miércoles, septiembre 10, 2025

Henrietta Vansittart

 




Desde niña, Henrietta, nacida en 1833 en Surrey, Inglaterra, había acompañado a su padre, James Lowe, en sus experimentos con hélices de barcos. En 1857, incluso se encontraba a bordo del HMS Bullfinch para probar uno de sus diseños. La trágica muerte de su padre en 1866 no detuvo a Henrietta; al contrario, la inspiró a continuar su trabajo y mejorar sus inventos.

Henrietta vio una oportunidad que nadie más había percibido: las hélices curvas. En 1868, patentó su propio diseño, conocido como el propulsor Lowe-Vansittart. Este diseño revolucionario permitía a los barcos moverse más rápido y con mayor eficiencia, utilizando menos combustible. Los barcos equipados con su hélice no solo navegaban mejor, sino que también demostraban la genialidad de Henrietta.
El propulsor de Henrietta fue utilizado en prestigiosos barcos como el HMS Druid y el SS Lusitania, y su trabajo fue reconocido en exposiciones en todo el mundo, desde Dublín hasta Melbourne. En 1882, Henrietta hizo historia al publicar un artículo científico sobre su propulsor y presentarlo en la Asociación de Ingenieros y Dibujantes Foreman en Londres, siendo la primera mujer en hacerlo.
Henrietta Vansittart no solo dejó una marca indeleble en la ingeniería naval, sino que también rompió barreras de género en una época en la que pocas mujeres eran reconocidas por sus logros técnicos. Su historia es un testimonio de la determinación y la creatividad, y un recordatorio de que incluso los desafíos más grandes pueden superarse con ingenio y perseverancia.
Henrietta Vansittart demostró que una idea brillante puede cambiar el curso de la historia, abriendo nuevas rutas para la exploración y el comercio. Su legado perdura en cada barco que navega con eficiencia gracias a sus innovadoras hélices curvas.

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