sábado, febrero 17, 2018

El simbolismo del planeta entre la destrucción y la esperanza.


Roberto Herrera, Wilfrido Velazquez Gomez y Anderson Aquino Artistas Unidos por un Planeta Posible y el simbolismo del planeta entre la destrucción y la esperanza.







Sin palabras.




Tomada de la red.

La flor de la auyama.



Domingo Acevedo.

Las huellas de un centauro.


Esta noche de luna llena
he salido a buscar por toda la ciudad
las huellas de un centauro
que herido agoniza en los escombros de la ausencia.
Domingo Acevedo
Dic/13
Se nubla el horizonte de fugaces pájaros que esconden sus nidos detrás de los cristales de la tarde,
planean en un cielo crispado de nubes y sombras, heridos por los rayos de un sol
que agoniza en los brazos de la noche.
Por el camino real Ninito, con todo el peso de la noche sobre su espalda,
cabalga despacio hacia donde la abuela Mamá Tita lo espera con los brazos abiertos.
Feb. 2012
Domingo Acevedo.
Esta noche tiene el peso de toda la soledad, de esos seres que detrás del cristal,
miran hambrientos como unos pocos comen con gula
en el gran banquete de la cena de nochebuena,
indiferentes al dolor de los demás.
Horizonte de lunas derritiéndose en un mar de jade
Tumulto de flores azules en la mirada ambigua del viento
Unicornio solitario perdido en la pradera de los sueños
INCERTIDUMBRE
Qué haremos con la vida que no vivimos
qué haremos con los sueños que no alcanzamos
qué haremos con la vida que nos queda
y que nos pesa tanto
qué haremos con el futuro
sí el presente es tan incierto
Estas noches frías me acercan tanto al pasado
que dos palomas de agua se posan en mi corazón
Feb 2012
En una esquina de mi alma
Los duendes de la noche
Toca las tamboras del olvido
Feb 2012
LIRIOS Y ESPEJOS
Relámpagos sombríos
nubarrones oscuros y fugaces
truenos lejanos
mayo está cerca
las lluvias llenarán de sombras la tierra
los caminos se llenarán de lirios y espejos
el sol deja en mi piel un rastro de eternidad
En donde están mis amigos.
En donde están mis amigos
esta noche que he vuelto del olvido
lo he buscado por todos lados
y no los encuentro
a dónde se habrán ido todos
dejándome la soledad como recuerdo
ABRIL/12
La luna se viste de horizonte
en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira
marzo/12
Relámpago de sombras
Un relámpago de sombras anuncia la noche
más allá de un horizonte marino
la luna como una gota de sangre
resbala por las paredes del insomnio
hasta el amanecer
La ciudad que lo ignora.
Hundido en el abismo de la noche
un mendigo agoniza
en la ciudad que lo ignora
Como el día solloza.
Veras como la noche borra sus huellas en el día
y como el día solloza todas las tardes
en los brazos del horizonte
La voz de la sangre.
La voz de la sangre aúlla en la conciencia
de un mundo acorralado por las guerras y el hambre
Dos garzas.
Suspendidas en la mirada
Dos garzas atraviesan los límites de la tarde
Y se pierden en la oscuridad de la noche
En el cielo
De pronto
En el cielo
Anochecen
Golondrinas y nubes
Puñal de jade.
Puñal de jade clavado en la voz quebrada del viento
luna de sal derritiéndose en un horizonte de sangre
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.
W
La luna se viste de horizonte
Allá
en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira
INCERTIDUMBRE
Qué haremos con la vida que no vivimos
qué haremos con los sueños que no alcanzamos
qué haremos con la vida que nos queda
y que nos pesa tanto
qué haremos con el futuro
sí el presente es tan incierto
LIRIOS Y ESPEJOS
Relámpagos sombríos
nubarrones oscuros y fugaces
truenos lejanos
mayo está cerca
las lluvias llenarán de sombras la tierra
los caminos se llenarán de lirios y espejos
el sol deja en mi piel un rastro de eternidad
Esta noche tiene el peso de toda la soledad, de esos seres que detrás del cristal,
miran hambrientos como unos pocos comen con gula
en el gran banquete de la cena de noche buena,
indiferentes al dolor de los demás.
El canto inefable de los grillos.
Pesada es   la oscuridad de esta noche
en que el canto  inefable de los grillos
enciende todas las estrellas de un cielo
que se apaga en mi rostro
Una gota de sangre
Todas las tardes entre mis ojos
el camino real es una gota de sangre
que en la distancia
