Mayor Lora Fernández.
Me acuerdo que Leal Prandy, apodado La Chuta, iba constantemente a la Jefatura de Estado Mayor Constitucionalista en la calle Pina esquina Canela, segunda planta donde mí, con ametralladoras Cristóbal o fusiles Máuser para que yo se lo cambiara por fusiles G-3. Yo cogía las armas y los cargadores y regresaba con fusiles G-3 y sus respectivos cargadores.
¨OCUPAN ARSENAL CAAMAÑISTA EN RD¨.
Días antes del martes 31 de agosto de 1965, cuando la comisión de la OEA y los gobiernos de Reconstrucción Nacional presidido por el general Antonio Imbert Barrera y el Constitucionalista dirigido por Francisco Alberto Caamaño Deñó, firmaran el Acta Institucional y el Acta de Reconciliación Nacional y que el Presidente Constitucionalista en Armas, renunciara para que se cumpla el Acta de Reconciliación, dándole paso al gobierno del doctor Héctor García Godoy, para preparar las elecciones del 1966; En la azotea del edificio que ocupaba la Jefatura de Estado Mayor Constitucionalista, la cisterna la llenamos de tanques repletos de municiones y uniformes militares; en el piso depositamos una gran cantidad de fusiles, ametralladoras calibres 30 y 50; granadas, bazucas y demás pertrechos bélicos. Los empañetamos y los sellamos; pero un policía que nos ayudó en la acción, nos delato y el 29 de agosto de 1966 sufrimos el más grande de los atropellos. Salimos en todos los periódicos nacionales e internacionales mi padre Vinicio Espinal y yo.
En grandes titulares el periódico ¨El Tiempo¨ de Nueva York en su edición del miércoles 31 de agosto de 1966 decía los siguientes: ¨Ocupan Arsenal Caamañista en RD¨. Vinicio Espinal y su Hijo Entre los Detenidos. El excombatiente ¨constitucionalista¨ Vinicio Espinal fue detenido, junto con un hijo suyo, al ocupar la policía en su casa armas de fuego, equipos y uniformes militares.
La policía, al mando del General Luis Ney Tejeda Álvarez, encontró en la residencia de Espinal 10 fusiles Máuser, dos ametralladoras calibre 30, una ametralladora calibre 50, dos rifles automáticos, una ametralladora Thomson, un cañón antitanque y miles de proyectiles de varios tipos.
La residencia allanada está ubicada en el sector denominado Ciudad Nueva, que fue bastión de las fuerzas rebeldes en la guerra civil del año pasado.
Antes de acudir allí, la policía cercó el sector e impidió el paso de las personas que trataban de llegar al lugar de las operaciones. Los agentes ocuparon las principales azoteas, ya que se temía, según se informó, que pudieran atacar francotiradores apostados.
La Policía se incautó también de ¨cocteles Molotov¨ y materiales explosivos C-4; así como de uniformes militares.
Espinal y su hijo fueron detenidos, para fines de investigación. La Policía se adelantó a señalar que ambos estaban vinculados a los grupos ¨constitucionalistas¨.
Esta es la cantidad más grande de efectos bélicos localizados por la Policía, desde que terminó la guerra civil.
Se ha comentado que los ex – combatientes escondieron armas y pertrechos al finalizar la revolución que se inició el 24 de abril de 1965¨.
MI PARTICIPACION EN SANTIAGO EL 19 DE DICIEMBRE DE 1965.
El 19 de diciembre de 1965, los constitucionalistas nos trasladamos a la ciudad de Santiago para participar en una misa con motivo de cumplirse seis meses de la trágica muerte del coronel Rafael Fernández Domínguez. Yo Salí desde temprano de la calle Pina esquina Canela con el sargento Esterlín Peralta y José Rivas. Nos íbamos encontrando todos en la carretera Duarte.
Al salir de la misa, en la iglesia Nuestra Señora de la Altagracia, me dijo el coronel Lora Fernández; –tu esta desarmado, ve al carro mío y en el asiento de atrás hay una Cristóbal cógela-
Al yo llegar a la puerta del cementerio, sonaron unos disparos. Los hombres Ranas detuvieron a dos hombres vestidos de civil en un edificio cercano. Al llegar al Hotel Matum donde nos esperaba un desayuno, nos dimos cuenta que todos los que eran de Santiago, nos habían dejado solo. El área de la piscina estaba sucia, en desorden.
Caamaño sospecha de que está pasando algo raro. El Hotel está prácticamente vacío. A Caamaño le informan de un movimiento de tropas en la parte delantera del hotel. En ese momento él ordena sacar las armas de los carros y chequear la parte trasera del hotel.
Empieza un tiroteo ligero. Todavía los guardias anti pueblo, no han acordonado el hotel. No hay comunicación telefónica en el hotel y Caamaño ordena que un grupo trate de salir del hotel para buscar información telefónica con Santo Domingo y dar la voz de alarma en la ciudad de Santiago. Salimos del hotel de cuatro a cinco carros donde estaba Bonaparte Gautreaux Piñeyro, Miriam Gautreaux, Luis Armando Asunción, Luis Acosta Tejeda, Vinicio Espinal, Dinamarca Espinal Bonetti, Ucha Ligia Espinal Bonetti, el teniente Marrero, el sargento Esterlín Peralta y yo. La ciudad de Santiago estaba vacía, todos los comercios cerrados. No había gentes en las calles. Fue algo como planeado. Nunca había visto algo semejante. Solo encontramos un sitio abierto, era el Restaurant Tomasco, que la parte de atrás del restaurant da al rio Yaque del Norte. Cuando entramos en busca de un teléfono, un señor de apellido Perelló, tomo el teléfono y llamo a la guardia, nos denunció.
Desde el restaurant se oían los disparos de los aviones y la artillería de los tanques. Bonaparte Gautreaux Piñeyro, logra comunicarse con el presidente Héctor García Godoy y les grita ¨¡Oye los tiros de los aviones! ¡Oye cono nos están tirando! ¡El Pueblo de Santiago no nos está respaldando!¨
Al poco rato llegan los guardias armados de carabinas Thomson y muy nervioso. Un sargento jabao regordete grita: ¨! Donde tan lo comunita coño! ¡Eso maidito comunita dei diablo!¨. Nos revisaron a todos. Los que tenían armas la habían escondido. Se llevaron preso al teniente apellido Marrero a José Rivas y a mi padre Vinicio Espinal. Una vez en el Palacio de la Policía de Santiago, el General Luis Ney Tejeda Álvarez, que había participado en el allanamiento del 29 de agosto en nuestra casa de la calle Pina esquina Canela, le dijo a mi padre: ¨! les doy dos horas para que salgan de Santiago!¨ Se quedaron con el teniente Marrero.
Nos juntamos el grupito de nuevo y salimos para Santo Domingo. En el camino hacia la capital no se oían ninguna emisora de radio. Fuimos revisados varias veces en el trayecto.
Entrevista realizada por Tirso Medrano. El 14 de agosto de 2015.