tinta de luz y colores las alas de un ángel
La tarde es una flor
La tarde es una flor que se eterniza en los brazos
de un horizonte herido por el sol
Se hace hombre
Es en mi voz
donde una ángel esconde sus alas
se hace hombre
y pierde el último tren hacia la eternidad
Manuel, mi hijo más pequeño
Sé que Manuel
mi hijo más pequeño
un día irá tras las huellas del viento
que se pierden en el tiempo
más allá del horizonte encontrará
una estrella dormida entre mis manos
La soledad
Los días se van prolongando
más allá de la soledad
que me aprisiona entre sus manos
heridas de ausencia
Hilo de sangre
Hilo de sangre con que el tiempo teje la vida
que agoniza en los recuerdos
Hoy mi voz
Hoy mi voz quedó atrapada en una lágrima
Densa humareda
Densa humareda de sal es la noche
Un fantasma herido
Un fantasma herido huye de la eternidad
Y se esconde detrás de los espejos del tiempo
Sangre y lágrimas
Mi poesía está hecha de dolor
cada palabra en el papel
es una mezcla de sangre y lágrimas
Tu voz distante y dulce
A veces imagino tu voz extraviada en las claras habitaciones del agua
tu voz distante y dulce
tu voz estremecida en el viento
tu voz  tu voz que regresa del olvido
y trepa por las paredes de la noche
y se desgrana en el trino de los pájaros al amanecer
y salpica de mariposas la distancia
abril/12
Canta el agua del río
Por un camino de mariposas y flores
La tarde danza y se aleja
Abril/12
Cantan los gallos
El sol abre las puertas del horizonte
y bosteza
Abril/12
EL SONIDO LAPIDARIO DE LA SANGRE
I
Voy danzando en la voz del viento
más allá de la transparencia de los días por venir
hasta la unánime presencia del ocaso
donde el sol curva el agua en lumínicos destellos
donde un oleaje de sombras lo cubre todo
donde los árboles azules de la fantasía
echan raíces en los escombros perfumados de la noche
y donde el olor de las azucenas recorre los caminos sin fin del olvido
II
Voy cantando en la voz del viento
más allá de los corredores interminables de la sangre
donde los espejos repiten la imagen mutilada de mi estirpe
donde hay lirios de agua destrozados en los balcones del alba
donde cuelga del viento un ramillete de pájaros fantásticos
por donde unicornios de jade recorren los valles submarinos de la memoria
hasta alcanzar la luna que amanece en los ojos de la quimera
III
hay una profunda herida en mi voz
escuchen
en la conciencia de la humanidad
retumba el sonido lapidario de la sangre
Agosto 2011
Dedicado al periodista José Silvestre, asesinado recientemente en la Rep. Dom.
TU VOZ, CANTO QUE NO CESA.
Tu voz regresa de la pena en una lágrima
tu voz
que resplandece como un rayo en su breve eternidad
que de la sangre brota como un unicornio de cristal
cabalgando en la noche de tu agonía
hacia los bosques fabulosos de la esperanza
en donde tu vida herida por la ausencia
se escapa sin remedio al hastío
campanario de agua que ilumina de mariposas tu sonrisa
enredadera de luna llena en las noches más frías del olvido
allá en las lejanas praderas de la soledad
detrás del espejo
tu cuerpo yerto
tus ojos que miran asombrado al mundo perdido
tu voz
canto que no cesa
bandera victoriosa del olvido
que por siempre en el viento ondea
Poema dedicado al inmenso Miguel Hernández.
Desde donde vivo
Desde donde vivo puedo ver el mar distante levantarse más allá del muelle,
lamiendo con su lengua azul el horizonte.
A veces el viento del sur nos trae residuos de olas resecas por el sol,
plumas de pelícanos gigantes, huesos de peces invisibles y restos de barcos hundidos por los años.
El río Haina parte el muelle en dos partes iguales,
el muelle que permanece iluminado más allá de la oscuridad de los barrios haineros.
De vez en cuando una bengala ilumina la noche o un disparo largo de fusil estremece el viento
y ahuyenta a los polizones y a los ladrones de furtivos de mercancías barata.
Cuando desde mi ventana veo a los barcos anclados tan lejos de los sueños,
siento pena de los marineros prisioneros del salitre y la distancia,
que sueñan con hermosas sirenas que les roban el corazón
para esclavizarlos en su mundo submarino de calamares fantásticos,
caballitos tiernos de mar y peces de colores.


Domingo Acevedo.

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